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Francisco Vera: del anonimato al reconocimiento internacional como estilista

Recuerda que hace unos años, estaba con un bolsito un 31 de diciembre maquillando a sus familiares y ahora, tiene además de su salón de belleza, un estudio de creación de contenido en el mismo edificio.
martes, 02 septiembre 2025
Francisco vera
Cortesía | Trabaja desde hace más de 12 años y ahora tiene un salón de belleza consolidado

Los obstáculos siempre estuvieron en el camino del estilista Francisco Vera, pero la determinación para cumplir sus objetivos prevaleció.

Desde muy pequeño estuvo vinculado a las artes, y aunque su sueño fue ser cirujano plástico -y espera cumplirlo algún día-, cuando era niño estuvo en academias de danza y estudió música.

“Mi vida siempre ha sido como que muy multifacética, porque yo decía que quería ser médico, pero yo canto desde que soy muy chiquito, me encantaba bailar, estudié música, me gradué de profesor de música en el conservatorio Cemi”, revela.

De hecho, como dato curioso, a Francisco lo conocen por tener su propio salón de belleza, pero lo que pocos saben es que aprendió a tocar 11 instrumentos musicales, mientras formó parte del Cemi y que además inició una carrera de Comunicación Social.

Sin embargo, la vida tenía otro propósito para él.

“Yo quería ir a Caracas, mi mamá me dice que no, ‘no puedes ir a Caracas porque no hay presupuesto, no se puede’ y yo dije bueno, entonces me voy a quedar acá en Guayana y voy a estudiar Comunicación Social”, cuenta el maquillador a PRIMICIA.

Recuerda que a los 14 o 15 años aproximadamente cuando estaba en las academias de baile, observaba como sus compañeras para esos eventos debían ir arregladas y llegaba un maquillador que las arreglaba a todas. “Al principio yo lo vi como un negocio, pero siempre he admirado mucho la belleza y arte, y yo siento que el maquillaje es la conjugación perfecta entre la belleza humana y el arte”.

En su adolescencia comenzó a practicar con el maquillaje y el estilismo, siendo sus compañeras de baile, así como su mamá, tías y primas sus primeros lienzos o “conejillos de indias”, y siempre agradece todo el apoyo de su familia, al punto que su madre, es la encargada de su negocio.

Comenzó bajo el anonimato

 

Aunque las mujeres de su familia se arreglaban con Francisco, sus esposos desconocían esta faceta. Al tiempo, el estilista tiene una pareja que tampoco estaba de acuerdo con su oficio y por eso se dedicaba a él, bajo el seudónimo de Anonymous Make Up.

Así era su usuario de Instagram, donde mostraba su talento, pero no su rostro, por lo que concretar una cita con él, era un asunto de clandestinidad.

No obstante, su alcance fue aumentado hasta que fue imposible de ocultar, de hecho, tuvo una gran aceptación de la ciudad, así que decidió mostrarse.

“Voy a poner mi cara aquí porque yo no siento vergüenza alguna de lo que hago, me siento súper orgulloso de lo que hago y gracias a Dios que lo hice porque luego de eso si ya todo iba muy bien, fue muchísimo mejor”, admite él ahora dueño del salón de belleza Anonymous Studios en el Centro Comercial Naraya.

Recuerda que hace unos años, estaba con un bolsito un 31 de diciembre maquillando a sus familiares y ahora, tiene además de su salón de belleza, un estudio de creación de contenido en el mismo edificio.

Al preguntarle ¿a qué atribuye este crecimiento? Sin duda, Francisco responde: “siempre le pongo mis planes a Dios. Yo dije si esto es para mí, todo se va a dar como es y así fue”.

Actualmente, es uno de los estilistas más reconocidos de la ciudad, atendiendo a varias personalidades, en constante preparación nacional y con colaboración con marcas importantes. Pronto anunciará la alianza con una empresa internacional en el área de la belleza.

“Me sorprende muchísimo como todo ha pasado demasiado rápido, no sé en qué momento, lo que sí sé es que he sido muy constante, siempre he sido súper disciplinado, soy muy perfeccionista con mi trabajo”, reconoce.

 

Retos para un joven emprendedor

Cuenta en exclusiva a PRIMICIA que en sus inicios, las personas lo subestimaban por su edad. “Llevo 12 años trabajando y cuando veían que el maquillador tenía 16 años, había como prejuicio”.

Al mismo tiempo, comenta que por trabajar desde muy joven, tuvo que dejar la universidad, solo llegó al 6to semestre de Comunicación Social. “Tuve que congelar la carrera porque no podía, el trabajo me consumió de una forma, que dije ya no puedo”.

