Rafael Nadal sometió a Djokovic y avanzó a semifinales del Roland Garros
Espectáculo irrepetible, historia viva del deporte y patrimonio mundial del tenis. Así se puede definir lo que supone presenciar un duelo más de la máxima rivalidad histórica del tenis, como el que se ha visto en un Roland Garros 2022 que será recordado para siempre después de esta noche.
Rafael Nadal y Novak Djokovic vivieron el 59º episodio de una historia que es preciso vivirla para entender en su plenitud todo lo que significa. Dos estilos contrapuestos que han ido puliéndose y perfeccionándose mutuamente con el discurrir del tiempo hasta alcanzar límites insospechados para cualquier humano.
Se conocen el uno al otro como si estuvieran en la mente del contrario, pero eso no impide que se sorprendan en cada nuevo envite y encuentren la manera de desafiarse como nunca antes lo hicieron.
Pasada la medianoche, con alternativas constantes y un nivel de tenis sublime, el resultado final fue de 6-2 4-6 6-2 7-6 (4) en favor de Nadal.
Todo lo que se pueda analizar en los días previos a un duelo de esta magnitud pierde su eficacia en cuanto la pelota echa a volar, porque ambos protagonistas salen de forma natural de su zona de confort, asumen riesgos y tiran el uno del otro para subir el órdago tenístico.
Nadal arrancó el primer set pletórico, bordando el tenis de una forma irreal para un jugador que hace 15 días cojeaba ostensiblemente en Roma y dejaba entrever la posibilidad de retirarse pronto.
Con un tenis mucho más directo de lo habitual y una confianza plena en el revés y sus tiros paralelos de drive, ese gran termómetro en el juego del balear, conseguía llevar la iniciativa en memorables intercambios en los que a Novak le faltaba intensidad de piernas y capacidad de respuesta.
Nadal mostró un nivel inmejorable durante 11 juegos, en los que era incapaz de fallar.
Profundidad, potencia, ángulos, cambios de altura y efectos, todo adquiría un sentido armónica en el juego del tenista español, que se exhibía de una manera únicamente comparable a la de la final del 2020.
Novak tenía pocas respuestas, pero parecía ser consciente de que ese nivel de tenis era irreal, incluso en uno de los mejores de la historia, como es Rafa.
La sangría continuó en el inicio de la segunda manga, hasta que se produjo un punto de inflexión. Con 3-0 y doble break a favor de Nadal, todo cambió de forma súbita. Djokovic subió su nivel y dio un golpe sobre la mesa.
El cambio en la dinámica del serbio fue tan abrupto y rotundo que Rafa sufrió lo indecible para aguantar el envite y después de juegos maratonianos y repletos de alternativas, terminó encajando un doloroso parcial de 6 juegos a 1.
La oda al tenis era absoluta; todo lo que puede presenciarse en una pista lo ofrecían ambos contendientes, en un pulso memorable que pronto volvió a desequilibrarse en el marcador del tercer parcial.
Lejos de amilanarse por la reacción feroz de Djokovic, el español salió a tumba abierta y volvió a asumir riesgos. Fruto de la inseguridad que le había producido la mejora del serbio, Rafa había empezado a centrar demasiado su tenis en el drive cruzado hacia la zona de revés del balcánico, algo que no es suficiente ante él, por mucho que se haga con buenas direcciones y potencial.
Así pues, el español pilló desprevenido a un Novak que no esperaba un reseteo tan espectacular como el que hizo su rival, viéndose muy pronto desbordado, tanto a nivel de sensaciones como de resultado.
Cerró el set con un aplomo impresionante el bueno de Rafa, aunque era consciente de que quedaba mucho trabajo por delante. Se encargó de dejarlo claro Novak en el arranque de la cuarta manga, donde volvió a erigirses en ese jugador inabordable que ha sido capaz de vencer en dos ocasiones al rey de la tierra batida en esta pista.
Consiguió una rotura de saque temprana que generaba inquietud y parecía abocar el encuentro al drama absoluto, pero el español guardaba una bala en la recámara. Hizo un ejercicio de supervivencia a nivel mental manteniendo su servicio en varias ocasiones, dispuesto a dar un zarpazo que volviera a equilibrar la balanza.
