El distribuidor Altamira y la contrainteligencia

Cuando se comience a sistematizar la historia política de Venezuela en los dos últimos años (2017-2019), de manera muy especifica y concreta, en lo referente a la lucha por el poder por parte de sectores radicalizados de la oposición, que no creen en las vías electorales y constitucionales…que mantienen una actitud de rebeldía antijurídica, en la que los hace pisar terrenos vinculados a cometer delitos enmarcados en el terrorismo, la subversión y hasta el magnicidio frustrado…

Para la derecha nacional e internacional, su idolología capitalista, no les permite aceptar que existen conceptos, que forman parte de la realidad social, que al escucharlos les causa muchísima incomodidad intelectual, y hasta miran con burla y desprecio, a esas cosas que llaman: Patria, Soberanía, no al Injerencismo, Autodeterminación de los Pueblos, Independencia, traición a la patria…

Ahora estamos observando que por una extraña fuerza simbólica, la zona de Altamira, en la que debemos incluir a su plaza y a su distribuidor, como espacios geográficos en donde la contrainteligencia política, es cuando “logra descubrir” a personas que se quitan sus mascaras de demócratas y asumen una actitud totalmente belicosa en contra del estado de derecho y el sistema político imperante…en donde las marchas mas radicales, las guarimbas, los pronunciamientos de militares y de políticos opositores, se sienten cómodos y felices en una zona supuestamente liberada…

Nos debe llamar a la reflexión crítica, y preguntarnos si el Estado debería crear una institución de “la contra contrainteligencia”, ya que parece insólito que los jefes de la policía política, estuvieran conspirando en contra de lo que deberían defender y proteger, y que se diga: “La CIA captó a Figuera hace un año”…como para preguntarse: ¿Qué pasó con nuestro sistema de contrainteligencia?…¿Porque no se detecta a los traidores, sino cuando van al distribuidor Altamira y se pronuncian? ¿Porque a los conspiradores les da tiempo, de presentarse en la autopista muy cerca de La Carlota, gravar videos para las redes sociales, y después irse para las embajadas? ¿Cuántas horas estuvo “libre” el que se fugo de su “casa por cárcel”, que hasta se dio el lujo, de presentarse públicamente en el distribuidor Altamira y después irse tranquilamente para la residencia del embajador de España en Venezuela?

Definitivamente algo pasa con nuestro sistema de Contrainteligencia…

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