Tenor cubano canta a los profesionales de la salud (+Video)
Cada domingo, a las 5:00 p. m. hora local, los vecinos de una céntrica zona de La Habana salen a los balcones o se reúnen en un parque para escuchar un singular concierto que un joven tenor cubano dedica a los profesionales de la salud.
Desde hace casi dos meses, Andrés Sánchez Joglar sale al balcón de su casa, nueve pisos sobre el nivel de la calle, e interpreta con voz potente y profunda un repertorio que va desde la ópera hasta la música popular cubana.
Médicos, enfermeras y otros trabajadores de un cercano policlínico, en el barrio del Vedado, salen a escuchar la particular ofrenda musical del tenor de 26 años.
“Lo hago de corazón y en agradecimiento a los doctores principalmente, porque ellos son los que más están arriesgando sus vidas en estos momentos”, dijo a Xinhua poco antes de iniciar su séptima presentación dominical.
Sánchez afirmó que el canto “es como una medicina que puede curar el alma en este momento tan triste”.
Con un micrófono acoplado a una bocina, el cantante regala un repertorio que incluye desde “O sole mio” hasta “Bésame mucho”.
Ni la lluvia impide la participación de vecinos y transeúntes, como el mecánico Reiner García, quien se acercó al parque cercano atraído por la música y los comentarios que escuchó en el vecindario.
“Lo que hace es algo magnífico que habla muy alto de su calidad como ser humano, cuyas arcas siempre van a estar llenas porque da esa alegría al alma”, apuntó el sexagenario.
Desde la puerta del policlínico, la doctora Dania Sanabria y varios de sus colegas aplauden al término de cada canción con el mismo furor con el que lo harían en un teatro.
“Estamos muy agradecidos porque es un momento de alivio para muchos, para nosotros y para los vecinos”, señaló la doctora.
El cantante se inició en el arte a los 11 años, cuando incursionó sin mucho éxito en el estudio de la percusión y la guitarra, aunque todo cambió cuando ganó el Premio de la Popularidad en un concurso de canto en una radio habanera.
Impulsado por el barítono, director teatral y promotor cultural, Ulises Aquino, Sánchez Joglar llegó a la Cantoría Infantil del Teatro Lírico Nacional, una decisión que marcaría su vida para siempre.
“Amo la ópera, aunque también he incursionado en la música popular”, explicó en referencia a su paso por las orquestas de salsa “Papo Angarica” y “Yuli y Habana C”, donde redondeó su registro musical.
Amante de los deportes, y en particular del sóftbol, el intérprete aseguró que cuando canta al personal de salud, también lo hace para alegrar la vida de sus vecinos, obligados a permanecer en casa en estos tiempos de pandemia.
“En el balcón hago lo mismo que en el teatro y también me siento realizado”, comentó mientras la mirada se le pierde sobre una hermosa vista de la ciudad.
Desde inicios de febrero último, el joven tenor era la figura central en un teatro habanero de la ópera “Rigoletto”, del italiano Giuseppe Verdi, pero la llegada de la enfermedad del nuevo coronavirus (covid-19) a Cuba hace casi tres meses provocó la suspensión de las funciones y obligó al artista a recluirse en casa.
Mientras está en casa no ha dejado de estudiar, ni de vocalizar, ni de ensayar las canciones que interpreta con una pianista cuyos videos descargó de internet.
“Me preparo para cantar cada domingo como si fuera la presentación más importante de mi vida”, dijo con firmeza.
El joven cantante sabe que tiene un futuro promisorio, pero no se envanece y con humildad reconoce la labor del personal de salud, que en cualquier lugar del mundo arriesga la vida por otros.
“Voy a seguir cantando para ellos y para los vecinos, porque ésa es la manera que tengo de ayudar en la lucha contra la pandemia”, subrayó sin esconder el orgullo que siente por lo que hace.
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