Opinión

Estados alterados de conciencia

"El flaco Luis Calavera por el contrario es el más vulnerable en materia de eventos festivos y relaciones sociales, apático a toda bebida que no sea agua, y un tipo con el ancla eternamente clavada en la ciénaga del pesimismo".
José Viznel ÁLVAREZ
lunes, 09 marzo 2020

Los amigos del flaco Luis Calavera siempre lo invitan para los carnavales de El Callao, pero nunca va porque sus estados financieros padecen de inanición crónica extendida.

Ellos en cambio no dejan pasar un año sin acudir al tradicional evento que con el tiempo se les ha vuelto tan obsesivo, que por sus mentes jamás pasó la posibilidad de faltar a la edición más reciente.

El líder del grupo es Amaranto González, un celebrado parlanchín a quien llaman Soliloquio, no porque suela hablar consigo mismo si no porque es loco como él sólo; un personaje reconocido parroquialmente por sus bromas pesadas, especialmente cuando por efecto de las bebidas espirituosas cae en unos estados alterados que barren todo vestigio de moral que por equivocación pudiera quedar adherido en algún lugar de su conciencia; funge además como magnate del grupo, puesto que trabaja en el negocio de su papá vendiendo clavos para serruchar y serruchos para clavar, las veces que no confunde el martillo de amolar con la lima para martillar.

El flaco Luis Calavera por el contrario es el más vulnerable en materia de eventos festivos y relaciones sociales, apático a toda bebida que no sea agua, y un tipo con el ancla eternamente clavada en la ciénaga del pesimismo, tímido por naturaleza y flojo por descendencia, sus exiguas finanzas apenas le dan para comerse las uñas en uno de los bancos de la plaza y chuparse una que otra teta de mango de las que vende la señora de la esquina.

Este año a Soliloquio se le metió en la cabeza la estrafalaria idea de llevárselo a juro para El Callao, a lo que aquél accedió más por la necesidad metabólica de dar un salto a la libertad, que por el afán de rumba y diversión (¡Y a ese precio!).

Se fueron en la camioneta de Soliloquio tomando cervezas sin premura de tiempo ni limites de dinero, totalmente libres de preocupación, incluyendo al flaco Calavera, quien curda tras curda tenía la perturbadora sensación de haberse estado perdiendo de una de las cosas más placenteras de la historia de la humanidad.

Llegaron a media tarde y dejaron los equipajes en una inmensa habitación forrada de alcayatas que alquilaron en una casona que pudiera perfectamente funcionar como zoológico por la variedad de animales que andan libres por los patios y corredores, y cuyo aire acondicionado parecía estar consumiendo los últimos dígitos de su existencia. Sin perder tiempo se incorporaron a la celebración desde el primer día, donde solo les faltó tomar guarapita de amoníaco con Fructus, tanto así que cuando el cuatrista perdió la capacidad de distinguir entre las nalgas de las mujeres y la copa de su sombrero, tocó retirada junto con Soliloquio que ya se encontraba inmerso en uno de sus lamentables estados alterados de conciencia.

Poco antes del amanecer Soliloquio escuchó golpes en la puerta.

Cuando abrió la inercia lanzó al flaco Calavera desde el umbral dando traspiés en un estado que lo ubicaba más cerca de la constelación de Orión que por estos lados de la Vía Láctea, pero con el mismo impulso conque cayó en la hamaca saltó de ella como si hubiera hecho contacto con una entidad sobrenatural.

Una iguana en el máximo grado de desarrollo al que pueden llegar los individuos de su especie estaba plácidamente instalada dentro de la hamaca, causando que el apellido del flaco mutara de Calavera a Pavarotti, de hecho un grito semejante habría podido cercenar fácilmente la yugular del finado tenor italiano, considerando que gran parte del vecindario activó las alertas como si las criaturas de los océanos hubieran escuchado el llamado de Poseidón.

Hasta hoy el flaco Luis Calavera no sabe de dónde salió la iguana, pero aquí entre nosotros, cuando su espantoso alarido retumbó en la habitación todos se sobresaltaron excepto Amaranto González, quien sonreía extasiado en uno de sus más profundos estados alterados de conciencia.

viznel@hotmail.com

 

Ten la información al instante en tu celular. Únete al grupo de Diario Primicia en WhatsApp a través del siguiente link: https://chat.whatsapp.com/D0WqzaSBn24Frrb6ByjhR4

También estamos en Telegram como @DiarioPrimicia, únete aquí https://t.me/diarioprimicia

error: