El Teresa Carreño cumple 40 años
En pleno corazón de Caracas se alza, dando entrada a la Universidad de las Artes, a los Museos de Ciencias y Bellas Artes y al parque Los Caobos, el complejo cultural más importante de Venezuela y el segundo más grande de América Latina: El Teatro Teresa Carreño (TTC).
Propios y visitantes pululan a diario a su alrededor y se adentran en las más maravillosas atmósferas artísticas dentro de sus espacios desde hace ya 40 años.
La historia del Teatro Teresa Carreño comienza en la década de 1970 cuando el Centro Simón Bolívar crea un concurso para la construcción de una sala de conciertos para la Orquesta Sinfónica de Venezuela que, más tarde, fue también el lugar donde nació el Sistema de Orquestas.
Esa meta la cumplieron en 1976, cuando se inauguró la sala José Félix Ribas con un concierto de la OSV, cuyos músicos ya desde ese momento tomaron los espacios circundantes para sus ensayos.
Pero era un proyecto ambicioso y no fue sino hasta el 19 de abril de 1983 cuando finalmente se inauguró el complejo cultural con su imponente sala Ríos Reyna.
Irvin Peña, director ejecutivo del TTC, relató que el trabajo artístico comenzó entonces con convenios con otros teatros del mundo para la formación del personal de talleres de realización, vestuario y caracterización, maquillaje, escenografía y utilería.
“Esa primera década el teatro tuvo una intensa programación de producciones propias y de altos costos con artistas internacionales, acompañados de los cuerpos estables pero el pueblo no tenía la capacidad de pagar esas entradas tan costosas”, contó.
Una década más tarde, el TTC ya era uno de los principales teatros del mundo y aunque ocurre un leve decrecimiento de las producciones propias es en 1996, cuando se estrena una de sus obras más emblemáticas: El cascanueces de Vicente Nebrada.
“Para la cumbre de la Opep se hizo una inversión importante en la infraestructura: impermeabilización de techos, intervenciones en lo que a ingeniería civil se refiere, actualización del sistema de tramoyas e intervenciones en materia de sonido”, recordó Peña.
Para darle continuación a ello, al inicio del período del presidente Nicolás Maduro, “se creo la junta interventora dado que el teatro venía arrastrando problemas de gestión, de funcionamiento de sus instalaciones y de funcionamiento interno que ameritaban un diagnóstico. Esa junta dio una serie de pasos que han permitido que hoy el Teresa Carreño tenga una cara distinta y dé buenos resultados. Ha sido un proceso de acompañamiento desde que se inició esa junta, que es un hito en la gestión de espacios culturales en Venezuela, nunca se había intervenido un teatro”.
A partir de ese momento se instaló el sistema de acústica variable electrónica Constelation, que permite mejorar las condiciones acústicas de la sala. También se hicieron intervenciones importantes del sistema de sonido, altoparlantes, cónsolas, microfonía y sistemas de energía.
“Eso ha permitido, por supuesto, tener mayores herramientas para producir eventos de mayor calidad como Los miserables, que se presentan actualmente”.
En 2015 se hicieron intervenciones y mejoras de espacios y de salas, y comenzó un crecimiento, no solo en términos de producción sino de creación de cuerpos estables y aumento en la nómina de artistas, convirtiendo al TTC en uno de los principales empleadores de artistas.
Recuperación
Entre 2016 y 2019 comenzó un período difícil. En pleno encierro por la pandemia del covid-19, comenzó la rehabilitación e intervención de las salas y camerinos, así como restauraciones de las plazas Teresa Carreño y Vicente Emilio Sojo.
“Fueron un conjunto de acciones que le dieron al teatro un aire nunca antes visto. Por último se instaló recientemente el sistema de iluminación arquitectónica. Entonces estamos ubicados en este momento como un teatro con tecnología de punta. Hay otros sistemas que tendríamos que modernizar por sus 40 años de funcionamiento, pero el teatro está en este momento en muy buenas condiciones y lo hemos sentido del público que ha asistido a las presentaciones. Los artistas también han tenido la posibilidad de tener equipamiento de última tecnología en sus espectáculos”, contó.
El crecimiento del TTC se evidencia también en la creación de nuevos cuerpos estables. En principio contaba solo con cuerpos de ballet y ópera. Actualmente posee a los elencos del Coro de Ópera, el Ballet Teresa Carreño, Teresa Danza Contemporánea, Teresa Danzakalle, Ubuntu TC, Odila TC y la Ópera Teresa Carreño.
En años recientes el TTC ha querido compartir sus saberes, por ello crearon el Sistema de Formación en Ballet, un programa que tiene presencia en los estados Zulia, Lara, Miranda, Nueva Esparta y en la parroquia San Agustín, en Caracas.
Teatro taller
Los 88.000 metros cuadrados que conforman al Teatro Teresa Carreño están distribuidos en dos salas principales (Ríos Reyna y José Félix Ribas), seis salas de ensayos, espacios para talleres de realización, de escenografía, salones de caracterización, vestuario y maquillaje, áreas de audio y sonido. Además, posee un centro documental y gran cantidad de espacios abiertos, cafés y una tienda de la Red de Arte.
Por otro lado, el Teresa Carreño tiene sus propios talleres.
La celebración del 40 aniversario será todo el año 2023: “queremos hacer óperas, ballets, muchas producciones con nuestros cuerpos estables y coproducciones. Entonces celebraremos en el escenario en cada una de las producciones que tengamos”, dijo su director ejecutivo, Irvin Peña.
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