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Maratonista quiere recorrer todas las Américas en misión “unificadora”(+video)

"El continente sudamericano lo terminé en menos de un año, podría haberlo hecho en pocos meses, pero las embajadas me hacían esperar", añadió.
Por: RT
lunes, 26 abril 2021
Cortesía | La expansión del coronavirus es el principal motivo que mantiene su travesía interrumpida

En medio de las dificultades derivadas de la pandemia del covid-19, un deportista etíope, Mulget Amaru, abandera la idea de unir a las Américas realizando un recorrido de miles de kilómetros desde el sur del continente que inspira a todos en su camino.

Amaru es maratonista, empezó a correr por la paz en Ushuaia (Argentina) y la emergencia sanitaria lo encontró en Gamboa, a orillas del Canal de Panamá, donde hace un año que espera para poder cruzar a Costa Rica.

Hace diez años la idea de unir América corriendo por la paz comenzó a rondarle la cabeza a este deportista, que ahora tiene 37 años. En febrero de 2019 arrancó en el sur del continente y logró atravesar Argentina, Chile, Perú, Ecuador, Colombia y una parte de Panamá.

“El mayor desafío”

Obviamente, la expansión del coronavirus es el principal motivo que mantiene su travesía momentáneamente interrumpida, aunque el deportista africano destaca que el mayor obstáculo que afronta en su camino es la burocracia.

“Visitar las embajadas es el mayor desafío para mí, ellos me hacen esperar”, explicó Mulguet. “El continente sudamericano lo terminé en menos de un año, podría haberlo hecho en pocos meses, pero las embajadas me hacían esperar, esperar, y esperar”, añadió.

Además de los trámites para conseguir los visados para entrar en cada país, Mulguet tuvo que superar otro enorme obstáculo: no pudo atravesarlo corriendo debido al peligroso Tapón del Darién, la selva que divide a Colombia y Panamá, donde se topó con la crueldad del hombre.

“Experiencia traumática”

“Vi a tres hombres, con sus rostros cubiertos. Tenían armas, y recién habían salido de la selva”, relató. “Uno corrió detrás de mí y puso su arma en mi cabeza, y el otro me agarró, con un cuchillo aquí”, recuerda, detallando que solo lo dejaron marchar tras entregarle 150 dólares y unas zapatillas para correr nuevas.

Tras esa mala experiencia, Mulguet encontró la paz en la pequeña y hermosa Gamboa, un poblado cerca de la Ciudad de Panamá, donde fue hospedado por una familia cubano-germana. Allí pasa su tiempo jugando a fútbol, dibujando, pintando cuadros y pensando.

“Durante la pandemia, la gente empezó a ayudarse mucho entre ellos. Y yo aprendí que podemos vivir de una manera sencilla, que no necesitamos tener mucho, y podemos ayudar a cualquiera”, declaró Mulguet.

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