¿Cómo afrontar un caso de abuso infantil?

Según lo expresado por autoridades, el abuso de menores ha incrementado al menos un 60 %.

En estos casos, las víctimas llegan a un estado de vulnerabilidad que, sino se trata a tiempo, acarrea consecuencias físicas y mentales.

La psicóloga Carolina Rodríguez explica que “las secuelas del abuso infantil son múltiples; sin embargo, cada niño reacciona distinto a una situación abusiva”.

Mencionó entre otras consecuencias los “sentimientos de minusvalía y baja autoestima, que pueden desencadenar patrones de conductas agresivos u hostiles, así como sumisas basadas en miedo y temor”.

Otras incidencias

Rodríguez acotó que la reacción “está determinada por la etapa de desarrollo evolutivo del menor, edad y rasgos de personalidad”.

Se suman “los mecanismos de defensa y estilos de afrontamiento, frecuencia e intensidad en que se presentaron los hechos y la relación o vínculo con el agresor o perpetrador”.

También “puede incidir significativamente en la forma de relacionarse con sus padres y figuras de autoridad, cómo experimenta su sexualidad y procesos cognitivos (atención, concentración, memoria)”, mencionó.

Guardan silencio

De acuerdo con lo explicado por la especialista, hay casos que no denunciados porque las víctimas muchas veces prefieren guardar silencio.

Ante esto, Rodríguez puntualizó que los menores deciden callar primero por temor a lo que pueden pensar los demás o lo que pueda pasar.

Segundo, no hablan porque piensan que nadie les creerá y finalmente por el pacto de silencio establecido o en su defecto, sentimiento de lealtad.

Esto debido a que la mayoría de los agresores suelen ser personas cercanas.

¿Cómo ayudarlos?

Entonces, las interrogantes que se plantean quienes pasan por este tipo de casos son: ¿Cómo ayudar? ¿Qué hacer?

La experta en materia de agresiones contra niños y adolescentes resalta que lo primordial es que “la figura de autoridad o cuidador ofrezca canales de comunicación asertivos y oportunos”.

Añade que la comunicación permitirá que el menor “sienta confianza de revelar la situación abusiva, evitando presionarlo y, sobre todo, cuestionarlo”.

Comentó que es indispensable recordar al afectado que “nada de lo vivido es su culpa”, pues suelen pensarlo.

Enfatizó que es necesario crear una “red de apoyo” donde se les “ofrezca la contención emocional que requieren”.

Por último, resaltó que “la intervención del especialista de salud mental siempre será fundamental, ya que le puedan facilitar las herramientas oportunas”.

“Un especialista permitirá canalizar y gestionar la experiencia traumática y realizar un abordaje psicoeducativo”, que brinde las estrategias para abordar la situación.

En esto se requiere que participe el núcleo familiar primario o las figuras de autoridad que ejerzan el rol cuidador, finalizó la psicóloga.

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