Hablemos hoy de: ¿Y mañana?

El ser humano vive hoy en un mundo que no se detiene. Y al iniciar cada día se sumerge en una dinámica que no tiene freno, parece incluso que en oportunidades se olvida que es un individuo, una persona que tiene necesidades, que muchos también tienen hijos, esposa, esposo, amigos, vida social, que forman parte de una sociedad que está compuesta por múltiples elementos, pero que no tienen que verse sustituidas sus necesidades, por esta dinámica arrolladora.
Esto nos lleva a reflexionar y a pensar en qué y cómo estamos desarrollando nuestra vida, si realmente estamos en un proceso de evolución, y si estamos siguiendo el camino correcto que nos conducirá a alcanzar la verdadera felicidad de la existencia.
Hay que sacar lo bueno del ayer para verse bien en el hoy, y así proyectarse hacia un mañana positivo.
No se puede permitir que el estrés actual nos lleve a cometer el error de olvidarnos del por qué y para qué venimos al mundo. Todo en la vida tiene su momento, y el tiempo es un elemento que podemos manejar con conciencia e inteligencia para domarlo, al extremo de poder utilizar cada segundo de manera óptima.
Por lo tanto evitemos la ansiedad del mañana, ya que este traerá sus propias angustias y problemas, así evitamos desgastes anticipados y ganamos en tiempo de vida.
Una clave infalible para obtener paz y armonía desde que nos levantamos, es colocar nuestra confianza en las manos de Dios, pedirle que nos acompañe en todo momento y nos guíe por el camino del éxito, el encuentro y entendimiento, para alcanzar la paz espiritual que nos permita estar tranquilos.
Hoy, es donde debemos centrar nuestra energía, es lo más importante y trascendental pues es el momento real, está en vivo y directo, y su amplitud nos permite actuar con racionalidad. Nos dice que el ayer ya no está, que hablar del mañana es inferir, y que debemos estar bien ubicados en la fecha y hora, y hacer un uso efectivo y eficiente de él.
La evolución del mundo es indetenible. Cada día aparecen nuevas tecnologías y elementos que supuestamente son para mejorar la calidad de vida de los seres humanos. Pero hay que detenerse un momento y analizarlos con objetividad, ya que estos elementos pueden representar una amenaza para la vida del hombre, principalmente cuando se habla del tema laboral.
Las tecnologías, el crecimiento demográfico, y los elementos culturales y sociales, están arrojando señales de lo que está pasando y puede seguir sucediendo sobre el futuro del trabajo. Y una de las preocupaciones mayores radica en la mano de obra humana, la cual puede ser sustituida por la robótica o la automatización de los procesos. Esto traerá consigo consecuencias devastadoras a nivel social, pues causará niveles de desempleo alarmantes que afectarán el Nivel de vida de millones de personas.
Las consecuencias de todo esto conllevan tanto a las personas como a las empresas, a reinventarse para generar nuevas alternativas que generen un equilibrio en la dinámica de la vida.
Desde asumir los nuevos desafíos, inventar nuevos enfoques y procesos, crear nuevos modelos a partir de experiencias y estadísticas significativas, realizar pruebas y modelos nuevos, y hacer seguimiento a todos los procesos de las empresas y organizaciones en todos sus niveles.
En tiempos trascendentales como los que vivimos hoy, es indispensable no trabajar en base a especulaciones y supuestos, y ser absolutamente proactivos, analistas y realistas, para que las metas y objetivos de las empresas se puedan cumplir a cabalidad de acuerdo a las programaciones y planificaciones que se realicen.
El ser humano siempre será el motor principal que mueva al mundo, por tanto hay que ser cauteloso y aplicar la inteligencia natural que habita en nuestro cerebro, alma, corazón y espíritu, y hacer las cosas con plena conciencia de la responsabilidad que pesa en cada una de las personas que tienen el compromiso de llevar adelante, el desarrollo de la vida en el planeta.
A pesar de la inteligencia artificial, que es uno de los avances tecnológicos más grandes que se está desarrollando, y que tal vez pueda llegar a superar al ser humano en inteligencia y eficacia cognitiva, no podemos doblegarnos ni asustarnos ante tal evento, pues la intuición y la capacidad de reacción del ser humano es absolutamente irremplazable, y al final será una mente humana la que tenga la decisión final.
Hay que concentrarse en la realidad de nuestras vidas, en lo que realmente somos, en nuestra esencia, en el amor, la justicia, el valor, las capacidades, la responsabilidad, en el orgullo y en los aprendizajes que nos va dejando la vida en cada vuelta del sol. Somos del tamaño del compromiso que se nos presenta, y nos enorgullece formar parte de una raza con inteligencia suficiente para superar cualquier reto que aparezca.
Con humildad y honestidad, asumimos las pruebas que la evolución nos plantea y con seguridad, actuamos con conciencia para superarlas con creces.
No olvidemos lo bueno del ayer, pensemos en el mañana con esperanza, y vivamos el hoy como el mejor regalo que recibimos de Dios, el universo y la vida.
En la actualidad el tiempo tiene un valor inmenso, por tanto no podemos detenernos en nimiedades que solo nos hacen desperdiciar momentos maravillosos para avanzar en el camino de la existencia. Pensar, meditar y actuar acorde con los principios y valores de la convivencia humana, será la huella que dejemos a nuestro paso. Ah, sin olvidar que puede haber un mañana.
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