Opinión

Atacar a Guaidó es un error

"Juan Guaidó no se mantiene en los niveles idílicos del 23 de enero de este año, cuando se proclamó como presidente provisional de la República Bolivariana de Venezuela".
martes, 17 septiembre 2019

Cuando me refiero que atacar a Juan Guaidó, el máximo líder de la oposición en la actualidad, no asumo que son los voceros del gobierno, ese es su objetivo principal. El problema estriba en un pequeño, pero terrible grupo de opositores, que asumen que Nicolás Maduro no existe y que la disputa del poder y sus privilegios se encuentran destruyendo a quien no es de su cofradía política.

La realidad en cualquier país sobre la Tierra, es que no todos somos malos o buenos. Dentro de nuestros actores políticos existen los buenos y los malos. No es fácil encontrar solo buenos y en el caso de quienes nos gobiernan en la actualidad, pareciera que los malos se impusieron, no solo por su incapacidad para gobernar, sino en su tendencia a producir daño y desgracia total a quienes los combaten y tratan de sustituirlos en el poder. Con esta tragedia es con la que nos vemos obligados a lidiar la mayoría de los venezolanos día tras día. Aquí, hasta los pasaportes se utilizan como instrumentos de castigo y eso lo llevará a niveles mucho más altos en la persecución de quienes consideran enemigos, porque los obligaron a convirtiese en enemigos y no ser adversarios, que sería lo normal.

Juan Guaidó no se mantiene en los niveles idílicos del 23 de enero de este año, cuando se proclamó como presidente provisional de la República Bolivariana de Venezuela. Eso es absolutamente normal porque no se ha logrado lo que se aspiraba conquistar y le atribuyen todo a errores tácticos y estratégicos de Juan Guaidó, sin asumir que existe un enemigo poderoso por los grandes recursos del Estado que utiliza sin ningún tipo de escrúpulos.

Juan Guaidó cuenta con inmensos apoyos nacionales e internacionales y con asesores de primera línea en el área electoral, pero fallan totalmente enfrentando al gobierno y a la parte opositora equivocada en muchos aspectos y por eso vemos cierta torpeza de Juan Guaidó al no responder apropiadamente ciertas acusaciones que van mucho más allá de los normal en el acontecer político y uno de los casos es el de las fotografías donde aparece con unos presuntos delincuentes, mientras atravesaba la frontera hacia Colombia, esquivando a los cuerpos represivos del gobierno de Venezuela. La respuesta a Diosdado Cabello fue malísima al preguntar quién le entregó esas fotografías publicadas en una revista colombiana. Debió asumir y así se lo debieron haber aconsejado, que en esos sitios no se encuentran monjitas de la caridad, sino grupos de seres humanos violentos y muy peligrosos para quien se atreva a pedirles las cartas de antecedentes penales para retratarse con él, pero no hacen eso creyendo que logran salir airosos con esas respuestas y aunque las acusaciones no lo perjudican, debe aprovechar para sacar ventajas con las respuestas.

El gobierno de Nicolás Maduro Moros trata de alargar el tiempo aparentando negociar con el gobierno de Juan Guaidó, pero eso no lleva a ninguna parte, el hambre, las enfermedades y la miseria se acrecientan días tras día en Venezuela y se requiere un cambio inmediato de gobierno. Para lograr eso se hace imprescindible llegar a difíciles acuerdos de convivencia dentro de la diversidad, por cuanto de otra manera pudiera generarse una situación de extrema peligrosidad, donde el país quede destruido totalmente y reconstruirlo será muy difícil a pesar de los grandes yacimientos petroleros y las riquezas en minerales. Ya hemos observado las desgracias en otras naciones y no podemos asumir que aquí será diferente.

Venezolanas y venezolanos, muchos continúan saliendo en hacia destinos desconocidos e incluso arriesgando sus vidas, porque aquí se les hace imposible sobrevivir. Antes se iban algunos que habían realizado contactos con otras partes del mundo, pero ha comenzado la estampida de familias enteras, que venden todo cuanto han logrado construir aquí en su patria, pero que ya no les sirve sino para resguardarse y nada más.

Es prudente, por estas circunstancias, que las ambiciones políticas y personales las dejemos de lado y comencemos a pensar en Venezuela. Juan Guaidó ha demostrado que a pesar de las presiones y los ataques, es un líder adecuado para conducir el cambio imprescindible que requiere nuestra gran nación para comenzar a recuperarse. El tiempo pasa y no se recupera, no juguemos con los destinos de esta maravillosa patria donde tuvimos el privilegio de nacer y existir. ¡Buena suerte!

Notas.- Como soy del estado Portuguesa, tengo algunos lectores por esos lados. Es un estado políticamente más dificultoso que Bolívar, pero van apareciendo señales de rectificación.

 

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