Néstor Briceño cuenta su experiencia como único jurado latinoamericano en Cannes

El nombramiento de Néstor Briceño como miembro del jurado ecuménico de Cannes es un reconocimiento a su experiencia y trayectoria en el ámbito cinematográfico.

Para el director del posgrado de Teología de la Universidad Católica Andrés Bello, su experiencia como el único latinoamericano en el panel de jueces del Festival Internacional de Cine de Cannes ha sido particular e interesante encuentro profundo con el cine.

También le permitió un acercamiento con los medios; los demás miembros del jurado y sobre todo el compartir con los cinéfilos, productores y actores; lo que a su juicio es llevar a profundizar el sentido del cine como una experiencia social.

El sacerdote indica que en estos momentos se tiende a una visión de películas de una manera particular, que comprende una experiencia social de compartir con otras personas.

A su juicio, lo más importante fue el poder tener a los realizadores de las películas allí, los cuales comparten con el espectador del largometraje.

– ¿Cómo puede describir su experiencia de jurado en Cannes?

– En concreto, como jurado ecuménico fue ese encuentro que teníamos cada dos días para reflexionar cada una de las películas, fueran potenciales candidatas al premio o no, la cual discutíamos con los otros miembros del jurado, a veces las discusiones e incluso eran en las no potenciales que en las potenciales.

– ¿Cómo eligen a la mejor película?

– Para el jurado ecuménico hay dos aspectos que son claves el primero, la parte técnica de la película, si no cumple con los parámetros técnicos mínimos y la calidad mínima obviamente queda desechada, y segundo, parte del mensaje donde se hace una primera visión donde se va analizando lo que quiso decir el autor de la película, como algunas interpretaciones van más allá de la primera vista y el mensaje que está oculto (…).

Briceño acota que cada uno de los miembros del jurado agarraba de tres a cuatro largometrajes, donde comentaban película por película, lo que le había llamado la atención de estas.

Revela que solo dos películas cumplieron con los criterios. “El proceso fue más sencillo, de 21 a reducirla a dos fue mucho más fácil”, precisa.

El también profesor de la Ucab deja un mensaje a toda las personas que quieran cumplir su sueño en el área cinematográfica, que en Venezuela hay muchísimas posibilidades.

“Siempre hay que estudiar, a veces le dejamos el trabajo a la musa y a lo mejor es un 5 % el trabajo de la musa y un 95 % el verdadero esfuerzo en el que hay crecer como productores, escritores, directores, actores; donde en el día se van presentando retos (…) Pero siempre teniendo de base un buen mensaje y una buena estructura de guión y de producción”, cierra Briceño.

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