José Vivenes: Herederos del olvido
La visión del arte de José Vivenes (1977) se caracteriza por una profunda reflexión de la historia del arte nacional y contemporáneo, reciente se ha estado concentrado tanto en la estética de Mark Rothko, en esa visión del artista que asume riesgos y no se conforma con un lenguaje visual complaciente:
“El arte es, para nosotros una aventura hacia un mundo desconocido, que solo puede ser explorado por aquellos que estén dispuestos a asumir el riesgo”.
Posición que llevo ha crear portales a espacios sacros que buscan conmocionar y despertar la ansia de lo extático en el otro, que eran uno de los pocos momentos que lo alejaban de su angustiado mundo interior.
Sus logros se materializan en su obra abstracta y en la Capilla de Rothko, ubicada en Texas, Houston, 1971.
Tuve contacto por primera vez con la obra de José Vivenes, en la Universidad de la Artes Armando Reverón como estudiante, donde ya se perfilaba como un creador original, alumno del maestro y artista Víctor Hugo Irrazabal, entre otros.
Grande fue mi sorpresa en el 2014 cuando gran parte del pueblo de Venezuela salió a la calle a manifestar contra el régimen, recibiendo perdigonazos, gas lacrimógeno acompañada de una brutal represión en un principio los manifestantes ni el mundo pensó que ocurriría tal respuesta del Estado, y esto provocó una contra violencia que generó cantidad de asesinados y torturados, las cárceles del Estaba decidido a hacer ensayos a tiempo real, pues las imágenes de la red eran espontáneas, originales.
Ese año a principios del siglo XXI el pueblo y manifestantes de las marchas expresaron una creatividad desbocada que se leían en las consignas como: “Ministro nos quieren quitar la gasolina, pero gocho que se respeta, tiene burro burro para ir a la marcha”, en los performances de los estudiantes, personajes populares como el hombre del papayo con consignas irreverentes plenas de humor, y el tachirense Hulk Gocho crearon originales performance, que incluso provocaron la fraternización entre los manifestantes y la Guardia Nacional.
Al mismo tiempo hubo en (2014-2017) estos años un gran vacío en expresiones artísticas, era difícil crear un lenguaje visual acorde con los hechos y una de las pocas propuestas que eran estéticamente originales y tocaban el tema con valentía, era la de José Vivenes, al verlas en la red les hice un detenido seguimiento, eran obras de pequeño formato de cuadernos boceteadas con libertad gestual, que creaban metáforas visuales de lo que ocurría, y muchas de ellas se convirtieron en iconos plásticos como su mapa de Venezuela rodeado de moscas de plástico, o sus héroes independentistas con manchas en el rostro, máscaras, charreteras, medallas, el pecho donde tenían bordado una corona de laurel en hilo de oro y los trataba con ironía fundamentado en la manipulación que hizo el Estado de ellos.
Los analicé y mantuve un diálogo con el artista para poder escribir ensayos sobre su obra, que iba haciendo a medida que la situación y represión se desarrollaba. Pero también transformó a los rebeldes libertarios en personajes pictóricos y democrático que lograron ser acallados con brutal represión.
En la red y el mundo se vieron brutales imágenes fotografiadas con celulares como la de una joven tirada en el piso golpeada salvajemente en el rostro por guardias nacionales con sus cascos metálicos.
