Bitácora Industrial

La combustión vehicular
El mayor contaminador de la atmósfera es el CO2 emitido por los motores de combustión, que diariamente son millones de toneladas, a razón, según los expertos, de 2 kilos de dióxido de carbono por litro de gasolina quemado por cada vehículo. Este índice varía dependiendo del tipo de motor, el tipo de gasolina, la temperatura ambiente y los dispositivos para reducir las emisiones de que disponga el vehículo.

En la actualidad en el mundo circulan más de 1.000 millones de automóviles, además de otros vehículos y maquinarias a motor, a los que hay que agregar los 77 millones fabricados el año pasado. La perspectiva es que ese número de vehículos fabricados cada año crezca hasta 123 millones en 2030, según varias agencias especializadas. Eso significa que en esta década serán fabricados otros 1.000 millones de vehículos, más los que quedan circulando de los actuales.

En la actualidad ninguna de las medidas que están siendo adoptadas para frenar la contaminación atmosférica, parece destinada a reducir el número de vehículos que se fabrican cada año, por lo menos de manera importante. Todos los fabricantes del planeta están adelantando proyectos de crecimiento, con grandes inversiones, lo que parece indicar que las medidas ambientalistas tendrán que buscar otro sendero si se quiere mejorar la calidad de la atmósfera.

China a la vanguardia
Si bien China es el mayor fabricante mundial de automóviles, es al mismo tiempo el país que está adoptando las medidas más eficientes para reducir la contaminación atmosférica por el dióxido de carbono, o CO2, emitido por la combustión de los vehículos.

El gobierno chino está realizando grandes inversiones en incentivos a la industria de autos eléctricos, lo que determinó que en 2019 allí se fabricaran 300.000 unidades, cifra que es tres veces la de Estados Unidos y más que todo el resto del mundo.

La decisión de Beijing es que, en un plazo de 5 años, es decir para 2025, uno de cada cinco vehículos ensamblados en china sea de propulsión eléctrica.

Eso significaría fabricar seis millones de automóviles eléctricos anualmente, lo que ha movido a las grandes corporaciones ensambladoras a dirigir sus proyectos de inversión hacia China, y poner a trabajar a sus laboratorios de ingeniería en nuevos diseños y equipos, sobre todo en el área de baterías de larga duración y menor tiempo de carga. Para los consumidores los automóviles eléctricos son en principio más costosos que los de combustión, pero eso queda compensado por lo que costaría la gasolina durante el tiempo que dure el vehículo, aparte por supuesto de lo que significa eliminar la contaminación atmosférica.

Automóviles eléctricos y petróleo

La progresiva reducción de los vehículos a combustible y su sustitución por los eléctricos a la larga tendrá un impacto importante en el consumo mundial de petróleo, pero los expertos estiman que para llegar a ello faltan varias décadas. Según estos especialistas, en el año 2035 los vehículos eléctricos serán un 20 por ciento del total, en los países que hayan adoptado las medidas ambientalistas del Acuerdo de Paris, para limitar a menos de 2 grados el calentamiento global. En cifras, eso significaría alrededor de 5 millones de barriles menos en el consumo mundial, es decir más o menos un 5 por ciento de consumo para esa fecha. Estos cálculos están basados en las medidas ambientalistas aprobadas por los gobiernos, pero los expertos aceptan que en esta materia hay muchas variables, entre ellas el efecto de las presiones que los ecologistas están ejerciendo y que pudieran obligar a los gobiernos a adoptar medidas más agresivas para reducir la contaminación atmosférica y el calentamiento global. Pero si la reducción del número de vehículos a combustión disminuirá el consumo de petróleo para producir gasolina y otros combustibles, los expertos dicen que al mismo tiempo se incrementará la generación eléctrica, parte de la cual será de origen térmico y ello implica una cierta compensación en el consumo de crudo. Los científicos del sector explican que las emisiones a la atmósfera generadas por las plantas termoeléctricas, son menores litro por litro de combustible, que las producidas por los motores de los vehículos.

Baterías para vehículos eléctricos

Uno de los mayores esfuerzos tecnológicos en la industria de vehículos movidos por energía eléctrica, ha sido realizado en el desarrollo de baterías de mayor duración, menor peso, mayor velocidad de carga y mayor vida útil. La industria de baterías para vehículos ha tenido una inversión superior a la dedicada a los automóviles y motores eléctricos, y ha tenido un desarrollo vertiginoso en pocos años. Hace dos décadas eran baterías muy pesadas, de escasa duración y que solo permitían un recorrido de 100 kilómetros por carga, con un tiempo de carga de hasta 12 horas. Hoy hay baterías más livianas que dan un recorrido de más de 300 kilómetros sin recarga y que se pueden cargar en poco tiempo. Los científicos trabajan en proyectos que en un horizonte de 4 años producirán baterías de iones de litio capaces de dar un recorrido de hasta 600 kilómetros sin recarga. De igual manera trabajan en el tema de los sistemas para la recarga de baterías, sobre todo en la reducción del tiempo y la simplificación de los equipos necesarios para la recarga, de manera que se puedan instalar sin mayores dificultades en cualquier sitio público. El gobierno de Alemania está invirtiendo 1.000 millones de dólares en subsidios a la investigación científica de baterías para vehículos. El último avance es un sistema que permite la recarga de una batería en 15 minutos, con el suministro de 600 voltios, 400 amperios y una potencia de 240 Kw.

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