“Aquí todos se hacen la vista gorda”

Uno de los problemas principales que aqueja a la comunidad de Barrio Caroní, ubicado en San Félix, es la presencia gigantesca del vertedero improvisado al finalizar la calle Cuyuní del sector.

La primera impresión que da la montaña de basura, es abrumadora, sin embargo, quienes residen en las zonas aledañas, se niegan acostumbrarse ante dantesca situación.

Por años, familias enteras han visto con preocupación esta problemática, pero hasta el momento solo se han convertido en conversaciones entre vecinos por la agonía de percibir a diario la podredumbre que despide el lugar. Ante el caso crítico del bote de desechos sólidos varios se han tomado la libertad de incendiar la montaña de desperdicios como una vía de solución rápida, pero esto ha ocasionado que el humo llegue a hogares ubicado a dos calles abajo del problema.

Paso peatonal
Quienes transitan por la vía para llegar al sector recalcan la incomodidad que es el caminar a pocos metros de la zona afectada, así lo declaró Rosimar Figuera, residente de uno de los sectores aledaños a la comunidad.

Indicó que a diario debe pasar por el tramo lleno de basura con su hijo en brazos, asegura que es intolerable el hedor, sin importar la hora del día.

Figuera manifestó que el cúmulo de desperdicios crece a diario por personas que lanzan las bolsas plásticas en el lugar, sin tener conciencia que puede afectar de manera producente a cierto número de familias.

Viviendas vecinas
Una de las primeras casas en desventajas por la dirección cercana que tienen al vertedero es Francis Ospedales, manifestó que tiene más de 5 años en el sector, “en otros tiempos botaban las bolsas plásticas en el terreno frente a empresas privadas, en la misma vía”. Luego de un par de años para acá, la misma directiva de las industrias realizó una limpieza en el lugar, por su bienestar, fue entonces que la comunidad y todo aquel que usa la vía deposita sus desperdicios del otro lado de la calle.

“Ahí se pueden observar desde animales muertos hasta carros que han dejado desvalijados”. A mi casa llega la hediondez y debo luchar con las moscas, a parte de evitar que mis hijos no se vayan a enfermar, porque la situación económica está difícil para comprar medicamentos. destacó Ospedales.

También agregó que conoció casos de varias familias que a sus pequeños “le salieron erupciones en la piel cuando la basura estaba acumulada en el lugar anterior, porque colindaba con sus patios. No quiero que eso le suceda a mi familia”.

Destacó Ospedales que en la calle anterior también se encontraba una montaña de desechos similar a la del sector, pero a diferencia, el área fue saneada por las autoridades competentes, por esta razón, la residente creyó que sucedería en la vía Cuyuní en poco tiempo, pero no fue así.

Mano de obra comunal
No solo existen fallas en la recolección de desechos, sino otros servicios básicos ausentes que ha causado ansiedad entre los vecinos.

Ospedales explicó que uno de los habitantes tuvo que exponerse para trancar la tubería de aguas servidas, porque no sabíamos qué era lo que estaba obstruyendo el paso.
Debido a la reparación, por el momento usan pozos sépticos como alternativa, entre la basura y problemas en el desagüe era intolerable los olores putrefactos.
Daños a kilómetros

René Vargas, es otro de los perjudicados, a pesar que su residencia quede retirada de la zona en cuestión, denunció que ha entablado conversaciones con varios de los residentes debido a una emergencia que se presentó con uno de sus hijos por causa de la quema de basura. “Mi hijo tuvo una crisis asmática la semana pasada, hablé con los vecinos que hacen este tipo de tarea, si es de colaborar con bolsas plásticas y recolectar los desechos yo los ayudo, pero todos estamos afectados por el humo”.

Vargas agregó que debido al problema de salud con uno de sus pequeños, tuvo que correr para encontrar el medicamento y solo lo pudo conseguir “Bachaqueado”, debido a esto, se ha acercado hasta los vecinos que han quemado no solo en el vertedero principal, sino en otros lugares por otros motivos y explicar el problema que ha causado en su casa esta simple tarea que muchos la ven como una solución pronta. Con tranquilidad aseguró que los residentes han colaborado.

Aseveró Vargas que en la actualidad no tienen consejo comunal porque están organizando las elecciones, pero el anterior comité no hizo nada que beneficiara a la comunidad. El alumbrado al final de la calle en cuestión se mantienen a oscuras, esto propicia que aumenten los índices de atracos en horas de la tarde. Para cruzar el tramo de la vialidad, esperan ir acompañados para evitar incidentes con extraños.

Hace aproximadamente 6 meses recordó Vargas que el aseo municipal pasaba por las calles, “eso fue solo por elecciones, pero después no se acercaron al lugar. Una de las soluciones para evitar este tipo de vertederos improvisados es retomar el uso de container en las urbanizaciones en conjunto con la fluidez de visitas por los camiones compactadores. De esta manera, no sería un problema la basura.

Los residentes no colaboran
Otro de los vecinos está en desacuerdo, Marcelo Zapata mencionó que el cúmulo de inmundicia se ha incrementado por la falta de conciencia de las personas, hace como un mes limpiaron el área con ayuda de una máquina agrupando los desperdicios, ésta iniciativa fue realizada por parte de la comunidad y las empresas privadas que colindan con el montón de podredumbre para frenar el crecimiento del vertedero.

Zapata, con preocupación, acotó que la presencia de la suciedad a gran escala trae como consecuencia enfermedades respiratorias, pulmonía entre otras, que han padecido varias personas en la urbanización Caroní por la quema a diario del cerro de desperdicios de todo tipo. Incluso se agrava la situación por la compañía de animales carroños que también hacen vida en el lugar para buscar alimentos.

En reiteradas oportunidades el aseo transita por las calles, pero solo recoge las bolsas que dejan los habitantes en las afueras de sus viviendas, sin embargo, hacen caso omiso al gran problema que presenta una de las calles y a la vez tan denunciado por las personas que viven en el urbanismo. Dijo Zapata.

Problemas con el servicio de agua potable
Una de las fallas que se acentúan en el sector, es la ausencia del servicio de agua por tubería en la casas de la urbanización. Hace más de un año que no poseen suministro en los conductos, “hay que estar pendiente a qué vecino le llega un poquito de agua y desde la madruga hacer la cola con los envases de plásticos para llenar medio nuestros tanques”. Exclamó Zapata.

Los camiones cisternas se han convertido en una de las primeras opciones para llenar los tanques en los hogares, además que deben pagar cierta cantidad de dinero y por la situación que está atravesando el país, muchas veces no se tiene para cancelar lo que piden.

En una de las calles, no falla el suministro por uno de los tubos, esta es otra opción que han optado los que no pueden costear un camión privado, el problema es que llenar por tobos es agotador, describió Zapata.

Soluciones
La vida de quienes habitan esta zona de San Félix, ha cambiado desde que los servicios fallan constantemente, Zapata detalló que varias veces se tienen que acostar sin bañarse para ahorrar el agua recolectada, incluso en ocasiones debe comprar agua embotellada para poder hacer las tareas diarias en su hogar, desde preparar los alimentos hasta aseo personal.

La colectividad hace un llamado a las autoridades competentes para prontas soluciones ante la dificultad de problemas que atraviesa la urbanización Caroní. La calidad de vida ha desmejorado a medida que los servicios disminuyen su eficacia.

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