¿Puede el chavismo sobrevivir a esta coyuntura?

Los procesos sociales y políticos viven momentos de tensión, particular mención merecen, en países como Brasil y Venezuela. La izquierda en el gigante del sur sufrió una derrota electoral que merece un análisis muy severo.

Lula y el partido de los trabajadores de Brasil, el movimiento de los Sin Tierras y la gama de sectores populares que lograron en dos ocasiones una aplastante victoria, luego fueron derrotados por un militar de derecha extrema, que retornó al sistema neoliberal ese país. Los importantes avances logrados por Dilma Rusef y Lula ahora están en peligro.

En Argentina también después de sacar Cristina y Néstor Kirchner ese país de la debacle, es asumido por un empresario de extrema derecha que lo tiene sumido en recesión económica, hambre y retroceso económico y social.

En Venezuela el chavismo vive un mal rato desde la muerte del líder Hugo Chávez. Tras la muerte de Chávez, se desarrolla toda una estrategia de sectores opositores y los grandes centros de poder mundial para desplazar a las fuerzas chavistas del poder político. Es tan importante para la derecha continental esa tarea que junto a Estados Unidos, dirigen la mayor operación para derrocar a un gobierno legítimo. Nicolás Maduro no le tocó fácil. Las fracturas dentro del chavismo han sido múltiples. Una camada de dirigentes que acompañaron a Chávez, varios que fueron ministros, Fiscal General, Generales, diplomáticos hoy denigran de la revolución y se fueron para la otra acera. En verdad son grupos y personas que están cuestionados por su traición y su corrupción dentro del gobierno.

Mención aparte merece la continuación de personas y métodos burocráticos dentro del chavismo que ponen en peligro la continuidad del proyecto que ideó Chávez junto al pueblo. Los errores y la corrupción acaban con único proceso político que ha dado poder a los más pobres y que vive el peor momento desde sus orígenes.

Los cambios que está anunciando Maduro en su gabinete no son suficientes. Es un problema de perspectivas y de principios. Allí creo que está el dilema. No existen formularios mágicos para resolver los graves problemas asociados al momento económico y político, pero tampoco existe voluntad política para corregir y transformar el estado burgués. Con paños de agua tibia no se resuelve lo medular de esta coyuntura. Debemos reconocer que hemos sido buenos para el análisis, pero muy malos para la práctica de lo correcto.

La dirección política debe ser más humilde y consciente. La verdad es que la izquierda desde que conozco su vida, está llena de personas formadas política e ideologícamente, pero muy complicados para gobernar y se corrompen con facilidad. Que decir de los oportunistas que ocupan cargos de dirección. El Chavismo podrá superar este momento? Básicamente depende del giro que tomen los acontecimientos. El mundo de la izquierda apuesta por la salvación de este movimiento, que es el único que ha resistido al peor ataque imperial de los últimos tiempos. Todo apunta a que sobreviva. Es lo que parece estar a la vista.

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