Opinión

Semana en domingo

"La presión de Guaidó y los países que lo apoyan es para que Maduro se vaya, pero si no lo hace, todo eso se viene abajo, porque lo único que quedaría es una intervención militar que sería una locura y sabemos que eso no va a pasar".
domingo, 23 febrero 2020

El camino a la libertad

No es un camino de rosas la posibilidad de que podamos tener un nuevo CNE y a partir de allí las elecciones parlamentarias y a lo mejor nuevas elecciones presidenciales, esta vez sin Maduro.

El primer escollo es que me dicen que Guaidó no está ganado para estas nuevas elecciones parlamentarias y que tampoco está participando en las negociaciones para designar un nuevo CNE.

Sin todos los parlamentarios que están con Guaidó, esto va a ser difícil, aunque según me aseguran, algunos de los 100 parlamentarios que integran su grupo, ven con buenos ojos la designación de nuevos rectores de ese organismo electoral.

En principio serían dos rectores de la oposición, dos del chavismo y uno neutral, que por supuesto tendría que ser elegido por consenso de los dos bandos.

La posición de Guaidó es que para todo esto, primero tiene que irse Maduro, mientras que el grupo opositor que negocia con el gobierno está planteando avanzar por etapas, la primera de las cuales es tener un nuevo CNE, y ha logrado que Maduro lo acepte.

En lo personal me cuesta creer que el gobierno esté aceptando que la Asamblea Nacional designe una nueva directiva del CNE sin exigir nada a cambio.

En principio Diosdado dice que ellos están seguros que ganan las parlamentarias sea con este o con otro CNE, y quizás por eso lo aceptan.

Pero también pudiera ocurrir que una nueva directiva del CNE no permita mantener abiertos los centros electorales hasta las ocho o nueve de la noche, como tampoco las otras artimañas periféricas, como los puntos de control frente a los centros electorales, o las modificaciones en los circuitos para que la oposición necesite más votos para un diputado, y el gobierno los tenga con menos.

Hasta ahora la oposición no ha podido probar que ha habido fraude electoral, pero obviamente todas esas cosas no las hacen para tener menos votos y si las defienden con tanto ardor, tiene que ser porque de alguna manera influyen en el número de votos.

La presión de Guaidó y los países que lo apoyan es para que Maduro se vaya, pero si no lo hace, todo eso se viene abajo, porque lo único que quedaría es una intervención militar que sería una locura y sabemos que eso no va a pasar.

En ese escenario luce como lógica la vía del diálogo, en la que ambas partes expongan sus argumentos y se logre una salida.

Si Maduro y su grupo están aceptando que la Asamblea Nacional, la legítima, designe un nuevo CNE para ir a unas elecciones parlamentarias, eso es un avance concreto. Y podría ser, se me ocurre, que Maduro esté pensando cambiar unas nuevas elecciones presidenciales por una ley de amnistía, aprobada por la nueva Asamblea.

Si los países que apoyan a Guaidó reconocen a esa nueva Asamblea, las leyes que ella apruebe tendrían la misma legitimidad, incluyendo una eventual ley de amnistía, que por supuesto no podría incluir los delitos de lesa humanidad, que no tienen fronteras, ni prescriben.

Esto lo planteo porque el chavismo nos ha enseñado que no da puntada sin hilo, y algo tienen que estar preparando para que hayan aceptado que la Asamblea Nacional designe un nuevo CNE para las elecciones parlamentarias.

Ya lo sabremos ahora después de los carnavales.

El tema del oro

Es innegable que en Guayana se saca oro todos los días, pero la incógnita es a dónde va, porque con mucha frecuencia están apareciendo aviones y avionetas cargadas de oro, que tampoco es fácil saber de quién es, aunque uno haga suposiciones.

Lo primero que hay que deducir es que si en las minas hay varias decenas de miles de personas que viven del oro, la cantidad extraída cada semana tienen que ser miles de onzas.

Incluso asumiendo que cada minero extraiga semanalmente un mínimo de tres gramos, como me dicen los expertos, serían por lo menos media tonelada mensual.

Pero además está lo que extraen las empresas, y hay cooperativas de mineros que sacan mucho más de tres gramos semanales.

