Deliveries en bicicleta: El riesgo de andar a pedal para servir a los guayaneses

Por la pandemia de covid-19, muchos guayaneses optaron por emprender ante la crisis y algunos tomaron sus bicicletas para llevar alegrías a los ciudadanos en medio de la cuarentena.

Carolina Rodríguez pensó que la idea de hacer entregas a domicilio en bicicleta era una buena forma de emprender tras quedarse sin opciones como productora audiovisual y de eventos, ya que por la pandemia todo se paró.

Al mes de iniciar la cuarentena para evitar la propagación del covid-19, Rodríguez inició un emprendimiento junto a un aliado comercial que se trataba de una bodega virtual pero con servicio de pick-up.

“Pensé en por qué no podía llevarle los productos a sus casas, si estábamos en el mismo sector. Empecé con una ronda de entregas en la mañana y después hacía otra en la tarde”, relató.

Rodríguez, quien se dedica al ciclismo como deporte, encontró una diversión al subirse a la bicicleta para entregar el pan fresco apenas llegaba al negocio y su idea incrementó las ventas de la bodega.

Más adelante empezó a ofrecer un servicio de mercado completo para que los que estaban fuera del país lo enviaran a sus familiares en Ciudad Guayana.

“Era una manera de prestar un servicio, que obviamente era una necesidad. Y más allá del dinero que podía cobrar, podía ser útil para la gente que está afuera, para los adultos mayores que no pueden salir por el tema de la pandemia”, resaltó.

Pronto convirtió el servicio de delivery en bicicleta en un emprendimiento independiente, haciendo entregas a vecinos y amigos pero ya ha logrado captar otros aliados y clientes.

Entrega segura

Carlos Pensa inició su emprendimiento como delivery en bicicleta en junio de 2020, también como una alternativa de empleo ante la pandemia del coronavirus.

Inicia las jornadas desde temprano, con las entregas agendadas desde el día anterior, con las que vayan saliendo durante el día hasta lo que le permite el horario si es cuarentena radical o semana de flexibilización.

“He aprendido a darle mayor valor a la vida, en un abrir y cerrar de ojos te puede cambiar la vida. He aprendido a cumplir lo agendado, que hay que darle un mayor valor al tiempo”, expresó Pensa.

Para Rodríguez, el hacer deliveries en bicicleta es más que prestar un servicio. Es llevar una entrega a tiempo, segura, completa, ser responsables de llevar tranquilidad, comodidad y felicidad a las personas hasta su hogar.

“Somos personas dedicadas a hacer la vida del resto de la ciudadanía más fácil, eso nos convierte en un punto determinante en medio de esta cuarentena, ahora con la escasez de combustible, eso nos da un papel protagónico”, destacó.

Mencionó que hacen posible que los guayaneses tengan sus despensas llenas, llevar medicamentos en momentos oportunos y entregar mercados comprados especialmente para los adultos mayores, enviados por sus familiares en el exterior.

“Es un servicio personalizado, una responsabilidad, una felicidad. Nos muestra cuán útiles podemos ser para la sociedad que somos parte, somos elementos de cambio y factor de apoyo de soluciones”, agregó.

Riesgos

Rodríguez admitió que hacer delivery es un trabajo responsable y con una cantidad de riesgo que debe asumirse “a conciencia para que no les afecten”.

Se dedica al ciclismo todo terreno y de ruta como deporte, balancea el hacer entregas a domicilio con sus entrenamientos de asfalto y circuito.

Resaltó la importancia de un buen entrenamiento, hidratación, alimentación y mantener la batería del teléfono óptima.

“Hay que entrenar para que las entregas sean más rápidas y soportar más carga. Si vemos un riesgo, tenemos que tener energía para correr, con o sin carga, para escapar del peligro”, confesó.

Entre las dificultades de hacer delivery en bicicleta, Pensa mencionó el tener que soportar el intenso sol guayanés y el intentar llevar una torta de cumpleaños mientras pedalea.

Pero esos obstáculos no se comparan con el riesgo que corren ante la imprudencia de algunos conductores y la posibilidad de ser asaltados.

“La distancia que más larga que he recorrido es desde San Félix a Villa Betania o Sierra Parima. He dejado de hacerlo por la inseguridad, ahorita en Puerto Ordaz hay puntos por donde no podemos transitar”, lamentó.

Añadió que varios conocidos han sido víctimas de robos mientras transitaban en bicicleta, pero también asegura que el riesgo de tener accidentes es mayor.

“Uno como ciclista es que yo tengo que manejar para mí y para los demás, existen muchos conductores que ni una luz de cruce encienden en su vehículo o se comen las flechas para ahorrar gasolina”, contó.

Crear conciencia

Rodríguez afirmó que no hay consciencia ciudadana sobre el ciclismo urbano pero que es parte de la comunidad ciclista crear conciencia, mientras aún no se tengan ciclovías en la ciudad.

En ocasiones ha tenido que detenerse porque un carro la adelanta y “le roba” la vía, sin respetar la distancia mínima de 1,5 metros entre el vehículo y el ciclista.

“Es un trabajo de hormiguita, de día a día, en la medida que tengamos la oportunidad de cada vez hacer más consciente desde la amabilidad a la gente (…) Andamos a pedal, andamos con peso que a veces supera nuestra capacidad pulmonar, nuestra capacidad de acelerar, eso es lo más difícil, enfrentar la inconciencia de los conductores”, acotó.

También aseguró que se debe crear conciencia sobre los deliveries como servicio de entrega inmediata, por lo cual los clientes deben estar atentos después de solicitar un pedido.

“Colegas han sido víctimas de robos porque han esperado más de diez o quince minutos esperando que el cliente baje, deben estar atentos esperando”, explicó.

Motivación

Carolina ha recorrido entre 20 y 25 kilómetros de ida y vuelta solo para entregar una encomienda. Admite que andar en bicicleta es un día feliz, con sensación de libertad, capacidad y poder ir siempre más allá.

Afirmó que entre los ciclistas de entregas a domicilio se ha formado un gremio, en el que no importa para quién se trabaje, existe la solidaridad sobre el asfalto.

“Si nos encontramos nos acompañamos porque es más seguro rodar juntos que solos. Hemos hecho amigos, aliados. Hay solidaridad. Hacer delivery es un estilo de vida y quiero continuar, tanto por servir como por todas las satisfacciones que trae”, dijo.

El hacer deliveries significó para Carlos un reencuentro con la bicicleta después de 25 años. Fue su opción ante la escasez de combustible.

“Le agarré amor a la bicicleta, eso es una de las cosas que me motivan (…) Hasta un punto que trabajo de lunes a viernes y los fines de semana hago rutas largas desde Puerto Ordaz”, recalcó.

Indispensables

Otra de las motivaciones de Pensa es haber conocido emprendedores “que hacen maravillas”, a quienes apoyan para sus ventas con el traslado de los productos.

“El poder ayudar a concretar las ventas, hacen sentir a uno indispensable. Siempre le digo a un cliente que puede contar conmigo, somos necesarios en este nuevo método de venta de los emprendedores”, apuntó.

Por otro lado, Rodríguez se emociona con las lágrimas de felicidad de los que reciben un mercado en la puerta de su casa, de parte de un familiar en España, Argentina, México, Estados Unidos, entre otros.

“Esa felicidad de ver a esas abuelita de 83, 87 años recibiendo el mercadito, prolijo, organizado, la charcutería, las frutas, vegetales, como si lo hubiesen comprado ellas, todos esos detalles que cuando haces la entrega, al ponerles la nota de voz que le enviaron sus hijos con el mercado. Me satisface verlas contentas, atendidas”, confesó.

Rodríguez reveló que espera seguir haciendo delivery aun cuando la cuarentena por covid-19 haya pasado. “Quiero seguir brindando soluciones y divirtiéndome en el proceso”, cerró.

Ten la información al instante en tu celular. Únete al grupo de Diario Primicia en WhatsApp a través del siguiente link:https://chat.whatsapp.com/Fcbp8XfRs1l7VdnHerR5lv

También estamos en Telegram como @DiarioPrimicia, únete aquí https://t.me/diarioprimicia