Opinión

¿Se puede reconstruir a Guayana?

"Ciudad Guayana no es ni la sombra de lo que fue, ya no produce casi nada y ha comenzado la diáspora hacia otras ciudades y otros países".
martes, 08 octubre 2019

El corazón industrial de Guayana se encuentra en la planificada Ciudad Guayana, donde todo colapsó debido a que quienes estudiaron y realizaron el proyecto, lo hicieron en base a una zona industrial circunscrita a la demanda de quienes trabajarían en el complejo emporio industrial más importante de Venezuela y de Suramérica.

Realmente es una ciudad preciosa, pero se convirtió, debido al volumen de trabajadores y sus familias, en un centro de atracción financiera y comercial, no asumido por los planificadores y a corto plazo colapsaron los servicios fundamentales de agua y electricidad.

Pese a estas circunstancias, la ciudad crecía de una manera inverosímil y era necesario enfrentar a las decenas de invasiones masivas en terrenos dispuestos como corredores de servicios e incluso urbanismos habitacionales e industriales. Algo absolutamente inesperado, debido a que las invasiones se convirtieron en un gran negocio y quienes se apoderaban de las parcelas, inmediatamente las vendían y quienes al final se estabilizaban allí era el tercero o cuarto comprador.

Los nuevos habitantes de estos sectores invadidos, de inmediato tomaban los servicios de forma irregular y todo se iba al suelo con los reclamos de quienes residían allí normalmente y los invasores que no se dejaban amilanar con el apoyo de los políticos y los medios de comunicación. Esto no les va a agradar, pero es necesario tomar conciencia de que esto no debe continuar si se logra reactivar.

Ciudad Guayana no es ni la sombra de lo que fue, ya no produce casi nada y ha comenzado la diáspora hacia otras ciudades y otros países. Todo se circunscribe a vender y comprar oro, y aunque eso es una porción muy pequeña de los habitantes, mantienen una demanda de servicios en el área de los centros comerciales, que permiten que estos sobrevivan a pesar de la disminución del volumen de compradores. Los precios permiten este fenómeno anormal, donde el dólar se deprecia como el bolívar y los bienes y servicios cuestan hasta tres o cuatro veces lo que valen en el extranjero. Esto impide, por lógica, que quienes tienen ingresos normales puedan adquirir buena parte de lo que allí se ofrece.

Esta es la realidad actual de lo que fue esta grandiosa ciudad industrial con sus inmensas empresas procesadoras de la bauxita, el hierro y los gigantescos volúmenes de agua transformados en energía eléctrica.

Recuperar el emporio industrial, es absolutamente imposible en la actualidad, se requieren grandes cantidades de recursos y nadie, absolutamente nadie, se va a arriesgar a invertir un dólar en cualquiera de las grandes empresas. Se hace imprescindible un cambio de gobierno, no lo podemos negar.

Si se produjera un cambio de gobernantes, recomenzaría un proceso mucho más dificultoso que cuando se inició todo. En ese momento los recursos serán limitados y no existe la capacidad de energía eléctrica para cubrir la demanda que requiere cualquier proceso de producción masiva. Casi todas las empresas fueron destruidas y desmanteladas. Se hace imprescindible reconstruir un proyecto nuevo en función de esa realidad.

Aquí en Guayana se encuentran los minerales que deben procesarse para producir materia prima. Existe la capacidad gerencial y técnica para desarrollar grandes proyectos, pero a largo plazo, se requiere nacer y crecer y esto es un proceso dificultoso y en solo en muchos años seremos lo que fuimos y ojalá logremos procesar los productos que saldrán de esas grandes empresas, que presumo serán privadas, pero la mayoría de nosotros ya no se encontrará aquí.

Lo que sí es fácil de predecir, es que tan pronto cambiemos de gobierno, miles de empresarios querrán invertir en esta gran ciudad y los centros comerciales colapsarán y eso parece contradictorio con lo que vengo afirmando, pero los inversionistas saben que la cosecha será a largo plazo, pero muy segura y rentable. Todo será absolutamente diferente, pero mucho mejor. ¡Buena suerte!

Nota.-Un grupo de personas que según ellos se agrupan para supervisar los servicios delos centros comerciales de Alta Vista, reconocen que en Orinokia funciona casi todo, incluyendo baños y escaleras mecánicas, pero en otros centros comerciales, prácticamente no existen los baños y si alguno está en servicio no es fácil encontrarlo. Les digo que los dueños de esos centros comerciales, a quienes conozco estarán preocupados por eso y resolverán el problema. No creen lo que les digo.// Petrica Gamboa, esposa del reconocido jefe de nómina por muchos años en EDELCA, Rafael Gamboa, fue una de las grandes amigas de mi madre y compartía con ella muchas veces. Petrica cumplió años el 27 de septiembre y se me olvidó felicitarla, le pido excusas. Un abrazo Petrica.

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