Opinión

¿Destruir a Juan Guaidó?

Los estrategas del gobierno han demostrado una superioridad evidente que el grupo que dirige a la oposición.
martes, 19 mayo 2020

Tratar estos temas conlleva una terrible angustia, el pueblo opositor ha sido convertido en un archipiélago de intereses y mezquindades, absolutamente inconcebibles dentro de nuestra espeluznante realidad.

El drama de carencias y dificultades del pueblo venezolano, acostumbrado a muchas facilidades y privilegios, era algo absolutamente impensable de poder suceder, pero está aconteciendo y cada hora se agrava más. No obstante quienes controlan al país y quienes los adversan, no piensan en otra cosa que en mantener o apoderarse del poder, solo por el poder. Los del gobierno han demostrado que no tienen otros objetivos, pero jamás creímos que los dirigentes de la oposición se entramparan en un asunto indigno de la lucha política normal. Cuando se busca el poder, se plantean objetivos concretos y se hacen propuestas que busquen el desarrollo y el beneficio de la población, pero cuando eso se convierte en exterminar al enemigo y nada más, se hace imprescindible analizar y meditar en la búsqueda de objetivos superiores.

Los estrategas del gobierno han demostrado una superioridad evidente que el grupo que dirige a la oposición. Afirmar esto disgustará a muchos, pero no se puede negar y se debe admitir, con la finalidad de reconducir las acciones que nos han llevado a derrotas tras derrotas, incluyendo la aparente victoria del 2015, la cual se convirtió en el veneno que intoxicó el cerebro de los líderes opositores, generando una implosión a la unidad que los había llevado a obtener una mayoría absoluta en la Asamblea Nacional. Todos nos sentíamos felices y veíamos que nuestra patria regresaría al desarrollo y a la prosperidad que le corresponde como una nación con recursos y talentos para utilizarlos apropiadamente. Pero fue todo lo contrario. Repetir la historia que todos conocemos, carece de todo sentido, recuerden solo que cada día se repetía la misma escena, miles de opositores frente a cientos de agentes de los cuerpos de seguridad del gobierno que les impedían pasar. Decenas de jóvenes perdieron la vida y esto no significó absolutamente hada, como no fuese la gran tragedia de las familias de esos jóvenes. Es muy doloroso y frustrante, afirmar esto pero sucedió.

Debemos asumir que el tiempo y las circunstancias son irreversibles y no hay absolutamente nada que se pueda hacer distinto a recuperar la racionalidad y pensar en función de Venezuela. Quien crea que de lograse el cambio de gobierno va a disfrutar sin ninguna responsabilidad y a semejanza de quienes manejan los recursos del Estado en la actualidad, serán sacados de inmediato por la misma población que vigilará de manera extremadamente exigente, para que no caigamos en la terrible pesadilla donde nos encontramos actualmente, donde carecemos absolutamente de todo y de paso tratando de buscar en otros lugares lo que no podemos lograr en nuestra propia tierra, donde nacimos y creímos criar a nuestras familias.

No voy a negar que Juan Guaidó, el símbolo político para combatir apropiadamente, ha cometido muchos errores, evidentemente atribuidos a él, pero que son producto del accionar de elementos que carecen de su control y lo han llevado a realizar acciones inapropiadas que le han permitido al gobierno tomar ventajas con mucha facilidad. Algunos pensarán que no ha debido permitirlo, pero es obvio que él es una parte dentro de un grupo muy complejo que no obedece a nadie, sino a sus propios intereses.

Hasta que dentro de la cabeza de los dirigentes opositores, absolutamente de todos, no se asuma que la lucha es por nuestra maravillosa patria llamada Venezuela y que los culpables de la situación actual no es el otro, se recomenzará de inmediato a recuperar la posibilidad de un cambio imprescindible en la conducción de nuestra nación.

No es destruir a Juan Guaidó, el símbolo alrededor del cual deben unirse, que se logrará una victoria de inmediato, el asunto y es prudente reconocerlo, es que Juan Guaidó debe deslastrarse de ataduras políticas y asumir su rol de gran unificador. Nadie, absolutamente nadie, a la sombra, debe asumir que está por encima de él.

Lo que estoy proponiendo no es nada fácil. Las ambiciones, el orgullo y los odios, son ingredientes muy tóxicos y requiere de grandes sacrificios personales para eliminarlos, pero cuando la parte positiva del ser humano se alimenta correctamente, la parte negativa será doblegada y se impondrán los valores humanos que requieren predominar dentro de las personas con cualidades para conducir y lidiar con los problemas de sus pueblos.

Señoras y señoras, ha llegado la hora de reunificarse y comprendan que las alternativas no existen. ¡Buena suerte!

@dabega26

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