Al finalizar las protestas en el 2014 el artista no detuvo la línea de plástica que lo motivaba y continuó mostrando la Venezuela que se estaba formando con sus colas, escasez, y en 2016 lo premiaron en la Sala Mendoza de la UNIMET, con una exposición titulada: “Falsos Héroes”, de la cual fui curador y escribí de uno de los textos del catálogo junto al historiador Pino Iturrieta:
“El Expresionismo caribeño de José Vivenes (1977) responde a incisivas reflexiones sobre el día a día, intenta rescatar la dimensión de la verdad en cuadros, dibujos, esculturas, y ensamblajes, ecos visuales del abismo social, de la pérdida de valores, y de la deformación de una Venezuela que desarrollaba una de las democracias más longevas del continente; para mutar en una sociedad cerrada y totalitaria…, empezó a generarse la cultura insurgente, como resultado de años de transgresión y violaciones a los derechos humanos. Este proceso fue investigado por Vivenes en rostros enmascarados, de jóvenes que adaptaron su indumentaria a la violenta arremetido del régimen, cubiertos con máscaras antigás, lentes de protección…, personajes dirigen la mirada al espectador, clamando por su participación, su cromática elude armonías estridentes para transmitir una carga simbólica y expresiva particular a cada personaje vinculado a Eros. .” (EPL, 2016)
Si visión personal del arte era casi profética: “La pintura es un medio de comunicación, no sólo para expresar sino para reflexionar el momento y la circunstancia sociales por las que atraviesa el país, esto sin querer ser oportunista de los actos sino que son circunstancias de mí andar e investigador de una sociedad que convulsiona.” (José Vivenes, 2016)
En el 2017 con la nueva oleada de manifestaciones, volvió la brutal represión, a los que se unieron los colectivos. Continuó el artista creando en libretas donde dibujaba, anotaba, y pintaba en tinta china y aguadas, mostrando imágenes que recreaban la historia de Venezuela llamada heroica, reinterpretando a los personajes patrios que el régimen había hecho suyos y reescrito su historia e iconografía, eran dibujos espontáneos que siguieron llenando un vacío que había en la red y en la creación de arte, pero el mundo creativo visual estaba paralizado ante tal hecho, sin embargo si surgieron performances espontáneos de creadoras impactantes que usaban su desnudos como signo de protestas.
Vivenes fue uno de los pocos artistas visuales en esa época que se dedicó con pasión a hacer dibujos, bocetos, acciones y cuadros, que registran lo que sucedía en el 2017 al 2018, pintó a los estudiantes encapuchados que luchaban en barricadas.
Su sutil crítica a los diálogos del gobierno la creo visualmente en dibujos sino con objetos inspirados en collages como moscas de plástico que creaban la palabra paz rodeadas del molesto insecto, son obras plenas de concepto e ironía de lo que se ha convertido la patria en el socialismo del siglo XXI.
Sus cuadernos de notas con su abigarrada letra, plantean profundas reflexiones, acompañadas de imágenes recrean personajes independistas, enmascarados, con rostros borroneados con manchas, rodeados de insectos, que va mostrando la evolución de su estética. Sus dibujos en tinta china evidencían lo inútil de pedir ayuda a otros paises.
Hubo otro pintor junto a Vivenes, Javier Hidalgo que asumieron está problemática histórica, al igual que los fotógrafos profesionales como Ricardo Gómez que crearon imágenes icónicas, Leo Álvarez que registraron y documentaron esos movimientos de rebelión.
Pasadas estas convulsiones sociales empezó el gobierno a implementar sus líneas políticas con una tendencia cada vez más hegemónica inspirada en el comunismo Cubano, Rusia y China, en estos años visité el taller de Vivenes para conversar y ver de cerca el desarrollo de sus proyectos.
Siguió creando una iconografía patria, con una pincelada viva y expresiva, donde ponía al espectador ante situaciones casi surrealistas como un héroe independentista ahogándose, recreando la obra de Michelena, tanto heroica como en sus zoología en pinturas de conejos, aves.., y en su temas taurinos, incluso en sus temas mitológicos.
Cada vez sus cuadros se centrabam más en el hecho pictórico, y la historia de la pintura nacional, además de las grandes corrientes pictóricas contemporáneas. Siguiendo sus estudios de Michelena investigue para la curaduría de su exposición en la galería Zero y en el texto que escribí, había muchos dibujos inspirados en los grabados de Goya, y Michelena mezclando temática sin abandonar nunca la tema de la nueva Venezuela que se esta creando gracias a más de veinte años de Estado intolerante a la libertad con una ideología del siglo XIX. Realmente eran impresionantes sus representaciones de héroes independistas como Bolívar, que manchaba su rostro en tinta china todo rodeado por una nubes de moscas, señalando metafóricamente las maniquea interpretaciones de los héroes independistas, que llegaron al extremo de crear un nuevo rostro de Bolívar.
“Para José Vivenes el arte debe crear una vinculación con la realidad, que provoque reflexiones sobre nuestro aberrante devenir, a esto responde su proyecto “La Balsa de Bello Monte”, inspirada por su pasión por comprender la involución ciudadana, al generarse un salto atávico a lo que él llama: “oscurantismo animalista”.
