Empresas básicas unidas para reclamar derechos

Trabajadores de CVG Alcasa y CVG Ferrominera del Orinoco (FMO) unieron sus voces para reclamar los distintos problemas de sus empresas.

En el caso, Juan Moya, secretario de Trabajo y Reclamo del movimiento sindical Alternativa Laboral Alcasiano, denunció la presencia de milicianos en la estatal.
“Ahora nuestras instalaciones son cuarteles militares. Lo que hacen es dar clases de armamento a milicianos”, dijo Moya.

El secretario rechazó contundentemente esta situación: “Nosotros solo sabemos producir aluminio. No sabemos nada de armas ni de guerra”.

Sin seguro laboral
Por su parte, Darwin Jaquez, obrero de Producción de CVG Alcasa, denunció la situación de su suegra, que padece de una fractura de cadera luego de haber sufrido una caída hace más de un año.

Jaquez explicó que, a pesar de haber cumplido con todos los procedimientos para solicitar su operación al seguro de la compañía, ninguno de los presupuestos fue aprobado.

“El único beneficio que debería ser obligatorio es el del HCM, porque corresponde a la salud. La salud no es negociable”, señaló.

No solamente denunció la negativa de la industria a respetar el contrato colectivo, sino también a los protocolos que esta utiliza a la hora de recibir trámites.

“Un presupuesto es válido solo por cinco días. CVG Alcasa los recibe cada 15 días. En este sistema tengo más de un año”, expuso.

“Si este caso le ocurriera a Arquímedes Hidalgo, presidente de la empresa, con su madre, ¿le pasaría lo mismo que a mí?”, cuestionó Jaquez.

El caso de FMO
Por su parte, Pedro Moreno, integrante del Movimiento Unitario de Trabajadores de FMO, listó distintos problemas en la empresa, haciendo énfasis en la estación de transferencia de hierro Boca Grande, situada en la salida al océano Atlántico, estructura que es usada por buques de alto calado que no pueden transitar por el río Orinoco hasta Ciudad Guayana.

“Ese canal, que para 2018 estaba en óptimas condiciones, está tan destruido que las embarcaciones deben llenarse con barcos remolcadores”, explicó Moreno.

Sobre de las razones de esta situación, argumentó que es debido a la falta de mantenimiento.

“El Instituto Nacional de Canalizaciones tiene más de cinco meses sin dragar el canal, lo que tuvo como consecuencia su derrumbe”, finalizó.

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