Opinión

Alexander Mosqueda, un legado del fútbol de salón guayanés

Su historia deportiva está marcada por el esfuerzo y la disciplina.
José Cedeño
domingo, 19 octubre 2025

Con un saludo cordial, se inicia una conversación con uno de los salonistas más destacados de esa gama de talentos que se ha formado en el estado Bolívar. En esta oportunidad, la charla fue con Alexander Mosqueda, un nombre que despierta respeto y admiración entre quienes han seguido el desarrollo del fútbol de salón en la región. Orgullo de la comunidad 11 de Abril, de la parroquia del mismo nombre en Ciudad Guayana, Mosqueda representa la constancia, la pasión y el amor por una disciplina que ha dado tantas alegrías al deporte local.

Su historia deportiva está marcada por el esfuerzo y la disciplina. Desde muy joven, mostró un talento natural para dominar el balón en espacios reducidos, donde la velocidad mental y la técnica fina hacen la diferencia. En 1988, integró la selección del estado Bolívar en el Campeonato Nacional de Fútbol Infantil A realizado en Puerto La Cruz. Ese fue su primer gran escenario, el punto de partida de una carrera que lo llevaría a recorrer buena parte del país.

Tres años más tarde, en 1991, su nombre ya figuraba entre los mejores del Campeonato Nacional Juvenil de Fútbol de Salón, celebrado en Barquisimeto. Ese mismo año, representó nuevamente a Bolívar en los Juegos Nacionales Juveniles del Zulia, consolidando su presencia en la élite juvenil del deporte. Quienes lo vieron jugar en esa etapa recuerdan su serenidad dentro de la cancha, su capacidad para anticipar las jugadas y su liderazgo silencioso, de esos que se imponen con ejemplo y entrega.

El salto al profesionalismo era inevitable. En la temporada de 1993, vistió la camiseta de los Caciques de Monagas, equipo que marcó una etapa importante en su desarrollo como jugador. Luego, en 1995, regresó a casa para defender los colores de Caimanes del Orinoco F.S., conjunto que representaba el orgullo de Guayana en el fútbol de salón profesional. En esos años, Mosqueda no solo brillaba por su destreza técnica, sino también por su capacidad para unir al grupo, siempre dispuesto a aportar más allá del marcador.

Pero su compromiso con el deporte no terminó en las canchas profesionales. En 2008, ya con una trayectoria consolidada, participó en el Campeonato Nacional Empresarial de Fútbol de Salón, representando a Coca Cola del estado Anzoátegui. Aquel torneo demostró que la pasión no entiende de edades ni de categorías. Mosqueda seguía mostrando la misma entrega de sus años juveniles, convirtiéndose en inspiración para las nuevas generaciones que lo observaban con admiración.

Hablar con Alexander Mosqueda es escuchar a un hombre que habla del fútbol de salón como quien habla de su familia. Cada anécdota está llena de nostalgia, de orgullo y de gratitud. Recuerda los viajes, los compañeros, las victorias y las derrotas, pero sobre todo, la camaradería que caracteriza a este deporte. Su nombre está grabado en la memoria del fútbol de salón guayanés, no solo por los títulos o participaciones, sino por la huella humana que dejó en cada equipo que integró.

Hoy, desde Puerto La Cruz, estado Anzoátegui, Alexander sigue vinculado al deporte, alentando a los jóvenes a que crean en sus talentos y vean en el fútbol de salón una oportunidad para crecer, aprender y trascender. Su historia es la de muchos atletas anónimos que, con esfuerzo y humildad, construyeron los cimientos de un legado que aún late en las canchas de Ciudad Guayana.

En “La Gran Jugada”, su voz resuena como la de un verdadero embajador del deporte local. Alexander Mosqueda, más que un jugador, es un símbolo del compromiso, la constancia y la pasión por el fútbol de salón. Su recorrido es una muestra de que los grandes logros nacen, siempre, del amor por lo que se hace. Amigas lectoras, amigos lectores, muchas gracias por su tiempo para con este espacio. Hasta la próxima, con el favor de Dios. Para contactos: @Joseceden o Facebook / José E Cedeño Gonzalez (El hijo mayor de Otilia Gonzalez).



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