Médico mató a presunto ladrón y lo enterró cerca de su clínica

En el estado Falcón, específicamente en Coro, un médico fue detenido por ser el presunto asesino de un hombre que se habría metido a robar a una clínica de su propiedad.

De acuerdo a la versión que trascendió, el centro asistencial estaba siendo víctima de constantes hurtos y robos en sus instalaciones, por lo que estaba decidido a tomar la justicia por su propia mano.

Fue así como al descubrir a un presunto ladrón en su propiedad le disparó y lo dejó desangrarse para luego enterrarlo cerca de la clínica. Creyó que nunca lo iban a descubrir.

De acuerdo a lo publicado por La Nación, se trata de un hombre que solo identificaron con el nombre de Diego y que tiene 66 años.

Sin embargo, con lo que no contaba era que uno de los compinches del presunto delincuente le dio aviso a los familiares de lo sucedido, luego de escuchar un disparo.

Fue así como funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas comenzaron a investigar y detuvieron al presunto responsable, que al final lo contó todo.

La víctima fue identificada como Ronald Javier Ortiz Jiménez, de 44 años.

El médico en un primer momento dijo que había arrojado el cuerpo en El Haitón del Guarataro, la cueva de caliza más profunda de Venezuela, en el parque nacional Juan Crisóstomo Falcón.

Aunque desde un principio Diego quiso entorpecer las investigaciones, asegurando que no hallarían el cadáver, cuando estuvo frente al juez, lo reveló todo, según La Nación.

Contó que le disparó con una escopeta a Ronald y lo hirió en una pierna. Pero que él quiso ayudarlo, hasta le hizo un torniquete para evitar que se desangrara.

Aprovechó para interrogarlo y logró que el herido le diera los apodos de los compinches con los que había cometido los hurtos anteriores. Pasadas las horas, Ronald murió, desangrado.

Metió el cadáver en unos sacos, lo ató a una silla de ruedas y lo escondió. Eran cerca de las 5 de la madrugada. Ya de mañana, el doctor le pidió a uno de sus empleados que cavara una fosa en un terreno aledaño a la clínica, supuestamente para hacer un compostero.

Durante el resto del día, el doctor atendió a sus pacientes normalmente. Pero ya en la noche, cuando cerró la clínica, trasladó el cuerpo en la silla de ruedas hasta la fosa, donde, después de echarle cal, sepultó el cadáver de Ronald.

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