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La lactancia materna: una experiencia de emociones

Entre los beneficios para salud del bebé, también cuenta el valor para su desarrollo emocional y el de la madre.
jueves, 01 agosto 2019
lactancia materna
Archivo PRIMICIA | Dar pecho es “una responsabilidad amorosa de la madre”

Entre el 1 y el 7 de agosto se celebra la Semana Mundial de la Lactancia Materna (SMLM), instaurada oficialmente por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en 1992.

Se considera el movimiento social más extendido en defensa de la lactancia materna, por celebrarse en más de 170 países.

La SMLM en Venezuela congrega a varias organizaciones gubernamentales, con la única finalidad de orientar sobre los beneficios de amamantar, romper mitos y ampliar los espacios para la crianza respetuosa y con apego.

En el municipio Caroní la Maternidad Negra Hipólita fue creada con el propósito de ser un centro “Hospital Amigo del Niño” y con ello cumplir con la “Iniciativa para la Humanización de la Asistencia al Nacimiento y la Lactancia”.

Igualmente con esta acción ser un banco de leche materna; sin embargo por la situación actual que se vive en el país, cuentan con algunas limitantes para llevar a cabo el proceso de pasteurización de la misma.

No obstante llevan a cabo otras actividades vinculadas con esta labor, ya que afirman que el rol de dar pecho es “una responsabilidad amorosa de la madre” y los entes gubernamentales deben respaldar los derechos humanos fundamentales.

Por su parte, muchas mujeres desde sus hogares con la referencia de “la tribu de mujeres que conforman sus familias”, también viven “esta experiencia de emociones” y cumplen con su misión natural, luego de dar a luz, bajo el mecanismo que le corresponda traer al mundo a un bebé, explica Ada Silva, doula.

“Amamantar lleva a la mujer a vivir muchas facetas, la más importante: contribuir con el desarrollo de una vida, de un ser”, señala Silva.

Informar con sinceridad

Desde la creación de este aniversario, muchas han sido las campañas para informar, educar y orientar a la madre, al entorno y las instituciones sobre el tema.

El cómo abordar esta experiencia ha generado mucho material, a su vez ha impulsado a quienes tienen capacidad de servicio a convertirse en acompañantes de este proceso.

Sin embargo, existen voces que también suman a esta faceta y son las de las propias madres que asumen el rol. Algunas de ellas cuentan las maravillas de su proceso, otras lo acotan como dramático.

Aunque la sociedad todavía maneje tabúes al respecto, ellas desean visibilizar y sincerar lo que viven y padecen antes, durante y después, pues “ningún parto es igual al otro”.

Elsy Carreño, coordinadora de enfermería de la Maternidad Negra Hipólita informa que desde los hospitales en la zona, remiten casos a este centro, justamente para el trabajo de consejería.

Carreño detalla que también para evitar que el proceso de amamantar sea complicado; lo que lleva a que muchas abandonen la labor y recurran a fórmulas que “no van a sustituir nunca el beneficio real de la leche materna, los primeros meses de vida”.

Por eso también realizan actividades como charlas, en donde las madres presentes comparten sus experiencias y con ello contribuir a que sientan confianza, aclaren todas sus inquietudes y venzan sus miedos.

La doula Ada Silva indica que justamente crear estos espacios permite que el proceso de la lactancia materna pueda ser eficaz.

Afirma la doula que la sociedad maneja mucho los “se supone” y esto conlleva a que muchas mujeres no sepan l forma más adecuada de vivir esta etapa “natural y necesaria para el ser humano”.

Experiencias de mamá

Delvalle Zabala tiene dos hijos, una niña de ocho años y otra de tres. “La primera fue parto natural, me pusieron a parir en el hospital, porque tenía 15 años y según eso debía vivirlo por adelantarme a una etapa; creo que ahí empezaría como una marca para que todo fuese complicado”, dice.

“Me costó que la niña agarrara la teta, la enfermera que me la llevó me ayudó un poco, pero de verdad tuve que esperar que llegara mi mamá para que me enseñara cómo era eso; me dolió mucho, pero luego pude”, expresa Delvalle.

“Le dí teta a mi hija hasta los cuatro meses, porque no sabía bien. Había días que no salía nada, otros días los senos me dolían mucho y prefería quedarme así”, cuenta Zabala.

“Con la segunda ya fue más fácil, además que ya sabía otras cosas; me tocó que me hicieran una cesárea y con eso tuve que cuidarme más, entonces mi esposo me ayudó y mi familia me apoyó. Dí teta hasta que la niña cumplió un año y tres meses”, concluyó la madre de 23 años de edad.
Por su parte, Yenlisbeth Acuña, de 35 años, le costó tener de forma natural a su único hijo y declara que buscó ayuda previa para contar con herramientas prácticas para “no fallar en el proceso”.

“Pero es que ni porque te hayas leído muchos libros eso va a darte una idea de lo que sientes, de lo que vives; porque es como una conexión que sientes con tu hijo”, señala Acuña.

“Fue muy bonito, pero también te das cuenta que tu cuerpo es complejo y que debes atenderlo para que pueda cumplir con lo que le exiges. Mucha gente me dijo que porque iba a tener a mi hijo ya después de los 30 años, iba a ser difícil, sin embargo tampoco fue así”, acota Yenlisbeth Acuña.
Lucy Mejías lleva tres partos, cuenta que a los tres varones que tiene, de 12, ocho y cinco años, respectivamente, los amamantó. Sufrió una mastitis con el segundo, pero eso no la llevó a desistir de hacerlo.

“Tuve que complementar la alimentación de mis dos últimos hijos con fórmulas y no se si algo tuvo que ver eso, pero son los que más se me enferman”, menciona la madre de 33 años de edad.

Orientar para hacerlo mejor

Especialistas en el área, como ginecoobstetras, psicólogos y pediatras, exponen que en algunos casos las experiencias resultan muy positivas si se acompañan de la mejor forma, con sentido de humanidad.

La madre ante este proceso natural vive muchos cambios, físicos y emocionales, inclusive posterior al nacimiento del bebé está vulnerable a situaciones que pueden alterar su ciclo y perjudicar el rol que le corresponde, indican.

Además manifiestan que actualmente todavía se ven casos en donde el entorno influye en el proceso, perjudicándolo, con teorías, mitos y falsas creencias sobre cómo debe ser o hacerse.

La OMS y la Unicef llevan a cabo labores en las comunidades y también a través de labores conjuntas con entes gubernamentales, para romper con estas “malas prácticas” a causa de factores culturales.

Con esto aspiran cumplir con la mejor forma de celebración de un día que realza es la mayor responsabilidad que se tiene sobre un infante y es ayudarlo a formarse de manera integral, partiendo de su alimentación adecuada para lograrlo.

 

 

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