“No podemos inscribir a nuestros hijos por deudas de la empresa”
Trabajadores de Bauxilum se concentraron a las afueras del edificio principal de la CVG en Puerto Ordaz este lunes, en reclamo al incumplimiento de la cláusula 25.
Este apartado indica la cancelación del 100 % de las cuotas escolares de sus hijos establecida dentro de la contratación colectiva.
En el regreso a clases este 2 de octubre, José Sánchez, trabajador de la empresa y miembro del comité ejecutivo de Sutralum, explica que desde los planteles educativos no les permiten la inscripciones hasta no saldar la deuda acumulada de un año por parte de la empresa.
“La Constitución establece que la educación a los niños debe ser respetada, pero el Estado no lo está cumpliendo”, cuestiona Sánchez, luego que la CVG y Bauxilum evadan la responsabilidad.
Bajos salarios
Un trabajador de Bauxilum administrativo no supera los 800 bolívares de salario, otros como los rotativos alcanzan hasta los mil 800, una cantidad insuficiente comparada con los 100 dólares de mensualidad de algunos colegios privados en la ciudad.
A pesar que se han enviado varias solicitudes con más de 500 firmas, además de concretar un acta este 2023 en el que la empresa se comprometía a reactivar la cláusula, siguen a la espera por respuestas positivas.
David Torres, otro trabajador afectado y padre de una adolescente en segundo año de bachillerato con una matrícula de 83 dólares mensuales, considera que se está coaccionando el derecho a la educación, tras un salario que no les alcanza para pagar el sector privado.
Detalla que la empresa solo cancela $55 por trabajador sin importar la cantidad de hijos que tengan.
Para medio cubrir la cuota escolar, Torres confiesa que ha tenido que optar por “tigritos” fuera de su jornada laboral como reparación de puntos eléctricos y aires acondicionados, vender mercancía.
“Hago cualquier cosa para costear mis alimentos y el colegio de mi hija porque no me alcanza lo que me pagan”, dice Torres, quien percibe sólo 50 dólares de salario.
La historia de Torres se repite con el resto de los 700 a 800 empleados en Bauxilum, además de los jubilados con hijos en las universidades.
En el caso de Francisca Rojas, perteneciente a la gerencia de control de calidad de CVG Bauxilum y madre de dos hijos, cuenta que su hija mayor tuvo que congelar el semestre para darle la oportunidad a su hermano de culminar el bachillerato.
Ahora Rojas hace hincapié que su hija no puede terminar la universidad y su hijo tampoco puede continuar los estudios, luego que el liceo no les quiere entregar la documentación sin haber cancelado la deuda de 500 dólares.
En este último punto es el reflejo de la mayoría de los casos de los padres en la concentración.
Escuelas deterioradas
El vocero de los trabajadores señala que ante la opción de un cambio a las instituciones públicas, estas no están dotadas ni cuentan con los servicios básicos, aunado a las protestas de los docentes por salarios dignos.
“Hay una situación de caos… no pueden dejar a los niños a la deriva, son el futuro de este país”.
Insisten a CVG Bauxilum el cumplimiento de la cláusula del 100 % del beneficio en el apoyo educativo.