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ONU alerta que cuarta parte de la población de Gaza están cerca de la hambruna

Se ha suspendido el reparto de alimentos en la zona hasta que se den condiciones de seguridad tanto para quienes la distribuyen como para quienes la reciben.
Por: AP
miércoles, 28 febrero 2024
AP | La situación es cada vez más dramática en la zona

Al menos una cuarta parte de la población de Gaza, o unas 576.000 personas, están a un paso de la hambruna y prácticamente la totalidad necesita alimentos de forma desesperada, lo que provocó que algunos camiones con ayuda fuesen tiroteados, saqueados y asaltados por gente hambrienta, dijeron altos cargos de Naciones Unidas el martes.

Funcionarios de la oficina humanitaria y de las agencias de alimentación y agricultura describieron un panorama desolador en el que los 2,3 millones de gazatíes enfrentan niveles críticos de inseguridad alimenticia, o peores, y donde el orden civil se resquebraja, especialmente en el norte, donde la comida y otros suministros humanitarios son escasos.

Y por sombrío que sea el panorama actual, el coordinador humanitario de la ONU, Ramesh Ramasingham, dijo al Consejo de Seguridad que “hay muchas posibilidades de un mayor deterioro”.

Además de que un cuarto de la población del enclave palestino esté al borde de la hambruna, en el norte, uno de cada seis niños menores de dos años sufre “desnutrición aguda y emaciación”, donde el cuerpo se vuelve demacrado.

Carl Skau, director ejecutivo adjunto del Programa Mundial de Alimentos (PMA), dijo que este es “el peor nivel de desnutrición infantil en cualquier parte del mundo”, y advirtió que “si nada cambia, la hambruna es inminente en el norte de Gaza”.

La zona fue el primer objetivo de la ofensiva militar de Israel luego del sorpresivo ataque de Hamás sobre el sur del país el 7 de octubre, en la que murieron unas 1.200 personas, en su mayoría civiles, y alrededor de 250 fueron tomadas como rehenes.

En el último ejemplo de anarquía, Skau dijo que el PMA reanudó el reparto en el norte del territorio por primera vez en tres semanas el 18 de febrero y esperaba enviar 10 camiones diarios durante siete días para abordar las necesidades más inmediatas y garantizar que llegarían alimentos suficientes.

Pero tanto ese día como el siguiente, los convoyes de la agencia sufrieron demoras en los puestos de control, disparos y otros tipos de violencia, así como el saqueo de su contenido, apuntó.

“Al llegar a su destino, se vieron desbordados por gente hambrienta y desesperada”, explicó.

Skau dijo que “la ruptura del orden civil, motivada por la pura desesperación, está impidiendo la distribución segura de ayuda, y nosotros tenemos el deber de proteger a nuestro personal”.

Por ello, se ha suspendido el reparto en la zona hasta que se den condiciones de seguridad tanto para quienes la distribuyen como para quienes la reciben.

Por su parte, Maurizio Martina, subdirector general de la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), describió el horrible estado de las tierras de cultivo, los invernaderos, las panaderías y los sistemas de riego, que son esenciales para producir, procesar y distribuir los alimentos.

Desde el 9 de octubre, “el bloqueo reforzado del gobierno de Israel ha incluido interrumpir o restringir el suministro de alimentos, electricidad y combustible, además de productos comerciales”, indicó añadiendo que esto ha afectado a toda la cadena de distribución alimentaria de distintas formas.

Por ejemplo, las severas restricciones en el envío de combustible paralizan el suministro de agua y el funcionamiento de las plantas de desalinización, por lo que el suministro de agua es de apenas 7 % de los niveles previos al ataque insurgente, dijo.

Además, la escasez de combustible ha paralizado también la producción y el suministro de alimentos y electricidad, y obstaculizó gravemente la capacidad de las panaderías para fabricar pan, añadió.

Según Martina, el colapso de la producción agrícola en el norte ya está en marcha y, en el escenario más probable, se habrá completado en mayo. Hasta el 15 de febrero, el 46% de todas las tierras de cultivo del enclave estaban dañadas, agregó.

El funcionario de la FAO presentó más cifras alarmantes de la ofensiva israelí: un elevado número de refugios de animales y explotaciones ovinas y lecheras destruidas, más de un cuarto de los pozos de agua destruidos y 339 hectáreas de invernaderos destrozados.

E indicó que la guerra también ha tenido un severo impacto en la cosecha de aceitunas y cítricos, una de las principales fuentes de ingresos de los palestinos.

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