 Clemente Scotto Domínguez
                                Clemente Scotto Domínguez
                             
							                            En el laberinto luminoso de José Manuel Briceño Guerrero
                            “Me paré temblando ante el sabio y comencé a tartamudear, pero pronto me di cuenta que no era tan difícil la prueba, de que podía decir lo que se me había encomendado y terminé con gran seguridad”.