La primera muerte por una enfermedad bacterial fue reportada en el sur de Brasil, donde las inundaciones están gradualmente cediendo, y las autoridades sanitarias advirtieron que son probables más fatalidades.
La Secretaría de Salud del estado Rio Grande do Sul confirmó la muerte de un hombre de 67 años a raíz de leptospirosis el lunes, mientras la prensa local reportaba una segunda muerte por la misma enfermedad infecciosa.
Por lo menos 161 personas murieron y 82 siguen desaparecidas tras las inundaciones, que abarcaron un período de unas dos semanas, dijeron el miércoles autoridades estatales. Más de 600.000 tuvieron que abandonar sus viviendas, incluyendo decenas de miles que siguen en albergues, añadieron.
Expertos sanitarios habían vaticinado un aumento de enfermedades infecciosas como leptospirosis y hepatitis B en un período de dos semanas después de las inundaciones, a medida que los desechos humanos se mezclaban con las aguas crecidas.
“Hay quienes mueren durante la inundación, pero después vienen las secuelas de la inundación”, dijo Paulo Saldiva, profesor de la facultad de medicina de la Universidad de Sao Paulo que investiga el impacto del cambio climático en la salud pública. “La misma falta de agua potable significará que la gente empezará a usar agua de estanques que no es de buena calidad”.
El desastre afectó a más del 80 % de las municipalidades del estado y dañó infraestructura crítica. Más de 3.000 establecimientos de salud — hospitales, farmacias, centros de salud y clínicas privadas — fueron afectados, según un reporte del instituto de investigaciones médicas Fiocruz, emitido el martes.
“El brote de leptospirosis era algo anticipado debido a la cantidad de personas expuestas al agua, así como otras enfermedades”, dijo Carlos Machado, un experto en salud pública y asuntos ambientales que Fiocruz designó para evaluar el impacto de la inundación. “Nunca hemos visto en Brasil un desastre de esta magnitud con una población expuesta tan amplia”.