Deportes

La Vinotinto genera pasión y fascinación en la fanaticada que pisa el Cachamay

Los aficionados de la selección nacional describen sus vivencias en los juegos con verdadera emoción.
lunes, 14 marzo 2022
Archivo | Para muchos el momento más especial es a la hora de cantar el himno

Más allá de los resultados, La Vinotinto genera un sentimiento y pasión en la mayoría de los venezolanos a dónde vaya. Hay sitios que son emblemáticos, en los que la fanaticada responde con más fervor y uno de estos es el CTE Cachamay.

Es un color que une a todos a su paso, acción que a veces nadie entiende por el reiterado fracaso del equipo en el camino a la clasificación a su primer Mundial.

Enfundados con su camiseta los seguidores de la selección nacional la han acompañado cada vez que se ha citado en Puerto Ordaz para medirse a cualquier rival.

Es una admiración que va más allá de los resultados y que lleva a aglutinar las esperanzas de todo un pueblo, así lo demuestra Luis Ernesto Díaz, quien es de Puerto La Cruz y tuvo la oportunidad de asistir a los partidos contra Colombia y Uruguay por las eliminatorias a Brasil 2014 en el coso de Castillito.

“Recuerdo que esa experiencia fue inolvidable, porque era muy joven y entre varios amigos de universidad nos aventuramos a viajar hacia Bolívar. Toda la ciudad estaba vestida de Vinotinto. La energía, la pasión que se vivió en el trayecto junto con otras personas que recorrieron el país para llegar hasta el partido era muy emocionante. El triunfo ante Colombia y la ilusión que se vivía en cada rincón del estadio y la ciudad era espectacular”, afirmó.

Díaz tiene diversas vivencias, pero, “lo que más recuerdo fue como absolutamente todas las personas en el estadio cantaron el Himno Nacional y retumbó en todos los sectores”.

Considera que Puerto Ordaz cuenta con el estadio más vistoso del país, “Sé que en la actualidad es complicado poder llegar a la ciudad, pero el oriente del país ha sido una gran sede para la selección. Por sus instalaciones, puede ser una gran sede”, añadió.

Pudo notar en sus visitas que el comportamiento del fanático estuvo a la altura, “desde los que llegaron al estado como los residentes de la ciudad. Mucho ambiente vinotinto y con mucha ilusión de ver jugar a la selección. Camisetas, caras pintadas, gorros, pancartas y muchos cánticos para La Vinotinto en su momento, espero se mantenga”.

Emoción a flor de piel

Para César Aular estar en el CTE Cachamay para ver jugar a La Vinotinto es muy emocionante. Contó que asistió al Venezuela-Paraguay por una de las eliminatorias y pasó junto a su papá por muchas dificultades para llegar. Tuvo que sortear la lluvia, cierre de vías y ausencia de unidades de transporte.

“Lo importante era llegar, allí por primera vez crucé el puente Caroní caminando porque el bus llegaba hasta la parada de Campo Rojo. Todo era Vinotinto, había muchísima gente caminando hasta el estadio. Cuando llegamos (tres horas antes del partido) ya la popular estaba llena en zona del primer piso, tuvimos que subir a la parte superior (zona norte), había muchísima gente las gradas se movían. Lo más emotivo, cantar el himno nacional, a todo pulmón con el estadio repleto, todos cantando a capela”, resaltó.

Confesó que luego de disfrutar de un gran espectáculo la salida del estadio también fue un caos, “tuvimos que caminar hasta Alta Vista para encontrar un carro en el que retornar”, pero valió la pena porque, “en rasgos generales, es una experiencia única tener a la selección en la ciudad”.

Aular es de los que piensa que este regreso a Cachamay es significativo pese a que no se juega nada. “Contra Colombia siempre se tienen recuerdos positivos, representa emoción, ojalá asista mucha gente, para que CTE Cachamay sea la sede de las próximas eliminatorias”, apuntó.

Buena experiencia

Junior Velásquez catalogó la visita de la selección como una buena experiencia. Destacó que en los juegos que presenció reinó la buena organización, “estuvo a la altura”. Estuvo en los juegos ante Uruguay y Colombia.

“Hubo un buen recibimiento del público en el estadio, “lo que más me generó sentimientos fue cuando se entonó el Himno Nacional, fue lo más bonito además del reencuentro del público, la unión de los venezolanos”, sostuvo.

Cree que, “significa mucho el regreso por todo lo que estamos viviendo los venezolanos, es una buena oportunidad para unirnos otra vez en un estadio de fútbol”.