Caracterizado por un proceso deconstructivo de la sociedad , que ha convertido los sueños de la razón en apocalíptica pesadilla. Se materializaron al fin, los fervientes deseos milenaristas, de los partidarios del socialismo. Lograron transformar la Pequeña Venecia en una gigantesca jaula de acero.
El venezolano existe en un espacio-tiempo dominado por el temor. Es la psiquis del hombre nuevo, que engendró la revolución, en su negación del liberalismo, creando una sociedad donde la descripción de George Orwell del totalitarismo, en su novela “1984”, (1949) se acerca trágicamente a nuestra realidad”(EPL, 2017).
Al finalizar las protestas y evaluar sus resultados, por lo contraproducente que fue para el proceso político venezolano, pues ayudaron a sedimentar el Poder, la estética del creador oriundo de Maturín se alejó de estos tema sin perder clima irónico, como se evidencia en su actual exposición en la sala TAC, titulada: Medusa Michelena, 2022.
“Se inicia a principios del 2012, en principio era un propuesta que se enfocaba en reflexionar sobre el tema de la violencia, y la sociedad del espectáculo y buscar metáforas pictóricas en nuestra historiografía, y me acerqué al cuadro de la vara rota de Michelena, deseaba contraponer este tema con otros hechos, y gusto antes de concentrarme en esta imagen en Morón ocurrió un volcamiento de reses, y la gente se volcó sobre ellas y comenzó a descuartizarlas en plena vía pública. Y lo asocie al hecho taurino. Lo que me interesaba era el voyuerismo, ese ver con cierto sadismo, así comenzó el estudio de las reses, el tema del caballo…, pero detuve esa serie, porque me comenzó a interesar el hecho pictórico de la pintura para darle otra lectura sobre el soporte. Deseaba redimensionar esa otra dimensión de la pintura, desde mi experiencia de una ciudad que se desmorona como transeúnte, y con todo ese manipulación que se ha realizado en nuestra historia. Se me aclararon las situaciones con la lectura de Elías Pino, Ines Quintero, Carrera-Damas todo estos historiadores le dan vuelta a esta manipulación. Trato de reflexionar estéticamente la violencia como un espectáculo…”)(Vivenes, 2022)
De esta serie uno de los cuadros se divide en dos espacios pictóricos, uno donde dibuja en trazos rápidos el Laocoonte, que es el titulo de una de las obras de Lessing, y en el otro espacio se muestra a Páez con su caballo encabritado y lanza entre manos, al unir estos temas el espectador queda libre para que recree la obra.
Una de los cuadros más impactantes es la autoridad eclesiástica, que podría ser un arzobispo o incluso un Papa, con su traje rojo color sangre, sentado y el rostro cubierto con una capucha blanca, que le da un clima inquisitorial, y nos recuerda cómo la Iglesia en gran parte de su historia a estado junto al Poder, titulado Susurros, 2021.
El bebé llorando en su silla de madera para comer, llorando desconsoladamente tiene como referencia a Michelena, el del artista clásico es pintada bien delineado con sombras, para crear un realismo pictórico, en la obra que realiza Vivenes la recrea con un pinceladas gestuales para crear un cuadro contemporánea completamente gestual, que titula “canto para ello para ello que tuviera un arquetipo, 2014, el título tiene algo de ironía, pues deconstruye los arquetipos que creó Michelena.
El mito de la Pentesilea la Amazona de la cual se enamora Aquiles, es pintado por Arturo Michelena representando a la guerrera altiva lanza en mano antes de su muerte, en un brioso caballo, la versión de Vivenes la convierte en un boceto de líneas rápidas gestuales y manchas cromáticas que deconstruyen la obra, e introducen elementos ajenos a ellos, para dejar el camino libre al espectador para que la recrea y la compare con el boceto de Páez, donde crea un nuevo espacio entre las amazonas donde introduce un jinete llanero y una res lanceolada pintada gestuamente, titulada: El sol instante que deja el campo libre a la imaginación para Pentesilea, 2021. “Lo pictórico lo pienso, como un espacio de fortalecimiento plástico, que profundiza la soberanía de la forma.., la pintura tiene que ser liberadora …”(J.Vivenes, testimonio, 2022)
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