Trump no descarta la violencia política si pierde
El expresidente de Estados Unidos Donald Trump no descartó la posibilidad de violencia política por parte de sus partidarios si no es elegido en noviembre, sugiriendo que dependería del resultado de la carrera presidencial.
“No creo que vayamos a tener eso”, dijo el aspirante favorito a ganar la nominación del Partido Republicano a la revista Time. “Creo que vamos a ganar. Y si no ganamos, ya sabe, depende. Siempre depende de la imparcialidad de las elecciones”.
Las declaraciones se produjeron en una amplia entrevista con la revista. La conversación, que tuvo lugar en dos sesiones a principios de este mes, también abordó el aborto y el polémico liderazgo del primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, entre otros temas.
A continuación, cuatro conclusiones de la entrevista:
Las infundadas conspiraciones electorales de Trump alimentan su negativa a descartar futuros actos violentos y su promesa de indultos del 6 de enero
En declaraciones a Time en su residencia de Mar-a-Lago, en la Florida, Trump restó importancia en un principio a la probabilidad de que se produzca una violencia política similar a la del ataque del 6 de enero de 2021 contra el Capitolio estadounidense.
“Creo que vamos a tener una gran victoria. Y creo que no habrá violencia”, dijo Trump, quien, tras su derrota en 2020, reunió a sus partidarios en Washington antes del ataque, y al principio se negó a pedirles que abandonaran el recinto del Capitolio de EEUU.
Pero presionado por la revista en una entrevista telefónica posterior, Trump fue menos categórico sobre el futuro. En su lugar, continuó impulsando falsas conspiraciones electorales de 2020, que sugirió que provocaron la turba violenta.
“No creo que sean capaces de hacer las cosas que hicieron la última vez”, dijo Trump.
A lo largo de su carrera política, Trump se ha negado frecuentemente a aceptar los resultados de unas elecciones o a comprometerse a reconocer su derrota.
Tras quedar segundo en los caucus de Iowa en 2016, Trump acusó al senador por Texas Ted Cruz de fraude y pidió una nueva contienda.
Más tarde, cuando se enfrentaba a la demócrata Hillary Clinton, Trump afirmó sin fundamento que las elecciones que finalmente ganó estaban “amañadas” y se negó repetidamente a decir si acataría el resultado.
Volvió a eludir un compromiso de cara a las elecciones de 2024.
Estas repetidas negativas provocaron que el gobernador de Florida, Ron DeSantis, predijera durante las primarias republicanas que Trump no aceptaría los resultados de los caucus de Iowa de 2024 si perdía. (Trump ganó finalmente Iowa por un margen rotundo).
En su entrevista, Trump también redobló su promesa de indultar a los cientos de condenados por delitos cometidos a raíz del 6 de enero. Trump ha calificado a estas personas de “rehenes”, aunque muchas se declararon culpables de delitos violentos o fueron condenadas por jurados.
Durante un intercambio sobre el tema, Time preguntó: “¿Consideraría indultar a cada uno de ellos?”.
Trump respondió: “Lo consideraría, sí”.
Time: “¿Lo haría?”
Trump: “Sí, absolutamente”.
Sobre el aborto
Las declaraciones de Trump en la entrevista sobre el aborto fueron ilustrativas de las limitaciones -y potenciales peligros políticos- de su deseo declarado de dejar el futuro del acceso en manos de las legislaturas estatales y los votantes.
Se negó a decir si vetaría una prohibición federal del aborto, insistiendo en que era improbable que tal medida se produjera, a pesar de haber dicho anteriormente que no firmaría una prohibición federal del aborto si fuera reelegido y llegara una a su mesa.
Y consultado por Time si se sentía “cómodo” si los estados castigan a las mujeres que se someten a abortos donde está prohibido, Trump no puso objeciones.
“No tengo por qué sentirme cómodo o incómodo”, dijo Trump. “Los estados van a tomar esa decisión. Los estados van a tener que sentirse cómodos o incómodos, no yo”.
A principios de este mes, Trump dijo de manera similar que dejaría que los estados decidan si los médicos que realizan abortos ilegales deben ser castigados.
Como candidato en 2016, Trump dijo que “tiene que haber algún tipo de castigo” para las mujeres que se someten a un aborto ilegal, una postura que su campaña retiró casi de inmediato.
La campaña del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, aprovechó inmediatamente las más recientes declaraciones de Trump.
