Placeres

Ballet Piruetas: Un legado de arte que se despide de Guayana

Una lesión apartó a Ana María Merayo del salón de clases, ahora se dedica a dejar constancia de su recorrido enseñando sobre baile en Puerto Ordaz.
lunes, 12 diciembre 2022
Cortesía | Fundada en diciembre de 1986, bajo la dirección de Ana María Merayo, la institución reunió entre 119 y 120 alumnos por cada año

Luego de 36 años recibiendo niñas y jóvenes en Ciudad Guayana, la Escuela de Ballet Piruetas cierra sus puertas.

Fundada en diciembre de 1986, bajo la dirección de Ana María Merayo, la institución reunió entre 119 y 120 alumnos por cada año.

Entre los egresados de Piruetas figura Iván Valderrama, director y coreógrafo de la reconocida agrupación guayanesa Danzas Yacambú.

“Lamentablemente, me tengo que despedir de la escuela, pero fueron años bonitos, muchos alumnos y mucha gente interesada”, expresó Merayo a PRIMICIA.

Merayo, oriunda de España, llegó a Ciudad Guayana en 1984, tras laborar en la Universidad de Los Andes en Mérida.

Recordó que como directora de Piruetas montó las coreografías del Río de las Siete Estrellas, la cual fue una de las primeras presentaciones; Paquita y Cascanueces; además de todos los cuentos clásicos: Blancanieves, La Bella Durmiente, Cenicienta, entre otros.

“(A Piruetas) Lo pueden recordar por los actos que se hicieron. En esta zona no había nada de ballet clásico, se hicieron muchísimas coreografías”, acotó.

Lesión

El salón en la parte alta de la casa ubicada en el Campo B de la Ferrominera, en Puerto Ordaz, lleva más de nueve meses cerrado.

El 2 de marzo de 2022, Merayo sufrió una caída luego de culminar la clase de ballet pautada para ese día, luego de superar la suspensión de actividades por el confinamiento por la pandemia de covid-19.

En 2019, la cadera habría enviado su primer aviso a Merayo. Sin embargo, un reposo de un mes le alivió la molestia y pudo retomar sus labores.

Dos años después, su prótesis de cadera se salió de su lugar, dejando su pierna inestable y haciéndola caer, golpeando varias partes de su cuerpo, incluyendo la cabeza.

El doctor que la atendió le recomendó no subir escaleras, y el bailar ballet es contraproducente para su lesión, ya que los movimientos son contrarios a la posición natural de la cadera.

Por primera vez, tiene que usar un bastón para caminar pero eso no disminuye la elegancia y la sutileza con la que se desplaza por los amplios espacios de su hogar.

Antes era cotidiano verla detrás de un escritorio en la oficina que servía de antesala al salón de clases. Ahora atiende a familiares y amigos en la sala de su vivienda.

Vestida de color blanco, con sandalias de tacón corrido, su cabello rubio siempre bien peinado y un maquillaje suave que resalta con la luz natural que se colaba por la ventana, así recibió la visita para hablar de la despedida.

El salón permanece cerrado, reveló que está colmado por el polvo que sale desde Ferrominera Orinoco.

En el closet del salón, que vio pasar a cientos de niñas y jóvenes, ahora guardan múltiples vestidos y tutús de distintos colores y épocas.

Aporte a la ciudad

La Escuela de Ballet Piruetas llevó a cabo más de 20 presentaciones a beneficio de la Fundación de Amigos del Servicio de Pediatría “Menca de Leoni” (Fundaserpe), de la mano de su directora Lourdes de Gago.

“Me gustó la labor con Fundaserpe, porque eran niños que venía con problemas y traían las incubadoras desde Estados Unidos para ayudarlos”, acotó.

Indicó que también se celebraron presentaciones en pro del Hogar Madre Emilia y varias iglesias de Ciudad Guayana.

Sobre dejar a Piruetas en manos de alguna exalumna, aseguró que la mayoría ya se dedica a otras profesiones y actividades, además lamentó que “la gente no responde como antes al arte”.

Esbozaba una sonrisa cuando hablaba de recuerdos, cada vez que rememoraba un hecho de la historia que deja Piruetas.

También recordó a la profesora Nina Novak a quien definió como “lo mejor que ha habido en ballet en Venezuela” y resaltó que se enteró de su reciente fallecimiento.

“Ella (Nina Novak) me ayudaba mucho, me mandaba a los profesores, la extraño mucho”, afirmó.

Ahora, con un cambio en su rutina, la profesora de 80 años se dedica a dejar constancia por escrito de todas las clases y coreografías que llevó a cabo en los 36 años de la escuela.

Activar al público

A pesar de la despedida de Piruetas, Ana María Merayo espera que en 2024 se reactive el arte en Ciudad Guayana con el reimpulso de la economía en el país. 

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