Cuando nadie viva mal…
Cada día se intuye con mayor claridad que al capitalismo, como tal, se le acerca su inevitable y “pomposo” funeral.
El Papa Juan Pablo II lo anunció reiteradamente, catalogándolo como “capitalismo salvaje”; la mayoría diría abominable y en decadencia. De hecho, la acumulación de capital con avaricia orática de unos pocos (1%) a lo “Rico Mac Pato”, que contrasta con tanta pobreza mundial y necesidades múltiples que padece la humanidad, no puede continuar ni seguir siendo el podrido objetivo de una vil minoría con mentalidad insensible, excluyente, egoísta y arrogante en detrimento de las inmensas mayorías de pueblos en estado de inopia y condiciones infrahumanas invivibles. Entonces, es indispensable que este sea el siglo de la justicia social y hacia allá deben orientarse todos los proyectos de país en todo el mundo; de lo contrario, las consecuencias y secuelas serán impredecibles…
Los amasadores de fortuna, sólo por ella, no tienen sitio bueno en la historia, ávida de comunidades integradas por mentes colectivas y solidarias, opuestas al malsano individualismo socialmente depredador y excluyente que tanto daño le ha causado a la hoy obligada hermandad entre los pueblos.
En este sencillo orden de ideas, no hay la menor duda que las misiones bolivarianas han cumplido, siguen en su loable afán y continuarán su labor invalorable, consolidando una plataforma que está permitiendo el desarrollo armónico de una sociedad donde podremos convivir a plenitud y producir permanentes beneficios para todos.
Es ese, no otro, el fin que persigue lo que el presidente Chávez denominó Socialismo S21, impregnado totalmente con las excelsas ideas revolucionarias y humanos pensamientos del Libertador, es decir ¡la revolución bolivariana¡.
No hay nada más infame que “producir bienes” bajo la incultura de un capitalismo en caída libre, que se regodea explotando a la mayoría trabajadora a fin de favorecer con creces a una minoría inhumana y golosa por todo lo material, cuando “lo esencial en la vida es invisible a los ojos”.(El Principito).
En contraste, lo grande y hermoso del socialismo nuestro, inédito, original y en democracia verdadera que estamos construyendo nosotros mismos, es que sus ideas sólo favorecen a todas y todos… prevaleciendo el respeto mutuo, la igualdad, la justicia y la probidad como normas de conducta colectiva hacia un mundo donde todos nos obliguemos a “la máxima felicidad posible”.
A la cima de este hermoso proyecto de país para una Venezuela potencia, sana y normal, solo lo impulsará un socialismo bolivariano hacia el buen vivir, para el gozo y disfrute múltiple y nadie vivirá mal..
Vainitas en el postre:
** Los alimaños evidencian cada día que sin crisis y en paz no respiran.. **Monstruoso “operar” un paciente, sin que lo requiera, para cobrar el seguro. Investigan a traumatólogos de Cd. Bolívar, Puerto Ordaz y Caracas que integran una mafia y reúnen a un determinado número de “enfermos” pero solo semejan una ficticia intervención para luego procesar unos abultados honorarios….Se revuelca Don Jacinto Convit.. ¿Y el gremio?. ** Los “rastrojeros” criollos piden que no se hable del Esequibo “de Guyana”… a confesión de parte… **Digan lo que digan, pero ya no hay ninguna duda que el “presidente imaginario” es el gran líder de una gigantesca paranarcorrupción sin fronteras…vea pues.
Frase eterna: “Perezcamos primero antes que quebrantar un empeño que salve la patria y la vida de sus hijos.” (Discurso de Angostura,1819).
Otro Sí : “El gobierno de EEUU ya no quiere dominios, sino desiertos; no ciudades, sino ruinas; no vasallos, sino tumbas”…..reflexionemos, please.
P.D: La imbecilidad fotogénica del rastrojismo interino, se evidenció aún más con las “explicaciones de sus monigotes”.
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