Mulino en su toma de posesión: Panamá no será más un país de tránsito para los ilegales
¿Retorna una vieja era? Panamá juramentó a su nuevo presidente, José Raúl Mulino, así como de la nueva Asamblea Nacional del país centroamericano. Mulino, de 65 años, ganó las elecciones presidenciales el pasado mayo, con el 34,23% de los votos, tras una campaña electoral accidentada.
“Recibimos una economía seriamente afectada. No solo perdimos parcialmente el grado de inversión, también perdimos miles de empleos y la confianza de invertir en el país”, reclamó Mulino tras ser investido como nuevo presidente del país centroamericano.
“El estado de las finanzas públicas es preocupante, en cinco años doblaron la deuda. Gran parte de ella gastada inexplicablemente en funcionamiento, en vez de invertirla en obras para generar empleos y dar soluciones permanentes a los panameños”, comentó.
Agregó que “de esta situación no se escapa ninguna institución. La pesada herencia que nos deja genera impotencia en indignación, se nota como unos pocos hicieron una gran fiesta y la cuenta la pagó la población con sacrificio”, sentenció el nuevo mandatario.
Inicialmente, era el candidato a vicepresidente en la fórmula del exmandatario Ricardo Martinelli (2009-2014), pero asumió el lugar del ex jefe de Estado tras su inhabilitación y condena a más de diez años de prisión por corrupción, lo que llevó al ex gobernante a buscar asilo en la Embajada de Nicaragua en Panamá.
Martinelli, quien brinda entrevistas y se comunica con sus seguidores vía redes sociales desde su asilo en la sede diplomática nicaragüense, pidió todo el respaldo para Mulino en los pasados comicios.
A pesar de la victoria presidencial, los resultados parlamentarios fueron más dispersos.
Esto llevó a Mulino a mantener numerosas reuniones con las distintas bancadas de la nueva Asamblea, incluida la coalición independiente Vamos, la primera minoría parlamentaria del país.
“Les repito hoy lo que dije en campaña: voy a entregarles las llaves para que abran de una vez y para siempre los candados que amarraron esa decisión, para que tengan libertad de acción y de conciencia. Siempre hay tiempo para corregir y para sanar, de mi parte ya di vuelta a esa triste página”, comentó el nuevo presidente.
Tras el acto de investidura, Mulino se convierte en el octavo mandatario en democracia desde el fin del régimen militar en 1989 y el número 49 elegido constitucionalmente.
A la ceremonia asistieron dignatarios internacionales como el rey de España Felipe VI.
Este 1 de julio comienza también una nueva era en la Asamblea Nacional de Panamá. El Parlamento tendrá una composición histórica, ya que es la primera vez que se cuenta con la mayor representación de diputados de libre postulación, todos miembros de la coalición Vamos.
Difícil panorama
Mulino hereda un país con una serie de desafíos. Él mismo admitió que recibe un país “en números rojos”. Entre los problemas más urgentes se encuentran la falta de agua potable en gran parte del territorio, irregularidades en el servicio eléctrico y una crisis en la Caja de Seguro Social, CSS.
Otro de los temas más complejos será la migración: Mulino anunció el viernes su intención de alcanzar un acuerdo con Estados Unidos para deportar a los migrantes que cruzan la peligrosa ruta del Tapón del Darién, ubicada en la frontera con Colombia.
Según él, apelará a la “solidaridad” internacional para resolver la crisis migratoria, en especial con Estados Unidos y adelantó que ordenará a las fuerzas públicas de su país aplicar la ley con estricto apego a los derechos humanos pero en “defensa” de los intereses panameños.
“No permitiré que Panamá sea un camino abierto a miles de personas que ingresan ilegalmente a nuestro país”, comentó Mulino, quién afirmó que la selva del Darién se ha convertido en un centro de operaciones de organizaciones criminales internacionales.
“Comprendo que hay razones profundas para la migración, pero cada país debe resolver sus problemas. Los panameños no me votaron para mirar hacia otro lado ante semejante aberraciones ni aceptar como bueno algo que está mal”, expresó el panameño en referencia a la migración, uno de los ejes de su campaña.
“No podemos seguir financiando el costo económico y social que la migración ilegal masiva genera al país”, dijo, al tiempo que sentenció que “Panamá no será más un país de tránsito para los ilegales”.
Hasta ahora, Panamá facilita el rápido tránsito de los migrantes a través de su territorio para que puedan continuar su viaje hacia el norte.
Sin embargo, varios organismos humanitarios documentan una serie de abusos, violaciones de derechos humanos y muertes a lo largo de la ruta.
Ten la información al instante en tu celular. Únete al canal de Diario Primicia en WhatsApp a través del siguiente link: https://whatsapp.com/channel/0029VagwIcc4o7qP30kE1D0J
También estamos en Telegram como @DiarioPrimicia, únete aquí: https://t.me/diarioprimicia