Vicepresidenta: “Medidas coercitivas son un chantaje político”
La vicepresidenta ejecutiva de la República Bolivariana de Venezuela, Delcy Rodríguez, alzó su voz en nombre de las 31 naciones víctimas de las sanciones, afirmando que no reconocen ni aceptan las medidas coercitivas unilaterales, “porque supondría aceptar la aplicación de jurisdicciones extraterritoriales”.
Aseveró que las agresiones y las sanciones forman parte de un chantaje político dirigido hacia aquellas naciones que no están alineadas con los mandatos hegemónicos.
Durante el acto realizado en la Casa Amarilla, sede de la cancillería venezolana, en conmemoración del Día Internacional contra las Medidas Coercitivas Unilaterales, Rodríguez destacó que se trata de “medidas que no reconoce el Consejo de Seguridad de la ONU, y que buscan interferir en asuntos internos de otros países”, refirió el canal Instagram de la Vicepresidencia Ejecutiva.
Representantes de las Naciones que conforman el Grupo de Amigos en Defensa de la Carta de las Naciones Unidas y miembros del cuerpo diplomático acreditados en Venezuela, estuvieron presentes también en la ceremonia, donde la alta funcionaria gubernamental ratificó, a nombre de las naciones agredidas, el repudio a este mecanismo ilegal.
“Medidas ilegales”
Por otra parte, el ministro del Poder Popular para Relaciones Exteriores, Yván Gil, advirtió que estas medidas son ilegales “y constituyen una agresión tan dañina como la guerra convencional, que convierte a los pueblos de las naciones del Sur Global en objetivos de la guerra económica”.
El alto diplomático venezolano señaló que el incumplimiento de la Carta de las Naciones Unidas amenaza la paz de los países.
Seguidamente, hizo referencia al genocidio hacia el pueblo palestino por parte de Israel, el bloqueo criminal hacia Cuba y la amenaza militar en el Caribe, por parte de EEUU, hechos que representan un reflejo de la violación de derechos, así como también ocurre con la imposición de medidas coercitivas unilaterales.
Seguidamente, Gil denunció la vulneración del derecho al desarrollo y la prosperidad económica con el uso de este despreciable mecanismo de coacción, con la intención de imponer cambios de régimen y someter a las instituciones soberanas de las naciones.
El canciller Yván Gil reafirmó el clamor general de las naciones afectadas: “¡Basta de Medidas Coercitivas Unilaterales!”, dijo en medio de la ovación de los asistentes.
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