Una familia completa muere por coronavirus en Táchira

En 42 días el covid-19 terminó con la familia Gómez García, residenciados en Palmira, estado Táchira.

A mediados del mes de diciembre Verónica García Fuentes de 36 años, inició los síntomas del coronavirus, entre ellos, estornudos, fiebre y malestar general. Decidió hacerse la prueba rápida en un Centro de Diagnóstico Integral (CDI) en Táriba, en la que resultó positiva.

Por miedo, prefirió quedarse callada y no comentarle nada a su esposo José Antonio Gómez, de 33 años de edad, ni a sus hijos: Nicol Verónica de 17 años; los morochos Jhoneider Stiven y Jhoneiker Enmanuel de apenas 4 años.

Decidió aislarse y explicar que se trataba de una “gripe muy fuerte”. El 20 de diciembre, tres días después de la prueba rápida, decide ir a un laboratorio privado y hacerse la PCR, el resultado es positivo. Regresó a casa y no comentó nada de lo que sucedía.

Cumplía tratamiento en casa, con un médico privado. Pasada una semana de los resultados, su esposo asiste a una celebración familiar.

“Él se fue a la reunión. Las fiestas están prohibidas, pero se reunieron, quizá unas 20 o más personas. Tomó licor, habló con amigos, cuando recibió una llamada telefónica de su esposa, donde le dijo que se regresara a la casa, que no compartiera con nadie, porque ella tenía covid y él podía estar infectado”, cuenta su cuñada, Mariela García, al diario La Nación.

José Antonio y sus tres hijos se realizaron la prueba rápida y resultaron negativos. Todos se aislaron en casa, tomaban algunos medicamentos y remedios caseros.

Verónica se complica en la primera semana de enero y la llevan a un centro de salud privado, donde la diagnostican con neumonía y está delicada. Todos los integrantes fueron sometidos a la prueba PCR y todos son positivos.

La mujer sigue deteriorándose y el 14 de enero es hospitalizada de emergencia y a los días es intubada. Cuatro días después muere.

Su esposo se empieza a complicar el 16 de enero y tuvo que ser internado. Él y sus tres hijos presentaban tos en las mañanas y noches.

“En la placa de tórax que le hacen a mi hermano, los pulmones salieron todos negros. El médico se alarmó, le preguntó si era fumador, él le dijo que no. El médico sabía que estaba enfermo y que no había recibido el tratamiento adecuado”, dice Mariela Gómez. “Él ahora tenía los síntomas”, reseña La Nación.

El 19 de enero muere José Antonio.

La adolescente Nicol Verónica, quien tiene una condición neurológica especial y los morochos están en casa, al cuidado de una señora de confianza de la familia. La joven tiene varios días con fuertes dolores de cabeza y fiebre. La tos le complica respirar.

Mientras un grupo de familiares lloraba a los esposos fallecidos en el centro asistencial, en la casa de Palmira, la adolescente Nicol se complicaba de salud y es urgente llevarla a un centro asistencial.

Es su abuelo materno quien la moviliza en su carro particular hacia Táriba.  En el trayecto, aproximadamente a las cinco de la tarde, su corazón deja de latir. Ha muerto.

El miércoles 27 de enero Jhoneider y Jhoneiker son ingresados al Hospital Central de San Cristóbal. Ambos tenían bronconeumonía y ese mismo día murieron.

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