Protagonista de las “Brujas de Blair” se ha cambiado el nombre y es guía espiritual

El proyecto de la “Bruja de Blair” se estrenó en Sundance, primero, y en salas de cine, después, en el año 1999, y cerró el siglo revolucionando el género del terror y dando origen a lo que sería un nuevo subgénero sin el cual difícilmente podríamos entender la manera de hacer terror hoy día: el founded footage (metraje encontrado).

Con un presupuesto de 60.000$ para hacer su película, los directores amateurs Eduardo Sánchez y Daniel Myrick crearon toda una mitología alrededor de una supuesta bruja en los bosques de Maryland y apostaron todo a un sencillo (y más que económico) marketing transmedia: hicieron creer al público que tres estudiantes de cine habían desparecido en el bosque mientras filmaban un documental acerca de la bruja de Blair, y que lo que se mostraba era, precisamente, el metraje encontrado, que esos chicos habían filmado antes de desaparecer.

A pesar de ser una de las películas más rentables de la historia del cine (recaudó cerca de 250 millones de dólares, multiplicando por más de 4.000 su presupuesto), los directores nunca llegaron a despuntar en cine tras este éxito, tal vez por su negativa a entrar en el engranaje del cine comercial. Los tres protagonistas de la cinta, que eran por entonces intérpretes desconocidos, no corrieron mucha mejor suerte. Los tres prestaron, además, sus propios nombres a los personajes.

Es difícil no pensar en la película e irse directamente al primerísimo plano de Heather Donahue en la oscuridad, llorando y moqueando, pidiendo perdón a las madres de sus compañeros y a sus propios padres, convencida de que iban a morir en el bosque. Ese plano, sin duda, es historia del cine.

Donahue tenía 25 años cuando se estrenó la película, y el próximo mes de diciembre cumplirá 50. El proyecto de la bruja de Blair era su tercera incursión como actriz y, durante la primera década de los 2000, aunque ninguno de sus trabajos tuvo demasiado éxito, parecía que seguiría haciendo carrera en pantalla.

Sin embargos sus últimas películas, Mantícora y The Morgue (2005 y 2008, ambas para televisión) fueron un auténtico fracaso, y Donahue no volvió a actuar. En una entrevista para GQ en 2016 dijo que haber hecho esa película era “un poco como ser superviviente de cáncer, en cierto sentido”.

“Tal vez como un pequeño tipo de cáncer de piel —añadió—. Y ves la cicatriz y piensas ‘¿No es genial haber sobrevivido a esto? Pero definitivamente no quieres hacerlo otra vez (…). Es como, ¿qué voy a hacer que supere eso? Eso siempre será la primera línea de mi obituario”.

Al final, con el paso del tiempo, su sentimiento hacia la cinta y la explotación que todavía se hace de ella es de resentimiento. Tal vez por eso, hace años decidió cambiarse el nombre y dio un giro de 180 grados a su vida profesional.

Ahora responde al nombre de Rei Hance y, además de escritora y jardinera, se presenta en sus redes sociales como guía espiritual.

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