Nelson Méndez, el auténtico jugador de San Félix

Con frecuencia, desde distintas regiones de Venezuela, se preguntan cuál es el origen de la garra, el talento y ese singular sentido de pertenencia en cancha que caracteriza al jugador de fútbol de salón de Ciudad Guayana.
Y es que, en cada competencia nacional, cuando aparece un equipo con acento guayanés, se nota una identidad que no se improvisa. Esa forma de juego aguerrida, colectiva y disciplinada tiene raíces profundas en barrios, canchas y equipos deportivos donde se siembra pasión.
En ese contexto nace y se forma el verdadero salonista guayanés, producto de una cultura deportiva que trasciende generaciones.
Un referente clave para entender este fenómeno es, sin duda alguna, Nelson Méndez, ya que su historia sintetiza lo que significa ser un jugador auténticamente formado en San Félix.
Nelson Méndez es más que un nombre en la historia del fútbol de salón; es símbolo de una identidad deportiva forjada a pulso. Su desarrollo como jugador comenzó en el quinteto de la UD-104, un semillero de talentos que dejó huella en las competencias locales. Allí compartió cancha con otros grandes salonistas que, como él, asumieron el deporte con pasión, seriedad y disciplina.
El estilo de juego que cultivó se fue moldeando en cada torneo, en cada entrenamiento, reflejando una inteligencia táctica innata y un compromiso que lo distinguió desde joven. En él se funden la inteligencia del barrio y la seriedad del atleta. Méndez representa la esencia del jugador de San Félix, ese que no da una pelota por perdida y que nunca olvida de dónde viene.
Su trayectoria como jugador ha dejado huellas importantes en el estado Bolívar y más allá. Representó con orgullo a la entidad en múltiples campeonatos nacionales, dejando constancia de su entrega en cada encuentro. Además, formó parte del histórico equipo que representó por primera vez al estado Bolívar en unos Juegos Nacionales Juveniles, realizados en Anzoátegui en 1990, un hito que marcó el inicio de una etapa dorada para el salonismo local.
Su nombre también resalta en el ámbito profesional, donde defendió los colores de varios clubes con gallardía. Uno de ellos fue Caimanes del Orinoco, equipo donde su liderazgo y talento brillaron en una Liga Especial Superior que ya no existe, pero que permanece viva en la memoria de quienes la vivieron.
Hablar de Nelson Méndez es hablar de historia, de constancia, y de ejemplo, su legado sigue presente en cada joven que hoy se calza unos botines en San Félix, soñando con representar a su comunidad con la misma pasión.
En tiempos donde los ídolos muchas veces son pasajeros, su figura permanece como símbolo de lo que se puede lograr con esfuerzo y compromiso. En cada esquina de Ciudad Guayana, cuando se pregunta por un verdadero salonista, su nombre siempre aparece. Porque Nelson no solo jugó; él construyó un camino que muchos aún recorren.
Y en ese trayecto, dejó claro que el fútbol de salón guayanés no se improvisa, se vive, se siente y se defiende como lo hizo él, con el corazón.
Amigos y amigas de este su espacio, será hasta la próxima oportunidad, para contactos pueden hacerlo por @Joseceden o por Facebook / José E Cedeño Gonzalez (El hijo mayor de Otilia Gonzalez).
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