Reino Unido llora la partida del príncipe Felipe
Conmovidos por la muerte del príncipe Felipe y entristecidos por la reina Isabel II, que ha perdido a “su pilar”, admiradores de la monarquía británica llevaron flores y palabras de consuelo a las residencias reales de Windsor y Buckingham.
“Hace 20 años que vivo en Inglaterra y nos sentimos cercanos a la familia real, como todo el mundo aquí”, decía Karen Llewellyn, una francesa casada con un galés que depositó un ramo de tulipanes ante el castillo de Windsor, unos 50 km al oeste de Londres.
“Fue una verdadera conmoción esta mañana y nos dolió por la reina. Esa es la parte más dura en realidad, todos tenemos ese pensamiento por la reina que va a estar sola sin su pilar”, afirmaba.
También lamentó que el marido de Isabel II muriera sólo dos meses antes de cumplir los cien años, el 10 de junio.
Entre los cientos de ramos de flores que se amontonaban frente a las verjas del castillo había algunos dibujos de niños.
“Querida reina Isabel, lo siento por su marido el príncipe Felipe”, decía uno de ellos, lleno de corazones y flores.
Desde hace más de un año, la pareja real vivía recluida en el castillo de Windsor debido a la pandemia de coronavirus. Allí, Felipe, casado con Isabel desde hace más de 70 años, falleció “en paz” el viernes.
Era “absolutamente fantástico, muy cercano a la gente y divertido”, afirmaba Irina Blatonova, una residente rusa de 32 años.
“Día triste”
En Londres, los curiosos acudieron a ver el anuncio oficial del fallecimiento colocado solemnemente frente al palacio de Buckingham, la residencia oficial de la reina en la capital británica.
Algunos deslizaron narcisos a través de las puertas negras del palacio o colocaron mensajes, ramos de flores o incluso banderas británicas sobre la acera.
“Es un día verdaderamente triste. Vivió una vida increíble y rica, y es una gran pérdida para su familia y su esposa, ya que eran inseparables”, dijo a la AFP Sarah Allison, de 31 años, que acudió al palacio con su hija de cuatro años.
Fue cerca de este emblemático monumento donde los británicos acudieron a presentar sus respetos tras la muerte de Diana, princesa de Gales, en 1997.
La cercana Clarence House también había atraído a los admiradores de la monarquía cuando la reina madre murió a los 101 años en 2002.
Chris Green, un funcionario de 57 años, acudió al lugar nada más conocer la noticia “para dedicar un pensamiento y rendir homenaje” a Felipe.
El duque de Edimburgo había estado hospitalizado durante un mes debido a una infección y había sido operado para tratar problemas cardíacos preexistentes antes de regresar a Windsor el 16 de marzo.
“Con su edad y sus recientes problemas de salud, (su muerte) no fue una gran conmoción, pero es uno de esos momentos que recordaremos como un acontecimiento importante”, consideró Green.
En plena pandemia, y cuando el Reino Unido aún no ha levantado la mayoría de restricciones de su tercer confinamiento, la policía patrullaba la zona recordando las normas de distanciamiento social.
Las restricciones impuestas contra el covid-19, que el país prevé ir suprimiendo muy paulatinamente gracias a la mejora de la situación sanitaria, explican sin duda una afluencia de público menor de los esperado.
A pesar del contexto, “es un honor estar aquí por el príncipe Felipe”, dijo Sandra, que no quiso dar su apellido. “Era la personificación del servicio y el compromiso con su país”, consideró, encantada de ver a tanta gente presentando sus respetos.
“Era el patriarca de una de las familias más fuertes del mundo”, describió. Y agregó: “creo que es un momento crucial para la familia real”.
Despedida de personalidades
El primer ministro británico, Boris Johnson, encabezó el homenaje de toda una nación al príncipe Felipe, marido de la reina Isabel II fallecido a los 99 años, alabando su “vida y trabajo extraordinarios”.
El duque de Edimburgo “se ganó el afecto de generaciones” en su país y en toda la Mancomunidad británica, formada por decenas de países, tras servir durante casi siete décadas como el consorte real más longevo del Reino Unido, afirmó Johnson.
“Damos gracias, como nación y como reino, por la vida y el trabajo extraordinarios del príncipe Felipe, duque de Edimburgo”, dijo a las puertas del número 10 de Downing Street.
“Como el experto conductor de carruajes que era, ayudó a conducir la familia real y a la monarquía para que siga siendo una institución indiscutiblemente vital para el equilibrio y la felicidad de nuestra vida nacional”, afirmó.
Líderes de todo el espectro político británico se unieron a Johnson en los homenajes a Felipe, fallecido en el castillo de Windsor a primera hora del viernes.
El líder de la oposición, el laborista Keir Starmer, lo saludó como “un extraordinario servidor público” y calificó su matrimonio de siete décadas con Isabel II como “un símbolo de fuerza, estabilidad y esperanza”.
“Fue una asociación que inspiró a millones de personas en Gran Bretaña y más allá”, añadió.
“Profundo dolor”
El ex primer ministro laborista Tony Blair consideró natural que Felipe “sea más reconocido como un notable y firme apoyo a la reina durante tantos años”.
“Sin embargo, también debería ser recordado y celebrado por derecho propio como hombre previsor, decidido y valiente”, añadió.
Se unieron después a él los ex primeros ministros conservadores John Major y Theresa May.
Los jefes de los gobiernos autónomos del Reino Unido también enviaron públicamente sus condolencias a la monarca.
La primera ministra escocesa, la independentista Nicola Sturgeon, afirmó estar “entristecida por la noticia”.
Y los principales partidos políticos de la región suspendieron la campaña para las legislativas regionales del 6 de mayo, en que los independentistas esperan lograr una mayoría absoluta que respalde su proyecto secesionista.
Desde Irlanda del Norte, sacudida en la última semana por una ola de violencia sin precedentes desde hace años, la primera ministra unionista Arlene Foster, presentó sus condolencias a la reina.
Y el jefe del ejecutivo galés, Mark Drakeford, subrayó que el príncipe había “servido a la corona con devoción desinteresada”.
“Sé que puedo decir en nombre de todos los londinenses que estaremos siempre agradecidos por la contribución que su alteza real hizo a nuestra ciudad y a nuestro país”, afirmó por su parte el alcalde de Londres, Sadiq Khan, destacando que Felipe luchó “por las libertades que hoy apreciamos” durante la Segunda Guerra Mundial como oficial de la Marina.
Justin Welby, arzobispo de Canterbury, líder espiritual de la Iglesia anglicana, dijo rezar para que Dios consolara a la reina, que es la jefa de la Iglesia de Inglaterra.
“Cuánto echaremos de menos la presencia y el carácter del príncipe Felipe, tan lleno de vida y vigor”, afirmó el cardenal Vincent Nichols, máximo responsable de la Iglesia católica en Inglaterra y Gales, asegurando rezar por la familia real y “el descanso del alma” del duque “en este momento de tristeza y pérdida”.
Micheal Martin, primer ministro de Irlanda, país muy estrechamente vinculado al Reino Unido, encabezó la reacción internacional: “nuestros pensamientos y oraciones están con la reina Isabel y el pueblo británico en estos momentos”.
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