Opinión

Nuevo estilo familiar: unipersonal

El arte de ser familia.
jueves, 31 octubre 2019

Los tiempos han cambiado y la forma de hacer familia y constituir hogares también. La fuente de tales cambios son producto del proceso de globalización los cuales han tenido gran incidencia en los procesos de organización y estructuración en la vida privada, como la pluralidad familiar y de hogares que buscan diferenciarse de los patrones tradicionales. Todos estos cambios no se han manifestado de manera uniforme y están influenciados por distintos factores entre los que destacan los económicos y culturales.
Actualmente existe una ferviente necesidad de privilegiar los derechos individuales, siendo el más icónico el derecho a la libertad; libertad para elegir pareja, para decidir tener hijos o no, la libertad de conformar una familia que rompa con los patrones tradicionales y donde surge como prioridad el vivir solos o solas, como preservación de esa realidad y su autonomía.

Como consecuencia surge un nuevo estilo familiar, La Familia Unipersonal, integrada por una sola persona, que representa para sí misma el jefe de hogar. Esta tipología surge como consecuencia de una separación o divorcio, por viudez, emigración, por causas laborales que imposibiliten el sostenimiento de una relación o sencillamente por el deseo de preservar la soltería; El manejo inadecuado de los conflictos de pareja, los divorcios conflictivos, la infidelidad son otras de las causas que conducen a decidir no conformar familia de manera tradicional. En esta estructura no hay hijos o viven fuera del hogar. Surge de un deseo de individuación, que nace de la modernidad.

Para nadie es un secreto que hoy en día, hombres y mujeres están más enfocados en metas profesionales, en el disfrute de su independencia económica, entre otras postergando o evadiendo por completo la cantidad de obligaciones y compromisos que implican formar pareja y tener hijos.

Social y culturalmente no estamos acostumbrados a considerar que las personas que viven solas, conforman una familia y como tal no se le reconoce, por el contrario, horroriza pensar que alguna persona viva y llegue a la vejez sola y más aun sin hijos. E incluso llega a cuestionarse el hecho que Hombres y Mujeres opten por vivir solos, se les considera hurañas, poco sociables, se llega incluso a cuestionar en veces su sexualidad, el ejercicio de su sexualidad. Llegando a la tendencia de presionarles familiar, social y culturalmente para que concreten familia, sea con pareja o simplemente con hijos.

Un hogar unipersonal no significa que la persona no tenga pareja, ciertamente pueden sostener una relación o unión consensual pero no comparten el mismo techo de manera permanente, algo así cada uno en su casa.

Entre sus características están: que las personas que asumen esta constitución se rodean de una red social integrada por familiares, amigos, compañeros de trabajo, vecinos, entre otros. En muchos casos cumplen con una labor de apoyo psicosocial a familiares u otros miembros de su red, que presenten algún tipo de calamidad, o sencillamente asumen obligaciones monetarias y de asistencia con terceros sean familiares o no. La categoría hogar se asigna desde la perspectiva de espacio, como concepto demográfico, el espacio donde reside. En el hogar unipersonal la persona, aunque vive sola, puede desempeñar la jefatura de su hogar; también se pueden encontrar situaciones en que otras personas que no viven en el hogar, asuman la jefatura del hogar. Poseen su propio ritmo y conforman dinámicas y relaciones expresadas en acontecimientos. En cuanto a los roles y géneros en esta estructura se da la hibridación de roles femeninos y masculinos: se asumen roles de proveedor, domésticos y de cuidado pero, consigo mismo. En su estructura quienes viven en un hogar de este tipo establecen consigo mismas normas para su propia convivencia.

Decidir constituir un Hogar Unipersonal no significa estar en contra de las relaciones de pareja, por el contrario su interés está enfocado en buscar expresiones diferentes de relación, que les proporcionen y garanticen su libertad y autonomía. La cualidad más destacada es la necesidad de mantener espacios propios para no ser alterados por otras personas, conservar la autonomía e independencia.

No puede juzgarse que esta realidad sea buena o no, lo realmente importante es revisarnos como padres sobre el patrón de crianza y modelaje de relaciones que le estamos ofreciendo a nuestros hijos ya que de allí parte el gran contexto de decisiones que a futuro ellos tomaran, su proyecto de vida. El decidir vivir solos les retara aún más en la autodeterminación y conocimiento de sí mismo; el fin último que sean Felices.

 

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