Sucesos

En aumento casos de violencia basada en género

De acuerdo al último balance de Codehciu, hasta mediados de junio en Bolívar se contabilizaron al menos 12 femicidios y unas 111 víctimas de violencia de género.
miércoles, 15 septiembre 2021
Cortesía | De acuerdo al último balance de Codehciu, hasta mediados de junio en Bolívar se contabilizaron al menos 12 femicidios y unas 111 víctimas de violencia de género

Querer terminar una relación que estuvo inmersa en la violencia, le costó la vida a Luzdani Bravo. Ella tenía 35 años y era madre de tres niños. Sus sueños fueron truncados por quien sería su pareja y actualmente se encuentra fugado. Residía en Ciudad Guayana.

Este caso, se suma a las estadísticas de femicidios registrados en el estado Bolívar y que desde inicio de la pandemia, de acuerdo a expertos, se ha incrementado.

El caso más reciente fue el de Karla Rivero, de 21 años, a quien mataron en Ciudad Bolívar de un tiro en el pecho.

A diferencia de Bravo, el presunto responsable de la muerte de Rivero fue capturado por las autoridades.

La víctima compartía con familiares y allegados, entre ellos estaba su femicida. Él no escatimó en sacar un arma y dispararle mientras discutían.

Mediante un conteo de PRIMICIA, entre julio y septiembre, al menos tres casos fueron reportados -entre ellos el de Bravo y Rivero- y uno de ellos fue frustrado.

De este último, es de recordar que la ciudadana -una mujer de 49 años- sobrevivió a unas 33 puñaladas que le propinó su esposo mientras ella dormía. Actualmente, el victimario de 63 años enfrenta un proceso judicial.

Incluso familiares de la sobreviviente aguardaban por la evaluación del tribunal, luego de celebrarse la audiencia preliminar del imputado.

En el artículo 15 de la Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de violencia, reza que el femicidio se define como “la forma extrema de violencia de género, causada por odio o desprecio a su condición de mujer, que degenera en su muerte, producidas tanto en el ámbito público como privado”.

 

 

Casos de connotación

En el último balance presentado por la Comisión para los Derechos Humanos y la Ciudadanía (Codehciu), hasta mediados de junio, en la región se contabilizaban 12 femicidios y unas 111 mujeres víctimas de violencia de género.

Por su parte, el Centro de Justicia y Paz (Cepaz) dio a conocer que en Venezuela, unos 26 femicidios fueron consumados y otros siete frustrados durante el mes de julio.

Cifras que en comparación al 2020, resultan alarmantes, ya que para el año pasado la estadística anual arrojó 19 asesinatos y 185 víctimas de violencia de género.

En el 2020, dos casos fueron de connotación, uno de esos fue el de la adolescente Ángela Nohemí Aguirre ocurrido a finales de marzo, cuyo Tribunal de Juicio en materia de Violencia Contra la Mujer del Área Metropolitana de Caracas, ordenó prisión a dos de los siete acusados y absolvió a los otros cinco.

En la actualidad, el caso sigue su curso luego que el Ministerio Público apelara la decisión.

Seis meses después, un nuevo caso causó conmoción en la población bolivarense, luego que se diera a conocer el asesinato de Giannelly Pirrongelli, quien además tenía ocho meses de gestación. Este hecho se registró en municipio El Callao.

Por este crimen está siendo procesado, la expareja de Giannelly , R. Terán. Sus familiares en reiteradas oportunidades han expresado su descontento ante el retraso del proceso judicial y aún esperan por la asignación de la fecha para el inicio de juicio.

 

 

¿Qué pasa?

La psicóloga Carolina Rodríguez, reiteró que el confinamiento sigue siendo la mayor causa “en la exteriorización y visualización de los casos de violencia basada en género”.

“Las víctimas han tenido menos oportunidades para estar fuera del hogar, por lo cual los episodios de violencia se presentan de manera más frecuente, siendo el intervalo de tiempo entre un ciclo de violencia y otro cada vez más reducido”, indicó la especialista.

Añadió que, lo antes expuesto, va generando que las agresiones sean cada vez más intensas y, por ende, que un episodio de violencia sea mayor, tomando en consideración que la violencia generalmente va en escalada, siendo el femicidio su máxima expresión.

Acotó que la mayoría los casos de violencia “tienen larga data de gestación”.

Pese a ello, considera que “las mujeres están tomando la decisión de romper el ciclo de violencia, debido a que las expectativas de cambio adjudicadas al presunto agresor cada vez se van mitigando”.

No obstante, a su juicio “el agresor generalmente no espera esa decisión y estando en la etapa de explosión emocional, atenta contra la vida de la mujer”.

Repetición de conductas

“Miedo al agresor, la dependencia económica y emocional, ausencia de red de apoyo, temor al estigma social”, son algunos de los factores que, de acuerdo a Rodríguez, inciden para que las víctimas de violencia de género no denuncien.

Señala que aunado a eso, se suma la pérdida de credibilidad en las instituciones gubernamentales. Situación que representa un riesgo, pues algunos de los casos dan paso al femicidio.

La experta, reiteró que en general las víctimas de violencia basada en género repiten conductas que han “vivenciado en su infancia”, lo que hace que se genere “conceptos distorsionados de una sana relación afectiva y mayor predisposición a establecer relaciones sentimentales violentas”.

Prosiguió diciendo que todo ello implica “repetir o reincidir en ese tipo de relaciones violentas debido a que hay procesos emocionales no elaborados”.

Romper el aislamiento y denunciar”

En referencia a las sobrevivientes, Rodríguez acotó que suelen “desarrollar trastorno de estrés postraumático, ansiedad, depresión, trastorno de alimentación, del sueño, problemas psicosomáticos, suicidio, entre otros.

Por lo cual, considera que “es sumamente importante la asistencia psicológica con la finalidad de gestionar las secuelas generadas en la esfera emocional, luego de romper del ciclo de la violencia, de igual manera fortalecer su autovalía personal”.

“En situaciones de femicidios frustrados es imperioso de igual manera que su grupo familiar sea participe de esta asistencia, para que puedan obtener herramientas de adecuada contención emocional, y comprender la sintomatología que pueda estar presentando la sobreviviente y su adecuada canalización”, dijo.

Por otro lado, enfatizó que es necesario “romper el aislamiento en el cual generalmente el agresor mantiene a la víctima debido a que con frecuencia el prenombrado la tiende a aislar de su red de apoyo (familiares, amigos, vecinos)”.

Precisó que la finalidad del agresor es hacer que su víctima “esté vulnerable e indefensa”, ya que para él eso dificulta que la mujer pueda tomar la decisión de romper el ciclo de violencia.

“Otra recomendación sumamente importante es denunciar, siendo una forma para establecer limites al agresor y generar un precedente legal”, concluyó.

Están rompiendo ciclos”

Carolina Rodríguez, psicóloga y experta en el caso de violencia de género, reitera que “las mujeres están tomando la decisión de romper el ciclo de violencia debido a que las expectativas de cambio adjudicadas al presunto agresor cada vez se van mitigando”.

 

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