Hiperinflación no permite los presupuestos familiares

José Cipriano Díaz, secretario ejecutivo del Colegio de Economistas del Estado Bolívar, explica que el presupuesto familiar permite hacer un cálculo previo sobre los gastos e ingresos de dinero en un periodo determinado; sin embargo, por la hiperinflación que afecta al país esto es prácticamente imposible en los hogares guayaneses.

Señala que este cálculo primero anticipa el gasto y la oportunidad de analizar lo que se puede comprar. Segundo, genera la adaptabilidad para que las personas puedan ajustarse a los fenómenos de variabilidad y, por último, ofrece la solidez que se refiere a lo que realmente se tiene y lo que puede gastarse.

Agrega que en la actualidad se viven tiempos muy difíciles en Venezuela y no se puede negar que, en ocasiones, resulta imposible mantener la calma, sobre todo en los casos de los desempleados que dependen de las ventas informales diarias para subsistir.

“El desempleo y la contracción del Producto Interno Bruto son devastadores en la actualidad, así como la corrupción y la mala gestión de la economía son los puntos principales de la crisis, pero el mayor problema es la inflación que pasó, desde hace mucho, a la hiperinflación; de esta manera, se generó que el bolívar no valga nada y que se tenga la misma percepción con las divisas”, dice Díaz.

“Economía cerrada”

Indica que el modelo actual es de una economía cerrada, en el que hay que ajustarse a los ingresos y que estos sean iguales al consumo necesario. Por lo tanto, no permite a los ciudadanos ahorrar o invertir y mucho menos realizar exportaciones con normalidad.

Destaca que es difícil estimar las cuentas porque un producto tiene tres precios: en efectivo, pago en tarjetas de débito y en divisas.

Por ejemplo, un cartón de huevos cuesta 600 mil bolívares y un kilo de queso está a partir de los Bs. 590 mil en adelante, todo de acuerdo con la zona de compra en la ciudad.

Resalta que los guayaneses deben aprender un oficio aparte del que tienen, para contribuir con el ingreso y poder satisfacer las necesidades básicas.

El proceso se complica porque las unidades económicas no están en equilibrio y el Gobierno tampoco ha podido lograr una estabilización.

“Por una parte está constituida la corriente real conformada por los factores productivos, los bienes y servicios; por otra parte, la corriente monetaria con los ingresos y los precios, y cuando estas dos están en equilibro, la familia sí puede realizar el presupuesto justo y adecuado”.

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