“Los últimos comentarios de Donald Trump no dejan lugar a dudas: Si es elegido, firmará una prohibición nacional del aborto, permitirá que las mujeres que aborten sean perseguidas y castigadas, permitirá que el gobierno invada la privacidad de las mujeres para controlar sus embarazos y pondrá en peligro la fecundación in vitro y la anticoncepción en todo el país”, dijo el martes la directora de campaña de Biden, Julie Chavez Rodriguez.
“Las historias horribles y devastadoras en estados como la Florida, Texas y Arizona con prohibiciones extremas del aborto desatadas por Trump anulando Roe son solo el principio si gana”.
Trump también se escudó en los estados cuando se le preguntó si los gobiernos deberían monitorizar los embarazos para saber si una mujer aborta.
“Creo que podrían hacerlo”, dijo Trump. “De nuevo, tendrán que hablar con cada uno de los estados”.
Sin embargo, la preferencia de Trump por que los estados decidan no le impidió criticar la nueva prohibición a las seis semanas de la Florida como “demasiado severa”.
La ley entró en vigor este miércoles, aunque los votantes del Estado del Sol -incluido Trump- tendrán la oportunidad en noviembre de decidir si aprueban nuevas protecciones que garanticen el acceso al aborto hasta la viabilidad.
Trump, sin embargo, declinó compartir cómo votaría.
“No te digo lo que voy a votar”, dijo.
Trump reaviva sus críticas a Netanyahu
Tras el ataque de Hamas a Israel el 7 de octubre, Trump arremetió contra Netanyahu y culpó al asediado primer ministro israelí de los fallos de seguridad que no impidieron la incursión mortal.
Las declaraciones suscitaron críticas generalizadas de los rivales de Trump en las primarias republicanas e incluso de algunos partidarios en el Capitolio y asesores que se indignaron por el momento elegido para recriminar a un aliado.
Aunque siguió sin comprometerse a apoyar la respuesta militar de Israel, Trump se abstuvo de atacar públicamente a Netanyahu.
Pero seis meses después de la guerra entre Israel y Hamas -y en medio de una creciente indignación en el país y en el extranjero por el trato de Israel a los palestinos-, Trump intensificó de nuevo sus críticas al primer ministro.
Trump declaró a Time que Netanyahu “ha sido criticado con razón por lo que ocurrió el 7 de octubre” y declinó apoyarle cuando se le preguntó si debería ser sustituido como primer ministro.
En cambio, Trump -aún agraviado porque Netanyahu supuestamente “abandonó” la operación militar respaldada por EEUU que condujo a la muerte del general iraní Qasem Soleimani- señaló que el ataque de Hamas “ocurrió bajo su vigilancia”.
Trump también dijo que una futura solución de dos Estados entre Israel y los palestinos “va a ser muy, muy difícil”, aunque no articuló su idea para un camino a seguir.
“Hace cuatro años había mucha gente a la que le gustaba la idea”, dijo Trump. “Hoy, hay mucha menos gente a la que le gusta esa idea”.
Liberación del periodista del Wall Street Journal
Fue necesario insistir, pero Trump dijo por primera vez que el periodista del Wall Street Journal Evan Gershkovich “debería ser liberado” tras un año de detención en Rusia.
A la pregunta de por qué no había pedido antes la liberación de Gershkovich, Trump respondió: “Supongo que porque tengo muchas otras cosas en las que estoy trabajando”.
El tibio apoyo a Gershkovich, periodista estadounidense detenido por una acusación de espionaje que según el Journal y las autoridades estadounidenses carece de fundamento, recuerda a la negativa de Trump en el pasado a condenar enérgicamente a un dirigente extranjero por su trato a un supuesto enemigo político.
A principios de este año, Trump permaneció en silencio durante días después de que el líder de la oposición rusa Alexey Navalny muriera en una prisión rusa, incluso cuando otros líderes mundiales condenaron rápida y enérgicamente al Kremlin.
Cuando Trump finalmente se pronunció públicamente, siguió sin condenar a Rusia ni al presidente Vladimir Putin, y en su lugar sugirió infundadamente que estaba siendo perseguido políticamente del mismo modo que Navalny.
Más tarde, Trump calificó a Navalny de “muy valiente” y dijo que era una “situación muy triste”.
Cuando el periodista Jamal Khashoggi fue asesinado en 2018, Trump se negó a condenar al príncipe heredero saudí Mohammed bin Salman, a pesar de que la CIA concluyó que el gobernante autorizó el brutal asesinato.
Trump dijo que estaba “extremadamente enfadado y muy infeliz” por el asesinato de Khashoggi, pero dijo que “nadie ha señalado directamente con el dedo” al príncipe heredero. Además de la conclusión de la CIA, un informe de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) también implicó más tarde a bin Salman.
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