Sintracemex: Exigimos la destitución inmediata de la inspectora de trabajo

Tras varios meses de denuncia ante las autoridades sobre la parcialización en la Inspectoría del Trabajo en el caso de la empresa Venezolana de Cementos (Vencemos), el Sindicato de Trabajadores de Venezolana de Cemento (Sintracemex) “exige la destitución inmediata de la inspectora de Puerto Ordaz, Kenny Bello”.

Fran Silva, asesor jurídico del sindicato en Puerto Ordaz, asegura que “las irregularidades que ocurren en esta inspectoría sobrepasan todos los límites de cualquier control de legalidad y de constitucionalidad”.

Como parte de ejemplo, Silva explicó el caso de la trabajadora Lenny Bolívar, en el que se solicitó el recurso de abstención y carencia en el que el Tribunal 2° de Juicio laboral, donde se le otorga una medida cautelar en favor de ella.

“Decisión que la inspectora acata parcialmente y notifica al tribunal que va a suspender el juicio de calificación de despido, pero el fin de semana se encargó de emitir la decisión en contra de la trabajadora y le puso una fecha atrasada del 18 de noviembre”, añade Silva.

Es por eso que, “estamos pidiendo formalmente ante el ministro del Trabajo, el nuevo gobernador Ángel Marcano y el presidente de la República, Nicolás Maduro, la destitución inmediata de la inspectora de trabajo, Kenny Bello”, sentenció.

Desde mediados de este año 2021, los trabajadores de la empresa Venezolana de Cementos, denunciaron la parcialización de la Inspectoría del Trabajo y elevaron su denuncia ante las autoridades por los “despidos injustificados”.

“Han desvalijado todo”

Johnny Linares, secretario general del Sintracemex, declaró que durante los cuatro años de gestión que tiene la inspectora y su gabinete “han perdido fuentes de trabajo como Planta San Félix y Bolívar con su mala gestión, lo han desvalijado todo”.

“No es solo producir cemento es que también las plantas de concretos están por el suelo”, dice.

Además de ello, denunció que “no tienen prestaciones sociales”, explicando que tienen sueldos de menos de cinco dólares, les pagan utilidades que “no llegan ni a 15 dólares” y salen de vacaciones con 20 y 30 para pasar un mes sin trabajar.

“Estamos en una situación muy difícil. Como guayaneses no tenemos las condiciones para afrontarlo y tenemos que buscar otras alternativas, de trabajar de lo que venga, de vender lo que no tenemos y seguir luchando”, finalizó.

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