¿Renunciará Maduro?

Venezuela, nuestra maravillosa patria, donde tuvimos el privilegio de nacer, se encuentra en una situación trágica, realmente trágica y nadie lo puede negar. La lucha política en un plano absurdo, nos ha conducido a la desgracia y cada día nos hundimos más y más.

La lucha por el poder, por su misma naturaleza, es realmente peligrosa, pero existen límites que permiten la convivencia dentro de la diatriba y la confrontación.

Quienes ejercen el poder tienen una cantidad de impedimentos para que no utilicen los recursos del Estado a su favor, aunque siempre aprovechan las ventajas dentro de sutilezas de gran habilidad.

La estructura del Estado, dentro de su complejidad, le hace difícil el dominio total a un solo grupo y es el diseño que ha evitado las guerras con sus respectivos daños en vidas y bienes que son de gran utilidad para los habitantes de las naciones, lo que ha permitido el desarrollo social, industrial y económico del mundo actual.

Incluso en países con dominio de manejo político restringido, se han visto obligados a ampliar el nivel de decisiones y al final irán evolucionando hacia la democracia total, donde quienes decidan quien gobierna o no, son la mayoría de sus habitantes.

En Venezuela, por errores de ambos lados, se ha generado el dominio de un solo sector y esto ha traído la desgracia total. Los grandes recursos petroleros, en lugar de utilizarse para ser invertidos en el desarrollo social, educativo, industrial en base a servicios indispensables de gran confiabilidad como serían el agua, la electricidad, la salud, sistema de comunicación y transporte y algo fundamental la justicia imparcial y la seguridad personal y colectiva de calidad extrema, se han empleado para agrandar la base política nacional y mundial.

Nuestro Producto Territorial Bruto, que es la cantidad de bienes y servicios que se producen cada año en un país, se ha derrumbado más allá del 60% y la población ha crecido, algo verdaderamente dramático, pero esto pareciera que a quienes manejan las estructuras del Estado les importa poco y anuncian, día tras día, los grandes logros económicos y sociales, que por el contrario es a la inversa, todo se ha ido al piso.

Nicolás Maduro Moros, quien se encuentra en la cumbre del poder en Venezuela, ha sido aconsejado de manera equivocada y eso está a la vista con la gran cantidad de países importantes enemigos absolutos del gobierno de Venezuela, con las consecuencias de la gran tragedia que ha impulsado a salir a millones de venezolanos hacia otros territorios donde puedan sobrevivir haciendo lo que sea y no les importa, los ingresos en su patria no les permiten sostenerse. En muchas partes han sido humillados y despreciados, pero no tienen opciones y están obligados a resistir la desgracia.

Ya el gobierno de Nicolás Maduro Moros, simplemente no funciona y se hace imprescindible realizar nuevas elecciones para elegir a un nuevo gobierno, que incluso ellos pudieran ganar dada la gran división opositora de grupos irreductibles que prefieren que se quede el chavismo y no que Juan Guidó sea elegido presidente.

Pero para que Venezuela regrese al camino de la prosperidad y el crecimiento, se hace necesario un cambio total de gobierno y para eso es imprescindible que el ciudadano Nicolás Maduro Moros renuncie al poder y se engrandezca frente al mundo reconociendo los errores que nos llevaron a la debacle y admita que quienes se aprovecharon de su gobierno, lo condujeron por el camino equivocado. Esto es casi imposible de realizarse y no lo puedo negar, pero de pronto la voluntad suprema de un hombre lo induce a sobreponerse a sus adversidades y crecerse en las circunstancias difíciles y entender que la vida no es eterna, por lo cual se hace necesario regresar de donde se ha logrado estar y volver a la normalidad, aunque siempre será un individuo notorio, sea odiado o querido, pero debe salirse de donde no puede continuar. ¡Buena suerte!

Nota._ Lo primero que debe hacerse es concluir con la Asamblea Nacional Constituyente; reconocer a la Asamblea Nacional con todas sus prerrogativas; legalizar a todos los partidos políticos inhabilitados ilegalmente; liberar a todos los presos acusados de delitos derivados de la acción política, incluyendo a los perseguidos que salieron huyendo. Lo demás será manejable con cierta facilidad, incluyendo el llamado a elecciones. A la larga el final será el mismo, pero con consecuencias trágicas para muchos de nosotros.
@dabega26

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