Las variantes tácticas eran tantas que perdían su significado en medio de tanta emoción y Nadal hizo el ansiado break en el noveno juego, con su rival sacando para llevar el partido al quinto.
Los golpes de Nadal rasgaban el aire parisino con violencia, sus piernas se movían con la misma frescura que en aquel lejano 2005 en el que arrancó con su imperio y la vida volvió a detenerse al ver cómo una leyenda frustraba los planes de otra leyenda. Conectó buenos servicios y auspiciado por una moral enorme y el inestimable apoyo del público, el español igualó el marcador.
Derivó el encuentro en un tiebreak que forma parte ya del imaginario colectivo del tenis y que merece ser visto una y otra vez par entender la magnitud de lo ocurrido.
Golpes ganadores, primeros servicios demoledores, actitud intachable y una habilidad competitiva que terminó por devorar la mente de uno de los jugadores más sólidos y estables de toda la historia.
El tiebreak que firmó Rafa podrá ser la síntesis perfecta de su esencia, de esos intangibles que nos llevan haciendo soñar muchos años y admirar de forma desproporcionada a un deportista único.
La 14ª Copa de los Mosqueteros está más cerca, la sombra de la retirada se diluye y Novak Djokovic ve cómo el rey de la Philippe Chatrier defiende su corona con fiereza. Rafael Nadal sigue vivo en Roland Garros 2022. Cómo no le vamos a querer.
Zverev despachó a Alcaraz
Muchas personas predijeron que el español Carlos Alcaraz, la estrella en ascenso de 19 años, saldría campeón del Abierto de Francia. Algún día podría ser, pero no de momento. En cambio es Alexander Zverev Nadal mostró un nivel inmejorable durante 11 juegos, en los que era incapaz de fallarquien aún tiene oportunidad de ganar su primer título en un Grand Slam.
Zverev puso fin a la racha de 14 triunfos de Alcaraz al vencerlo 6-4, 6-4, 4-6, 76 (7) el martes y alcanzó las semifinales de Roland Garros por segundo año consecutivo.
“Le dije en la red ‘vas a ganar el torneo muchas veces, no solo una’”, indicó el tercer sembrado Zverev, semifinalista del Abierto de Estados Unidos 2020 y medallista de oro en los Juegos Olímpicos de Tokio el año pasado.
“Espero poder ganarlo antes de que empiece… a vencernos”, añadió.
Zverev ahora se verá ante Nadal.
Alcaraz llegó a los cuartos de final con un máximo de temporada en la Gira de cuatro títulos y un récord de 32-4 (20-1 en tierra batida). Esto incluye su victoria ante Zverev, de 25 años, en la final del Abierto de Madrid el 8 de mayo —que le siguió el triunfo de Alcaraz ante Nadal y Djokovic en ese mismo lugar, con lo que se convirtió en el primer adolescente en superar a los dos grandes en el mismo torneo de arcilla.
En Roland Garros, el sexto sembrado Alcaraz intentaba convertirse en el semifinalista más joven desde que Nadal alcanzó esta instancia a los 19 años en el 2005.
Pero Zverev logró solucionar un defecto en su currículo: el alemán inició la noche con foja de 0-11 en duelos de Grand Slam ante rivales en el Top 10 de la ATP.
Gauff se medirá a Trevisan
En las acciones del torneo femenino, Coco Gauff, la estadounidense de 18 años, enfrentará a la italiana de 28 años Martina Trevisan que alcanzaron su primera semifinal en un Grand Slam.
La 18ma sembrada Gauff superó a superó a la campeona del Abierto de Estados Unidos 2017 y finalista del Abierto de Francia 2018 Sloane Stephens por 7-5, 6-2, mientras que Trevisan, 59ma de la clasificación, eliminó a la finalista del U.S. Open Leylah Fernández por 6-2, 6-7 (3), 6-3.
Porque lo ha vuelto a hacer. Porque es imparable. Eliminando a Djokovic y metiéndose en las semis de #RolandGarros. Tiene 35 años, pero juega como si fuera un chaval y no ha dejado de enamorar al mundo con su tenis porque Rafael Nadal es el mejor tenista de todos los tiempos ❤️ pic.twitter.com/1uWiLODb6b
— DAZN España (@DAZN_ES) May 31, 2022
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