Convivencia familiar
La convivencia es uno de los pilares del sistema familiar, y en ella se contemplan diversas variables como el compromiso, los rituales familiares, la comunicación, los roles, los valores. Nuestra responsabilidad como padres, no es solo ayudarlos a crecer y desarrollarse física e intelectualmente, sino también debemos contribuir de manera asertiva a su desarrollo emocional y moral. Y es allí justamente donde comienza el crecimiento. Una vez que disciplinamos, tenemos que educar su moral.
Para nosotros como padres y madres quizás lo más difícil de la crianza de nuestros hijos, es tener que dar el ejemplo. Internalizar que nuestros hijos aprenden lo que también nos ven hacer; he allí el gran compromiso de cada hombre y mujer en esa unión que hemos decidimos emprender como pareja y en quienes reposa el mayor reto de la construcción de la entidad familiar.
El compromiso crea un sentimiento de seguridad emocional, es lo que le da propósito a la relación y por ende provee una base firme sobre la cual crece una familia sana y feliz. La familia es como un jardín donde hay que evaluar el terreno y prepararlo para la siembra sabiendo que día a día hay que cuidarlo, sino se lo comerá la maleza o se secara. Los hijos son la cosecha y por amor a ellos colocamos el mejor de los abonos para que se nutran del amor y el contacto a través de la convivencia saludable y enriquecedora; donde se sientan valorados y orgullosos de pertenecer al huerto.
Los hijos tiene necesidad fehaciente de mantener relaciones intimas con las personas que están a su alrededor, padres, hermanos, abuelos tíos, etc. La calidad de este contacto forjara en ellos la confianza. De igual manera necesitan reconocerse como personas de valor, que son valorados por cada uno de los miembros de su unidad familiar, esto además modela su autoconcepto.
Dentro de la convivencia hay muchas sugerencias que potencian y dan herramientas a los padres para mejorar esta dinámica, sin embargo la más valiosas de todas es que podamos aprehender muy dentro de nosotros y de nuestra consciencia emocional que la más hermosa de las convivencias es aquella donde aprendo de mis padres, donde el contacto directo con ellos, el tú a tú se hace frecuente, poder mirar sus caras y hacerlos sentir importantes por sobre todas las cosas, más que juguetes nuestros hijos necesitan caras y para ello la única condición es estar dispuestos a tener tiempo para ellos.
Somos escultores de vidas, modeladores de los valores; entonces como ya lo he mencionado actuemos con coherencia y congruencia entre lo que hacemos y decimos. Nuestros hijos aprenden de lo que nos ven hacer; si queremos que nuestros hijos sean seres plegados de valores entonces asumamos su modelaje practico que educa mucho más que el teórico; no es que seamos santos pues, a veces el niño interno hace que tengamos comportamientos que rompen la norma; pero entonces armémonos de valor y entereza de reconocer ante nuestras hijos esas flaqueza sin excusarnos.
Para que ellos sean seres de palabras, no prometamos cosas y dejemos de cumplirlas sencillamente porque creemos que no es muy importante o, por salir del paso ante la presión de ellos. Para que ellos sean honestos comencemos por serlo nosotros con ellos.
Esa convivencia cara a cara con los hijos los educa y fortalece su autoestima y por sobre todo los hace sentir llenos de confianza y seguros, porque representan la prioridad para sus padres, no permitas que nada ni nadie te aleje de lo maravilloso que es conectarte con tus hijos.
Recuerda que ser Padre es una elección, una decisión, ser hijo no; actúa con compromiso ante el paso dado y busca a tu alrededor todo aquello que te permita crecer y ser mejor cada día. @irmavcoach
Ten la información al instante en tu celular. Únete al grupo de Diario Primicia en WhatsApp a través del siguiente link: https://chat.whatsapp.com/DMCXOUzdbm454auNileuJ4
También estamos en Telegram como @DiarioPrimicia, únete aquí https://t.me/diarioprimicia