Bitácora industrial
Los bosques de pinos
Los bosques de pinos nacieron como respuesta al peligro de desertización de las extensas llanuras del sur de los estados Anzoátegui y Monagas, en donde los fuertes vientos erosionaban la muy delgada capa vegetal, sostenida solo por chaparros y paja sabanera. A comienzos de los 60, el ingeniero forestal venezolano José Joaquín Cabrera Malo (1920-2016), propuso la siembra masiva de pinos, Caribe Hondurensis, para crear un gran bosque en esas sabanas.
En principio la idea no tuvo apoyo del gobierno nacional y pasó un año hasta que a finales del 61, el Ministerio de Agricultura y la CVG sembraron los primeros pinos en Uverito, en el sur de Monagas. El bosque fue creciendo año a año y en 1988, la Compañía Nacional de Reforestación, CONARE, y la CVG, crearon la empresa Productos Forestales de Oriente C,A., PROFORCA, para el manejo de ese bosque. Se estima que en ese bosque se invirtieron más o menos 300 millones de dólares en la siembra de cerca de 600 mil hectáreas, para convertirlo en el bosque sembrado más grande del planeta.
Valor comercial de los pinos
Los bosques de pinos tienen un gran valor ambiental, pero también tienen un gran valor económico como proveedor de madera.
En el año 86, cuando el bosque tenía una extensión de 530.000 hectáreas, se le estimó un potencial anual de 4 millones de metros cúbicos de madera, con el aprovechamiento de un número de hectáreas equivalentes a las que se resembraban, para que el bosque mantuviera su extensión.
En el año 85 fueron sembradas 35.000 hectáreas, lo que según los expertos fue una de las cifras más altas del mundo, mediante el uso de equipos y sistemas de siembra igualmente producto de la inventiva criolla.
En la segunda mitad de los 80 y buena parte de la década de los 90, la siembra anual estuvo por encima de las 20 mil hectáreas, lo que permitió llevar el bosque a una dimensión tal que era una referencia visual desde el espacio. Durante más de una década, a los pinos ya desarrollados se les extrajo la resina, para la obtención de alcoholes especiales, lacas y otra serie de productos de gran valor comercial. Este bosque de pinos permitió abastecer de madera a muchos aserraderos del resto del país y se crearon 44 empresas de aserrío y secado en la periferia del bosque, generando miles de empleos.
En 1993 Proforca firmó una carta de intención con la transnacional Louisiana Pacific Corp. para el suministro de 850.000 toneladas anuales de madera para uso industrial, durante un lapso de 25 años, pero el convenio nunca se concretó.
De igual manera se propuso el aprovechamiento del ramaje que se desecha en el aprovechamiento de los troncos de los árboles, para compactar esa masa vegetal y producir briquetas combustibles, aunque el proyecto no prosperó.
La planta de pulpa y papel
Desde el año 80, el Fondo de Inversiones de Venezuela comenzó a evaluar las posibilidades de explotación de esa gran riqueza maderera y de manera particular una planta de pulpa blanqueada para papel.
Para ese momento, el mayor fabricante en el país era Venepal, de capital privado, que producía papel bond y glasé, pero no papel periódico, que tenía que ser importado. En 1987 se retomó el proyecto, con la incorporación de las transnacionales Bowater y Abitibi Price, los mayores fabricantes mundiales de papel periódico. En el 88 se firmó la carta de intención para una empresa mixta: Fondo de Inversiones y CVG 36 por ciento de las acciones, las dos transnacionales el 49, y varios grandes diarios nacionales, agrupados en Gruprensa, el restante 15 por ciento. Fue difícil que los socios privados se pusieran de acuerdo en el reparto de acciones, tanto entre Bowater y Abitibi, como entre El Nacional y El Universal.
Eso se superó, pero luego el gobierno exigió tener por lo menos el 51 por ciento de las acciones, lo que fue rechazado por Bowater y Abitibi, alegando que si los socios privados eran los que estaban aportando el capital, tendrían que tener la mayoría accionaria. Pero además, el gobierno exigió que Proforca fuera accionista, aparte del FIV y la CVG, mientras que para los socios privados esa empresa tenía que ser solo la proveedora de la materia prima.
El gobierno no aceptó ni siquiera la oferta de tener una acción dorada, y frente a esa posición las dos transnacionales se retiraron y el proyecto se paralizó.
La planta estaba proyectada para 400.000 toneladas anuales, de las cuales la mitad sería para la exportación y la otra mitad para cubrir el consumo nacional, lo que le ahorraría al país por lo menos 220 millones de dólares anuales en importación de papel periódico. Posteriormente el gobierno creó la empresa Pulpa y Papel C.A., Pulpaca, con la misma intención de construir una planta de pulpa blanqueada, pero hasta la fecha eso no se ha podido concretar.
Se reduce el bosque
Desde hace unos diez años la siembra y resiembra de los bosques de pinos comenzó a retroceder, mientras el fuego y la sobreexplotación reducían la superficie en decenas de miles de hectáreas anuales.
Según dirigentes sindicales, en la actualidad los bosques sanos escasamente superan 100.000 hectáreas.
Igualmente denuncian que el principal contratista para extraer madera, una empresa de Turquía, no está haciendo una explotación racional y sustentable de los bosques, ya que no resiembra, corta todos los pinos sin diferenciar grandes o pequeños, y exporta casi toda la madera, dejando sin materia prima a los aserraderos locales, lo que ha provocado, según lo dicho por esos sindicalistas, el cierre de 40 de los 44 aserraderos que había en la zona, y el despido de miles de trabajadores.
BITACORA no ha podido confirmar oficialmente la actual extensión del bosque, si es que realmente algún organismo estatal tiene esa información de manera precisa, pero al circular por las carreteras del sur de Monagas y Anzoátegui se puede apreciar a simple vista el gran deterioro de esos bosques.
Ten la información al instante en tu celular. Únete al grupo de Diario Primicia en WhatsApp a través del siguiente link: https://chat.whatsapp.com/K2WKywMZbKKJ8A1soXAQS6
También estamos en Telegram como @DiarioPrimicia, únete aquí https://t.me/diarioprimicia