El arte como crítica: Ai Wei Wei
Ai Wei Wei (1958), artista chino vive exiliado en Alemania desde el 2015, huyó de del régimen chino tras ser secuestrado, y preso por 81 días.
Pero antes fue destruida su casa-taller como castigo por crear proyectos que mostrarán el rostro que oculto del régimen comunista. Fue sometido a torturas psicológicas de las cuales aún se recupera.
Este es el destino de todo intelectual, o artista que no apoye el régimen comunista creado por Mao Zedong. Dicha muestra se dio en el marco del IV aniversario de la muerte de Cervantes.
El título de la misma responde a que una de las etapas más importantes de la vida: El rito de paso de la oscuridad a la trascendencia que lleva al ser a comprender el sentido de la existencia.
Ambos creadores (Cervante y Ai) vivieron en carne propia la pérdida de la libertad. El curador de S.C.R.E.D en España Carlos Aganzo afirma: “No estamos ante la libertad como un concepto, sino lo que se pierde cuando no se tiene”.
No fue por casualidad que transcurrió la infancia de Ai en el desierto del Gobi, una de las zonas más inhóspitas de China tras su padre, el poeta Ai Quing, en 1958 ser movilizado a un campo de trabajo con su familia, prohibiéndosele volver a escribir por 20 años.
Destino de todos los intelectuales y creadores críticos en los modelos totalitarios de sociedad, esto lo parecen olvidar los creadores colaboracionistas y afectos a estos regímenes: El precio a pagar por ejercer la libertad creativa en países totalitarios como China, Cuba, y la Venezuela actual de triunfar el comunismo; es la pérdida de la libertad en toda la amplitud del concepto. Pues la innovación, la inventiva y la libre creación son los principales enemigos de las sociedades inspiradas en el mesianismo marxista-leninista, al imponer su dictadura de partido para materializar su distopía.
El proyecto Sagrado, Apología a la Libertad es integrado por dioramas creados en la clandestinidad a lo largo de casi dos años, el proyecto fue supervisado por el artista con un equipo de 30 personas. Ai deseaba reconstruir las vivencias de la detención ilegal que sufrió en abril de 2011, fueron transportados de China hacia Venecia discretamente.
El artista se ha negado a informar cómo logró transportarlos hacia Europa, al llegar se expusieron en la Iglesia del distrito castellano en Venecia, luego fueron mostrados en España, 2016, en la Catedral de Santa en Cuenca.
Estas piezas son una de las pocas obras biográficas del artista, que impactó al arte occidental al exponer en la Tate Gallery la instalación “Semillas de Girasol”, 2005; una mordaz crítica al culto a la persona que instauró Mao Zedong, quién se percibía como el sol de la China Comunista.
La exposición recrea los 81 días de torturas psíquicas a que fuera sometido, a través de estrategias conductistas para quebrar, y someter su ser. Durante las veinticuatro horas del día, estuvo acompañado de dos militares, a los cuales tenía que pedir permiso para realizar cualquier actividad, desde comer, dormir, caminar, acostarse, orinar, defecar… No podía realizar ninguna de estas necesidades, hasta que se le diera el permiso, y en ocasiones le era negado, era la manera de quebrar su dignidad, y su libertad interior.
Las paredes y el techo eran blancas y estaba ubicada la prisión en un sótano, para que no pudiera ver la luz del día, y aislarlo tanto sensorialmente como de todo contacto humano.
Son dioramas, en cajas de acero de dos toneladas cada uno, para transmitir al público la idea de encierro, metáfora del peso del Estados sobre la sociedad, al ser planificada como una gigantesca prisión.
La causa de su persecución fue el proyecto centrado en recordar la muerte de casi seis mil niños, en el terremoto del 2005, el régimen ocultó este lugar, acordonándolo y prohibiendo su visita, para evitar que se conociera la muerte de los niños.
El artista se dedicó con voluntarios a investigar cuántos niños habían muerto y la causa. Fueron 5.200 niños que murieron sepultados al derrumbarse sus escuelas, como castillos de naipes, por la construcción defectuosa de estas edificaciones.
Logró obtener a lo largo de un año, los nombres, fechas de nacimiento, datos de su familia, y una pequeña reseña de cada una de las víctimas. Incluso recupero los despojos que quedaron entre las ruinas de la trágica muerte de estos niños como: zapatos, morrales…
Al año de la tragedia publicó la lista en un Blog: el mundo se indignó, y el régimen chino no tenía argumentos para explicar la muerte de esos miles de niños y haber ocultado la tragedia.
Su blog fue bloqueado por la censura, pues en China no existe Google, Facebook, Youtube…para evitar que se conozcan acontecimientos como la masacre de Tinanmmet, en 1989.
Por eso tienen sus propios buscadores, en los que solo aparece información que el régimen desea que se conozca, se reescribe la historia como en la novela 1984 de G.Orwell. A raíz de estos hechos se intensificó la persecución que terminó con su prisión.
Sin embargo las posiciones políticas de Ai Wei Wei sobre los peligros a las democracias occidentales, son paradójicas, pareciera no comprender el rol real del comunismo y de la izquierda en otras geografías como España y Latinoamérica; podría estar cayendo el artista en la trampa del victimismo de la izquierda y el comunismo occidental que tanta ganancias le ha dado hasta el día de hoy.
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