Ordenan pena máxima para el monstruo de Villa Africana
Tras cumplirse casi tres años de la muerte de la docente Marvelys Benigna Chávez, de 47 años; y del abuso sexual a una de sus hijas que para ese entonces tenía 13 años, este jueves finalizó el juicio en contra del imputado Wilfredo Coa Hernández.
El proceso penal que inició hace 15 días aproximadamente, estuvo a cargo de la Fiscalía Décima del Ministerio Público y Segunda en materia de homicidios.
Luego de escuchar los alegatos incriminatorios y revisar las pruebas presentadas por la fiscalía, así como lo expresado por la parte defensora, el Tribunal Primero de Juicio de Violencia Contra la Mujer, en Puerto Ordaz, ordenó la pena máxima para Wilfredo Coa, lo equivalente a 30 años de prisión.
Asimismo, se acordó que permanecerá recluido en el Centro Penitenciario de Oriente conocido también como la cárcel de El Dorado.
Entre los delitos imputados están abuso sexual con penetración vaginal y anal además de femicidio agravado frustrado, en perjuicio de la adolescente.
También, homicidio calificado en la ejecución de un robo, en perjuicio de Marvelys.
El arresto
Wilfredo fue arrestado a principios de julio de 2017, pocos días después de efectuar el crimen que causó conmoción en la población guayanesa.
Fue capturado por detectives del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas adscritos al Eje de Investigaciones de Homicidios, luego que las pruebas recabadas lo señalaran como el autor material.
Ese día, expertos lo ubicaron en su residencia ubicada en el sector Valle Verde de Vista al Sol, en San Félix.
En ese lugar los investigadores lograron dar con otras evidencias que lo incriminaban, entre ellas la vestimenta que usó el día del asesinato.
Acudió a reparar una lavadora
El crimen de la maestra fue reportado el martes 27 de junio de 2017.
Ese día, Marvelys había solicitado los servicios de Wilfredo para la reparación de una lavadora.
El imputado era desde hace algún tiempo “hombre de confianza” de la familia, razón por la que no dudó en acceder a él.
Lo que nunca imaginó Marvelys, fue las intenciones homicidas del hombre.
Ese martes, luego de llegar a la casa de Marvelys ubicada en el sector Villa Africana de Puerto Ordaz, no habría trascurrido mucho tiempo cuando comenzó a agredir a la mujer.
Con un cable procedió a ahorcar a Marvelys y la soltó solo cuando dejó de respirar.
Marvlys, esa vez no estaba sola en la residencia, la acompañaba una de sus hijas, la adolescente de 13 años de edad.
Ese día, la jovencita no había tenido clases.
Wilfredo abusó sexualmente de ella.
Para él eso no fue suficiente, pues luego de cometer el acto sexual intentó quitarle la vida, así para ello utilizó una de sus herramientas de trabajo: un destornillador.
Con el arma le asestó varias heridas en la cabeza de la joven dejándole como consecuencias daños irreversibles.
Una vez que terminó de agredirlas y pensado que ambas estaba muertas, el atacante se fue de la casa llevándose algunos objetos, entre ellos, una computadora portátil, un teléfono, además de los documentos de identificación.
Dichas evidencias fueron halladas el día del arresto.
Lo bautizaron como el Monstruo
Luego de conocerse el caso, y por la manera tan violenta con la que actuó Wilfredo la comunidad lo bautizó como el Monstruo de Villa Africana.
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