Apoyo irrestricto

José Castillo ha sido un fanático fiel que ha ido a casi todos los juegos de Venezuela que se han realizado en Cachamay desde que tenía 10 años junto a su papá, “fui al amistoso contra Paraguay que Venezuela ganó 3×2, al amistoso contra Moldavia, a los tres juegos de la eliminatoria a Sudáfrica 2010, contra Colombia en el 2×0, con Uruguay en el 2-2 y la derrota ante Paraguay 2×1. Además, para la ruta a Brasil 2014, contra Colombia que ganó 1×0 y a la derrota contra Uruguay 1×0. Al último partido que fui, fue en el inicio de la eliminatoria para Rusia que perdimos con Paraguay”.

Manifestó que lo que distingue Cachamay como sede de La Vinotinto es que, “casi siempre hubo llenazo, salvo los amistosos. La gente estuvo apoyando, gritando cualquier jugada y siempre la gente estuvo atenta al juego, iban a verlo y procuraban ir en familia”.

“Para mí de los momentos más emocionantes ha sido cuando canta el himno, que la gente de logística siempre se le ocurre cortar la nota para que la gente termine de cantarlo es un momento épico que no he visto en ningún otro estadio. Siento que la gente aquí en Puerto Ordaz es muy futbolera, cuando viene a jugar La Vinotinto la apoyan”, soltó.

Castillo aspira ver en el próximo juego un ambiente similar al mostrado en ocasiones anteriores, pese a la crisis económica y que el equipo ya está eliminado, ese partido, “me genera un sentimiento como de escape a la situación y aunque no se juegue nada Venezuela pueda salir ganadora, eso será satisfactorio para los asistentes”.

Sobre este retorno opinó que se demuestra que Puerto Ordaz se mantiene como una de las sedes favoritas para los directivos de la federación y para los jugadores, “Cachamay siempre ha sido de los mejores del país y la escogencia para cerrar la eliminatoria aquí tiene mucho que ver con que haya sido recuperado. Que bueno que le estén dando chance a Cachamay para la vuelta de La Vinotinto, esperemos que la afición responda a la confianza”.

Enfatizó que es una sede apta porque cuenta con buen aforo, buena afición y condiciones idóneas. “Venezuela se crece jugando aquí, ha jugado bien en Cachamay históricamente”. Dijo que las autoridades deben mejorar la imagen de la ciudad y la seguridad porque lo que respecta a infraestructura está cubierto.

Momentos especiales

“Asistir al CTE siempre es especial. La vibra que se siente al entrar es algo que no se siente en todos lados y más aún cuando la razón es ver a La Vinotinto”, así lo expresó Adolfo Clark.

Es un momento que rompe con la apatía de todos porque las emociones se alborotan al “cantar el Himno Nacional. Es impresionante como se te revuelve todo por dentro y como se te eriza la piel apenas comienza a sonar, cuando el estadio queda en silencio y solo se escuchan las voces de los que asistimos cantando en una sola voz. Creo que no hay mejor sensación que esa”.

Pero va más allá, también atesora los momentos en los que marcan un gol, “no importa que estén perdiendo o no sea el mejor partido que hayan hecho, pero el desahogo que uno siente cuando grita el gol es algo de otro mundo”.

Relata que el último juego que pudo ver en el estadio fue contra Uruguay, pero el que más lo marcó fue la victoria ante Colombia 1×0 con tanto de Salomón Rondón, “desde que recuerdo he ido a ver a la selección en el CTE. Así que me atrevería a decir que he ido a todos los juegos que se han hecho aquí en Puerto Ordaz. Siempre voy con mi mamá y mi tía”.

Volver a tener a la oncena Vinotinto en este escenario le genera alegría y emoción, “porque de verdad que hacía falta que vinieran otra vez para acá. Desde hace tiempo se ha peleado por cuál es la casa de La Vinotinto y creo que en Puerto Ordaz se ha demostrado que el apoyo que se les da es muy grande”.

Así que apoya que se convierta en el fortín del equipo en la era que lidera José Néstor Pékerman, “no he visitado otros estadios, pero tengo amigos y familiares que sí y concuerdan con que el CTE es de los mejores en el país. Ahora con las remodelaciones que le hicieron al campo, tengo entendido que está como en sus mejores momentos”.

Cuidar las instalaciones 

Adolfo Clark aseveró que es necesario que los fanáticos cuiden el estadio para evitar acelerar el deterioro del mismo, “la última vez que fui al CTE, a un juego de Mineros (antes de la recuperación) había asientos despegados. Sí, puede ser por falta de mantenimiento, pero también ayuda que los mismos fanáticos para salir más rápido caminan por los asientos, montan los pies y eso poco a poco va dañando todo”.

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