Francisco hace hincapié en que mientras los de su edad estaban yendo a la disco, él estaba trabajando, porque los fines de semanas era cuando tenía más demanda.

“Hay muchas etapas que siento que no quemé, yo decía, por qué todo el mundo puede salir y yo no, quiero descansar, quiero viajar, pero llega un punto en que tú piensas qué quieres ser, a qué te quieres dedicar”, reflexiona.

Admite que gran parte de su éxito se debe a renunciar y sacrificar cosas que pueden ser placenteras al momento para un joven, pero no van alineadas con la vida de un empresario, si es lo que quieres ser.

 

¿Y cómo enfrentas ser líder de un negocio y joven, frente a empleados que quizás sean mayores?

– Sí, de hecho, ahorita somos en el equipo como 11 personas y varias de las chicas están conmigo desde que yo comencé a hacer esto. Yo comencé a trabajar a los 14 años con esto, tengo como 12 años trabajando y hace como cinco años, yo dije, a esto es a lo que me voy a dedicar y desde ese momento están varias de las chicas conmigo. Bueno, las chicas, yo digo chicas, pero todas son mayores que yo. Ellas me han visto crecer, y yo siento que, y es a lo que agradezco muchísimo, no hay ninguna persona exitosa que no tenga un buen equipo detrás. Mi equipo es espectacular, todas las chicas están súper capacitadas porque a medida que yo me he ido capacitando, yo las he ido capacitando a ellas y no hay mejor respeto que el que se gana por admiración. El mejor respeto que tú puedes obtener de alguien es cuando esa persona te admira. La gente que te admire te va a respetar y las chicas que se van uniendo ven la dinámica del equipo y ya automáticamente se acoplan.

¿Cómo tomas la decisión de dejar la universidad en una sociedad que te exige tener un título?

– No importa lo que sabes o cuánto sabes, sino lo que haces con eso, puedes saber muy poco, pero sí sabes como desarrollarlo, puede ser exitoso. En ese punto, la universidad me quitaba tiempo que podía invertir en mi emprendimiento. En ese momento pensé como un empresario, en este momento mi empresa necesita más de mi y tengo que darle prioridad, porque yo me iba a graduar de Comunicación Social para seguir siendo estilista. Pero soy el tipo de persona que lo que empieza lo termina y sé que está en pausa, pero un momento de mi vida lo voy a terminar.

¿Qué le dirías a otros jóvenes que están en la misma disyuntiva de terminar una carrera o dejar los estudios por trabajar?

-Es complicado decirles, deja la universidad y vete a hacer el emprendimiento que quieres o por lo que sueñas. No, es complicado porque es una decisión muy personal y que muchas veces tiene que ver con la familia y todo esto. Pero lo que yo sí les puedo decir es que si lo que van a hacer los apasiona y que tengan la disciplina, que sepan que son capaces de renunciar a muchísimas cosas, si son capaces de renunciar a muchísimas cosas para hacer crecer ese emprendimiento, esa idea, ese sueño háganlo porque sí se puede, no es fácil ni aquí ni en Chile, lo que sea que tú hagas que vaya a valer la pena porque llevas muchos sacrificios siempre, pero debes estar consciente de que estás dispuesto a dar el todo por el todo para lograrlo, eso es lo que yo les recomiendo arriésguense pero con responsabilidad.

 

¿Cuáles son tus próximos proyectos?

– Tengo un proyecto super grande y creo que se va a materializar el año que viene, es para nuestra ciudad, me parece que mucha gente ha apostado a irse de la ciudad, a la capital o fuera del país, y yo sigo creyendo en Guayana, me encanta mi ciudad. Sé que muchos lo van a amar, va a ser algo genial, un espacio que nuestra ciudad necesita.

En su carrera como estilista, Francisco va a continuar de capacitación en capacitación, dentro y fuera del país, porque aunque no estudió medicina, está en constante actualización. “Mi mamá dice que soy el médico de la belleza”.

 

Conociendo más a Francisco Vera

 

Una manía: cantar todo tipo de música en el salón

Un autor: Paulo Coelho

Un placer: cocinar para familia y amigos

Comida favorita: comida criolla

Mascota: un Golden llamado Bailey Ramón

Una frase favorita: el trabajo dignifica

 

Francisco Vera no es un joven típico, es uno que está emprendiendo y que dejó el anonimato, para trabajar por sus sueños.

 

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