Una parte de ese oro llega al Banco Central, pero el resto sale de Guayana por los caminos verdes, o en aviones que despegan de pistas clandestinas, o de alguna carretera apartada, como cuentan que pasó hace poco con una avioneta que, cargada con varios kilos de oro, despegó de una carretera cerca de Ciudad Bolívar.

Y en esto no se le puede echar la culpa solo al chavismo, porque el oro sale clandestinamente de Guayana desde muchos antes de la época del Zar del Oro, Amalfi Grossi, solo que ahora los medios reseñan más los decomisos, aquí y en el exterior.

Pero siempre se ha dicho que lo que llega al Banco Central es solo una tercera parte de lo que se extrae en las minas, lo que significa que mensualmente son varias toneladas que salen volando de Guayana.

La riqueza vuela sobre poblaciones paupérrimas, en las que quedan algunas migajas, solo para que los mineros puedan sobrevivir y seguir extrayendo oro.

Petróleo

Los expertos están previendo un retroceso importante en los precios del petróleo si China no logra controlar el coronavirus en unas semanas, porque ya está reduciendo sus compras de crudo y lo que dejan de importar, va a engrosar la sobreoferta mundial.

Según esos mismos expertos, si no se controla rápido el virus, la Opep podría verse obligada a aumentar su recorte de producción, por lo menos en la cantidad de crudo que China reduzca sus compras, en el próximo mes de abril o a lo sumo en mayo.

En 2019 China importó un récord de 506 millones de toneladas de crudo, equivalentes a 10 millones de barriles diarios.

Los especialistas estiman que si se prolonga el virus, China pudiera recortar sus importaciones en por lo menos 1,5 millones de barriles a mediados de año y eso tendría un impacto inevitable en los precios.

Cuatro

Uno
No veo justo que se le caiga encima con todo a dirigentes de oposición que buscan alguna salida distinta de la estrategia de Guaidó. Yo por ejemplo no creo que Claudio Fermín se haya pasado al otro bando, como tampoco los demás integrantes de la llamada “Mesita”.

Un dirigente opositor puede tener una estrategia propia para intentar salir de este gobierno, pero eso no significa que sea un traidor. Veo en las redes cualquier cantidad de denuestos contra algunos dirigentes opositores, pero no dicen qué es lo que creen que se debe hacer para salir de este régimen, que no lo hayamos hecho ya. Según algunos, la única verdad es la de Guaidó y quien no lo acepte, es un traidor.

Dos
Cuando en el país lo que se necesita es más trabajo, Maduro decreta feriado el viernes antes de carnaval. Eso en mi opinión proyecta un mal ejemplo al país, en el que parte de la crisis es debido precisamente a que no hay suficiente producción, en todo sentido. Y no creo que la gente tenga tanto dinero disponible como para tomarse cinco días de vacaciones fuera del hogar, de manera que tampoco creo que eso se puede entender como un estímulo al turismo interno.

Tres
La oferta gastronómica en Ciudad Guayana ha tenido una gran transformación en estos últimos años. Los buenos restaurantes que fueron una referencia durante años, han cerrado o ya no tienen el mismo nivel. Pero ha surgido una serie de nuevos establecimientos que intentan posicionarse al mismo nivel que los mejores de antes. Es un esfuerzo que hay que estimular para que la ciudad, por lo menos en ese aspecto, no pierda tanto terreno.

También hay que señalar que los altos precios y la crisis han reducido la clientela, lo que hace mucho más meritorio el esfuerzo para mantener abierto un restaurant.

Cuatro
Algunos lectores me piden que explique por qué diferencio los términos sindicalista y sindicalero: el sindicalista busca mejorar las condiciones de trabajo y salariales de los trabajadores, mientras que el sindicalero utiliza a los trabajadores como herramienta para su lucro personal. El sindicalero trabaja menos, pero gana más, come primero y mejor, y cuando se retira ha acumulado tanto dinero que no necesita cobrar la jubilación.

Sobre todo las industrias básicas y el sector construcción, han sido una fábrica de millonarios sindicaleros, con camionetas último modelo, fincas y apartamentos en Margarita, y no precisamente con el sudor de la frente. Esa es la diferencia entre un verdadero sindicalista y el sindicalero.

 

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