Sucesos

OVV: Aumentó visibilización de mujeres victimarias, pero no el número de casos

La ponencia estuvo a cargo de la abogada y coordinadora del Observatorio Venezolano de Violencia en la entidad, Eumelis Moya.
martes, 08 noviembre 2022
Archivo PRIMICIA | Moya aseveró que en todos los casos analizados existen antecedentes marcados y recurrentes

Este martes se realizó mediante la plataforma virtual Zoom, el foro “Mujeres victimarias y víctimas”  organizado por el Observatorio Venezolano de Violencia (OVV). La premisa del mismo trató sobre la “desigualdad social y violencia en Venezuela”, basada en un estudio efectuado por investigadores de la OVV.

La ponencia estuvo a cargo de la abogada, coordinadora de la organización en la entidad y profesora en Ucab Guayana, Eumelis Moya; y moderado por la también jurista e investigadora, Morelvis Martínez.

Sobre la violencia en general, y sobre los casos en los cuales las agresoras hayan sido mujeres, la expositora explicó que están teniendo mayor visibilidad y cobertura, pero aclaró que eso no significa necesariamente que haya un aumento en ese tipo de hechos. 

La investigación comprobó que las agresiones perpetradas por mujeres, suelen ser justificadas como formas de defensa, y que estas personas toman en cuenta la “situación contexto” para seguir dando pie al “patrón de mujer victimaria generacional”. 

Se especificó que los números de casos en donde la mujer funge como victimaria son elevados, sin embargo, se reiteró que el contexto en el que son producidos llevan a la víctima a no denunciar, bajo temor de los hombres de ser “estigmatizados” o de recibir un valor social negativo.

La abogada destacó que tanto hombres como mujeres son frecuentemente victimarios, la diferencia radica en el tipo de violencia que se comete y en otro error generacional que tiene que ver con la “naturalización de la violencia como forma de corrección”.

Antecedentes de los casos 

Durante la fase de la recopilación de datos de valor, los investigadores no consideraron que existen aumentos de estos casos como tal, sino que los mismos son más visibilizados a través de las redes sociales.

Moya aseveró que en todos los casos analizados existen antecedentes marcados y recurrentes. Por ejemplo, los daños físicos se dan en entornos de colectividades de escasos recursos, hacia niños o parejas; mientras que en las comunidades con poder adquisitivo alto o medio, se hallan más casos donde las mujeres utilizan el aprovechamiento de los “supuestos de la ley” para ejercer violencia patrimonial o económica.

En razón de las dificultades que enfrentan las mujeres por tener que estar asociadas a roles “más domésticos” y los obstáculos que se les presentan al momento de acceder a oportunidades en condiciones de equidad, Moya opinó que es un factor que toman en cuenta las personas que justifican la violencia efectuada por mujeres y que es un hecho que trasciende a los medios de comunicación.

“En la prensa escrita se han visto redacciones como <<los celos y la frustración acabaron con la vida de…>>, eso es un error. Un delito es un delito, independientemente de la naturaleza en la que se dé. A la mujer se le debe enseñar sobre verdaderos mecanismos de denuncia y modos correctos  de proceder y las autoridades realmente deben acompañarlas”, dijo Moya.

Patrones

Dentro de los patrones que han llamado mucho la atención de los expertos, se pueden señalar que los delitos cometidos por las mujeres se suscitan en escenarios internos, como violencia hacia los hijos o a sus parejas. Pero aquellos que se dan en entornos externos, están asociados más hacia la participación en grupos delictivos o hurtos.

Tanto victimarios como testigos justifican la violencia bajo la idea de que las condiciones del entorno obliga a las mujeres a imponerse o defenderse. También resultan frecuentes los casos en los que las mujeres -conociendo las implicaciones de ley-, amenazan o denuncian falsamente de ser violentadas en algunos de sus derechos.

Criminalidad

La jurista Eumelis Moya detalló que en el caso de la criminalidad o la asociación de mujeres para actividades delictivas -de manera individual o en bandas-, refieren tráfico de  drogas, hurtos, captación de víctimas, entre otros.

En ese sentido, se citó un suceso sobre damas que se usan “vestimenta cristiana” o con faldas muy largas, para hurtar productos y esconderlos bajo sus ropas. Lo cual “afecta negativamente a otras mujeres, porque eso conlleva a que en los locales no solo nos revisen los bolsos, sino por debajo de la ropa, y eso las vulnera”, finalizó Moya. 

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