Cuenta la leyenda
Por la ruta gastronómica de Puerto Ordaz
Me parece gracioso, simpático y hasta interesante poder recordar algunos lugares donde se expendían comidas, sitios que visitábamos acompañados de nuestra familia y amigos turistas que nos visitaban, de estos lugares solo quedan algunos y… los que quedan, ya no funcionan como antes se hacía.
En el año cuando llego a la ciudad, recuerdo claramente que el primer restaurant que visité, fue en el Club Arichuna, (Centro Cívico) y mayor sorpresa… Al entrar me consigo que la persona encargada de la cocina es la “negra” Zabala, esta señora había sido novia de mi padre en Caracas, a mediados de los años cuarenta, tenía una exquisita sazón, luego algunos días posteriores me invitan al Hotel Cunucunuma (Dos Ríos) era un restaurant de lujo, en el local que hoy ocupa el Rest. “El Candíl” razones para decir como no recordar las delicias, los sabores y hasta los precios, platos indiscutiblemente únicos, en el Restaurant del “ Club Las Llaves” (Key Club) fundado por el señor Ercole Da Dazzio y luego bajo la batuta del gran amigo Antonio Mendes se deleitaba un buen Bacalao a la Vizcaína, mientras en “Ercole Club” se saboreaba una buena Coquille Saint Jaques, o pida un plato de Lau Lau Ahumado, si queríamos una auténtica ensalada Cesar lo más acertado era visitar el restaurant “La Romanina” de los hermanos Enrico y Enzo Quaranta, en la acera del frente está el restaurant “Mario” sirven unos sabrosos macarrones, en la esquina de la avenida Las Américas cruce con la vía Caracas está el Rincón Bavaria, fundado por el señor Hans Hauschild y su esposa. la señora Ingrid, ahí se pedía una sopa de goulash o una rodilla ahumada, un buen pargo a la Mallorca teníamos que ser puntuales con la hora en el Restaurant “San Salvador”, un plato asiático (chino) era en el restaurant “Central” del amigo Enrique Mok, en la carrera Guasipati estaba situada” La Miuty”, donde los jueves de cada semana en horas del mediodía servían una sopa de Mero a la margariteña, era para chuparse los dedos, en la carrera Padre Palacios estaba en toda una esquina el Alí Baba, comida libanesa de primer orden, más adelante en la misma calle estaba atendido directamente por el propietario Sr.Bernardo Marcelli Picini, el restaurant que hacía honor a su nombre Restaurant “Marcelo” se pedía un Calzone o un Menestrone, salíamos satisfechos, al comienzo de la carrera el Callao, uno de los primeros restaurantes, fundado por la familia Marzzerioli, ahí no ha cambiado nada. Las mismas mesas y sillas, el local, tal cual y el menú siempre el mismo, pizzas y churrasco son las delicias del lugar y el nombre es El Churrasco, si nuestro apetito nos exige una sabrosa y completa paella no dude en ir al Jai Alai, a mi gusto es la mejor de la ciudad, en la Hermandad Gallega ofrecían unos buenos platos españoles, carnes y unos excelentes Callos a la Madrileña, en el hotel La Guayana está el Da Giulio, buen menestrone y buenas entradas de antipasto, en el lado derecho está ubicado el Hotel La Habana, nos encontrábamos al Sr. Onofrio, la auténtica comida Italiana, con ambiente y decorado pintoresco como un pueblo europeo, bajando por la avenida Las Américas, está El Bigote del Abuelo que originalmente fue El Galipán en cortes de carne y ensaladas son especiales, en Villa Bolivia, Edf. Paris, parte atrás de la panadería funcionó el Filgueira, los mejores pollos a la broaster, full de papas fritas y ensaladas, en el restaurant El Chiquito aun preparan un arroz negro, que más nadie lo hace, no se arrepentirá de haberlo comido, en la carrera Upata, Planta Baja del Hotel Tepuy, estaba ubicada La Sevillana hoy día de llama Punta Brava, especialidad en carnes, buena atención y servicio, variedad de platos. El Paolo (hoy día desaparecido) atendido por quien fue el chef del Restaurante del barco Cristoforo Colombo, estaba ubicado en el sótano del edificio de Artica, en el Centro Comercial Ciudad Altavista funcionó en los años 90, una espetada brasilera, en la parte trasera de lo que hoy es el hotel Plaza Merú, ha funcionado siempre un restaurante italiano llamado El Matricciano, variedad de platos italianos, en la calle la Urbana de Castillito funcionó siempre recordamos aquel lugar romántico llamado La Fogata, atendido por la Sra. Gloria y su propietarios unos hermanos colombianos, buenas carnes, y el ambiente musical de una vieja rockola con boleros del recuerdo, diagonal estaba El Jolly, también de carnes y en el frente donde estuvo Artica originalmente estaba El Crak, sociedad del Sr. José Da Silva y J. Araujo, después cambió de administración y nombre, el propietario se llamaba Ernesto y el local El Torero, no puedo pasar por alto, aunque está fuera del perímetro de Puerto Ordaz, se encuentra en San Félix, a la entrada de la UV2, frente al Liceo Manuel Piar, La Casona de la Carne, especialidad de carne en vara, sopas y cachapas, también debo recordar, los perros calientes de Chefito, las hamburguesas del Socio, los platos mexicanos de Antojitos, La Carreta, el Barco, las tapas de La Orquídea, El Don Quijote, El Rayito, las arepas de Changó, Pollos La llovizna, los desayunos de Mon, el carromato de Don Pepe con la atención de Alfonzo, el Engy Doggy, los Rotti de Alí Padmore, los desayunos del Chiquito, más el famoso pan de jamón, los mondongos del Arepazo, los sandwich del Embajador, los pastelitos del Junquito… Bien queridos lectores, solo me queda decir: QUE TENGAN UN BUEN APETITO, todos estas visitas solo quedan en el recuerdo.
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