Semana en Domingo

Aramco está en Bolsa

Esta semana se realizó la Cumbre del Clima, en Madrid, cuyos acuerdos deberían detener el deterioro ambiental del planeta.

Pero por lo visto el mundo industrial no espera que las medidas ambientalistas les afecten, como pudiera ser por ejemplo una reducción en el consumo de petróleo, principal responsable de las emisiones de CO2 a la atmósfera del único planeta en el que podemos vivir.

La mejor prueba de que el mundo económico e industrial no espera que haya medidas radicales para proteger el ambiente es que esta misma semana salió a Bolsa una porción de las acciones de la petrolera Saudí, Aramco, y en pocas horas estos papeles subieron de valor un 10 por ciento.

Los expertos dicen que no subió más porque 10 por ciento es el máximo que permite la Bolsa de Ryad en una jornada. Es obvio que si existiera la más mínima posibilidad de medidas ambientalistas radicales, las acciones de Aramco no hubieran tenido esa acogida.

Los sauditas sacaron a la Bolsa solo un 1,5 por ciento de las acciones de su petrolera, que en segundos y por vía electrónica se vendieron por un total de 26.000 millones de dólares, lo que significa que la empresa vale por lo menos 1,88 billones de dólares.

En el mundo solo hay otras dos empresas que se le acercan: Apple, con 1,19 y Google con 1,15 billones de dólares.

El ser humano y la corrupción

Hace años escuché a un reputado sicólogo, afirmar que en donde hay dinero habrá corrupción, aludiendo a que es prácticamente imposible impedir que el ser humano caiga en la tentación de apropiarse del dinero público que ponen bajo su cuidado.

Por ese mismo lado resuena aquello de que cada hombre tiene su precio, lo que significa que nadie es capaz de resistirse a un soborno cuando la suma ofrecida pesa más que su honradez.

Según estas afirmaciones, no hay sobre la faz de la tierra nadie verdaderamente honrado, cosa que es absolutamente falsa porque el porcentaje de corruptos es infinitamente pequeño en relación con la población.

Hay países, como el nuestro, en los que los casos de corrupción son escandalosos y diarios, pero en otros, como por ejemplo Suecia, los casos de corrupción son muy aislados y la población general ni siquiera lo considera entre sus principales problemas.

En estos días gente de oposición le ha caído encima a Guaidó por los desafueros cometidos por algunos diputados de su bando, como los habían cometido antes algunos dirigentes opositores en Cúcuta, utilizando de manera indebida dineros que habían sido donados para financiar la lucha por el restablecimiento de la democracia plena en nuestro país.

Se responsabiliza a Guaidó como si su sola presencia debiera garantizar que quienes le siguen son incapaces de cometer cualquier hecho irregular, algo que nadie puede evitar.

Los opositores, sean del bando de Guaidó o del grupo que sean, son seres humanos con las mismas debilidades que todos los demás. Formar parte del equipo del presidente de la Asamblea Nacional no los hace distintos, aunque uno desearía que así fuera.

Pero en ningún caso se puede considerar que Guaidó es mejor o peor dirigente de la oposición, por lo que hagan o dejen de hacer quienes forman parte de su entorno.

Sin embargo, estos ataques le han hecho mella, tal como lo comienzan a mostrar algunas encuestas.

Es una lástima, pero ya antes de las denuncias de corrupción contra gente de su entorno, muchos opositores le cuestionaban que no hubiera logrado sacar a Maduro y convocar a nuevas elecciones, como si fuera tan fácil.

Lo real y concreto es que Guaidó logró, por primera vez en 20 años, poner al gobierno contra la pared y dejarlo al descubierto, por lo menos ante los más de 80 países que le reconocieron como presidente interino. Eso no es cualquier cosa, digan lo que digan.

Otro año peor
Desde hace años, cada diciembre decimos que el año próximo será mejor, porque el que está terminando ha sido el más malo en la historia y no hay posibilidad de que otro sea peor.

Sin embargo, cada año es peor que el anterior y cuando estamos seguros que ya tocamos fondo, los indicadores económicos siguen retrocediendo sin solución de continuidad a la vista.

Pero este diciembre en cierta medida ha marcado una diferencia con los finales de año anteriores.

Es que no se puede negar que algo está pasando en la economía, que comienza a ser evidente en algunos índices, que si bien no es que estén mejorando, por lo menos ha disminuido la velocidad del retroceso.

Así pasa con el índice de inflación, que sigue siendo alto pero que según algunos economistas es la mitad de lo que fue el año pasado.

Que la inflación haya perdido la mitad de su índice es una excelente noticia, como también lo es que haya mejorado el abastecimiento, a la par de la flexibilización de los controles de precios aplicados por el gobierno y que vaciaron los anaqueles.

El milagro económico de Venezuela ha sido que el pueblo haya sido capaz de sobrevivir con precios dolarizados y salarios en bolívares devaluados.

Eso seguramente será materia de estudio en las más prestigiosas universidades del mundo, sobre todo del “Imperio”, para ver cómo hace una familia para comer 30 días, con un salario que matemáticamente solo alcanza para cuatro.

En materia económica no es que el panorama se haya aclarado, pero los expertos dicen que está un poco menos oscuro.

Ojalá tengan razón, aunque algunos amigos, de la oposición, siempre me dicen que si la situación mejora, Maduro se queda. ¿Y entonces, qué hacemos?

Cuatro

Uno
El kilo de pernil superó 250 mil bolívares en las carnicerías privadas, aunque ha habido ferias del gobierno en donde venden trozos de pernil a 100 mil.

La oferta masiva que anunció el gobierno no ha visto, aunque me dicen que estaba entregando a su gente un combo Clap navideño, que incluye ingredientes para las hallacas y un trozo grande pernil.

Pero muchos hogares no van a poder hacer hallacas este año, y muchas familias de clase media tampoco no van a poder hornear su pavo esta navidad, porque cuesta más de dos millones, sin meter el relleno.

Dos
Esta es la última página SEMANA de este año y por ello quiero aprovechar para expresarles a todos mi sincero deseo porque pasen estas fiestas lo mejor posible.

No dejen que la situación del país les amargue la posibilidad de una buena reunión con amigos y familiares.

Estos son días para refrescar el espíritu, sobre todo para quienes creemos en Jesús como Padre Celestial. ¡Un gran abrazo a todos! y aquí estaré, si Dios quiere, a comienzos de enero.

Tres
Ya son varios los muertos por ingerir licor adulterado, que la gente compra porque es barato, pero sin advertir el peligro que corre.

Las autoridades sanitarias tienen que prohibir la venta de las marcas que tienen ingredientes peligrosos para la salud, pero al mismo tiempo deben advertir públicamente cuáles son, para que la población no las compre, o por lo menos sepa el riesgo que corre si lo consume.

En las redes y en algunos medios hay varios testimonios de intoxicación por sustancias contenidas en algunas marcas, que deberían ser tomados en cuenta.

Cuatro
Las redes sociales siguen llenas de advertencias sobre nuevos apagones y crisis eléctrica, aunque no se ofrecen detalles acerca de las causas que los provocarían, aparte de la desinversión que todos conocemos.

Desde comienzos de año se habló de un supuesto colapso “inminente” de Guri, que felizmente no ha ocurrido y que deberíamos desear que no pase, porque las consecuencias serían catastróficas para la economía y la población, debido a que el parque termoeléctrico no tiene capacidad operativa real para suplir lo que genera esa central hidroeléctrica. Con eso no se juega.

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