Opinión

Juan Guaidó se la juega el 16N

"El 23 de enero, se conmemora uno de los eventos más importantes de la democracia, la derrota de la dictadura militar de Marcos Pérez Jiménez".
martes, 12 noviembre 2019

Venezuela se encuentra en una crisis terrible y no existe manera de resolverla sin un acuerdo político de gran envergadura, donde las partes racionalicen la realidad de un pueblo absolutamente impotente de sobrevivir normalmente.

La oposición, a partir de la gran victoria electoral, donde logró obtener la mayoría calificada en la Asamblea Nacional, lo cual le permitía el control total de los poderes públicos, incluyendo a la Presidencia de la República, la cual debería actuar dentro de limitaciones extremas, se ha fracturado totalmente, en función de que los grupos que se auto consideran mayoría, por tener más diputados, se convirtieron en los dueños del accionar político y se repartieron el protagonismo, de una manera totalmente errada y caprichosa. Recuerdo, para poner un ejemplo, un paro nacional convocado por el dirigente a quien le correspondía el protagonismo acordado.

Un gran éxito, sobre el 60% del comercio cerró sus puertas y casi todo se detuvo, aunque con mucha dificultad debido al temor al gobierno. El muchacho inexperto, a quien le correspondía representar a la oposición, se le ocurrió, sin ninguna racionalidad, prolongar el paro 48 horas más.

El fracaso total. Todo el esfuerzo y el sacrificio se perdieron, los únicos negocios que cerraron fueron los visitados por el SENIAT.

Luego de la jugada maestra del gobierno, convocando, de manera ilegal, a unas elecciones para elegir a los miembros de una Asamblea Constituyente, se derrumbó la oposición y este organismo sustituyó a la que representaba la real voluntad del pueblo venezolano, la Asamblea Nacional.

El gobierno había demolido a la oposición en las elecciones regionales y locales, donde la oposición apenas obtuvo la victoria en cinco gobernaciones y regaló la más importante, la del estado Zulia, por no juramentarse ante la Asamblea Nacional Constituyente. Algo se salvó, aunque el gobierno, de inmediato, le creó gobernaciones paralelas para manejar los recursos nacionales.

El CNE, controlado por el gobierno, anula a los partidos que no participaron en los procesos electorales y luego impidió que se legitimaran.
Llega el año electoral, dentro de estas condiciones adversas para la oposición, el gobierno convoca a unas elecciones adelantadas, sabiendo que gran parte de la oposición se va a poner de su lado, de una manera equivocada, porque no votarían. Henry Falcón, que ya venía con algunos desencuentros importantes en el estado Lara, se postula como candidato y no logra aglutinar a la oposición y fue vencido fácilmente. Gran parte de la oposición no reconoció esta elección presidencial y muchos países del mundo tampoco aceptaron este tipo de artimañas electorales.

Llega el 5 de enero y eligen a Juan Guaidó como presidente de la Asamblea Nacional. El 10 de enero juramentan a Nicolás Maduro como presidente constitucional de la República Bolivariana de Venezuela.

El 23 de enero, se conmemora uno de los eventos más importantes de la democracia, la derrota de la dictadura militar de Marcos Pérez Jiménez.

Como es más que conocido, Juan Guaidó se proclama presidente constitucional de la república, asumiendo que al presidente de la Asamblea Nacional, le corresponde asumir la presidencia por la ausencia absoluta de quien debe asumir la presidencia. Considera que Nicolás Maduro no fue electo para ese cargo. Se estremece Venezuela y parte importante del mundo. Más de 50 países reconocen a Juan Guaidó como presidente legítimo.

El primer acto importante que promociona Juan Guaidó, es el ingreso masivo de ayuda humanitaria y esto fracasó, muchos errores y grandes expectativas.

El ánimo del universo opositor venezolano fue golpeado. Se convocan actos masivos y el pueblo responde, pero no se concreta nada y este proceso culmina con el escape de Leopoldo López, que aparece y no sucede mayor cosa y se protege en la embajada de España.

La oposición se ha desgastado anímicamente y no la dejan recargarse, lo que favorece al gobierno.

Todos los intentos de llegar a un acuerdo que permita una salida política, fracasan y el gobierno asume que un grupo de opositores le permiten destrancar el juego, pero eso no significa mayor cosa y esta opinión disgustará a mucho de los involucrados, pero la única solución es realizar unas nuevas elecciones para presidente. Pueden acordarlas o no, pero no hacerlo es un riesgo permanente sin ninguna necesidad.

Ahora el considerado presidente por buena parte del pueblo venezolano y por más de cincuenta países del mundo, JUAN GUAIDÓ, convoca a un gran acto de masas donde se va a reclamar el fracaso de todos los servicios y el reconocimiento a la estructura de poder legal de Venezuela, basada en la Constitución Nacional. Aquí se las juegan todas. No existe vuelta atrás. ¡Buena suerte!

Danielbetancourt2612@hotmail.com

 

 

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